C A P Í T U L O - 20

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"¿Quieres que te lleve a casa?"

Su pregunta aún resonaba en mi mente luego de unos segundos de pensar en mi respuesta, hablé.

Me arriesgaría.

-Claro. -susurré. Él me sonrió, pero antes de salir y partir a mi casa él se acercó de nuevo y juntó nuestros labios. Llevé mis manos a sus hombros para luego subirlas por su cuello y hasta su cabello y con una mano jalé levemente de él. Logrando que el gruñera por lo bajo.

La respuesta a mi acción fue que el llevará una de sus manos a la parte baja de mi espalda sosteniéndome fuertemente y la otra a mi cuello para apretarlo levemente.

-Young-Do -susurré entre un jadeo mientras nos separábamos para tomar aire y luego juntarnos de nuevo, pero ahora en un beso más lento y tierno, trataba de mantener mi respiración para estar más cerca de él.

Young-Do lentamente desvío sus besos de mis labios hacía mi mandíbula iniciando un recorrido lento hacia mi cuello, donde se detuvo unos instantes, mierda este chico me estaba matando.

Suspiré cuando sentí que caía por lo cual me aferré fuertemente a los hombros de Young-Do, acción que hizo que regresara sus labios a los míos, cuando no sentía más aire intenté separarme, pero antes de hacerlo por completo él mordió mi labio en el transcurso, logrando que jadeara por lo bajo.

Al separarnos, abrí mis ojos y pude apreciar como los ojos de Young-Do parecían tener un brillo oscuro, el sonrió y paso sus dedos por sus labios.

- ¿Vamos? -preguntó con la voz ronca.

No podía hablar así que solo asentí y sonreí.

Él tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos, una corriente eléctrica atravesó todo mi cuerpo, y otra sonrisa boba apareció al ver nuestras manos entrelazadas, todo ese enojo quedó en el olvido, al menos, por hoy olvidaría todo.

Cuando por fin estábamos fuera, la temperatura era fría, acción que hizo me acercara más a Young-Do, él se dio cuenta de eso, por lo que soltó mi mano y regresó al taller, cuando llegó de nuevo, colocó un saco sobre mis hombros para poder cubrir el frio viento.

-Gracias. -sonreí otra vez, él respondió de la misma manera y volvió a tomar mi mano entre la suya. Luego de bajar las gradas y dirigirnos al parqueo llegamos a la moto de Young-Do.

Al acercarnos él me entregó su casco, se lo devolví para que él lo usara, pero se negó y me obligó a colocármelo, luego de esa pequeña discusión me subí a la moto, detrás de él. Tenía miedo ya que no eran de mi agrado, así que para sentirme segura me abracé de su cintura para tener "protección".

Sentí como se tensó cuando coloqué mis brazos sobre él, sonreí y para molestarlo de nuevo, lo abrecé un poco más fuerte, sin el extremo de lastimarlo y estiré mis manos por su pecho. ¿Qué estoy haciendo?

-Joder Amber, Me quieres matar ¿no es así? -mencionó, por lo cual yo solo reí.

-No sé a qué te refieres, mejor arranca. -hablé haciéndome la loca, lo escuché reír y luego encendió su motocicleta para así partir a mi casa.

El aire se sentía bien, luego de darle las indicaciones de donde vivía, él era el primero que conocía donde, se detuvo frente a mi casa. Me separé de él y bajé quitándome el casco en el camino.

Él seguía en la moto, por lo cual me acerqué a él para entregarle el casco.

-Bonita casa zanahoria. -mencionó observando todo, reí por su expresión.

-Gracias y gracias por traerme, también lamento por acusarte, pero eras demasiado sospechoso. -el tragó saliva y frunció su ceño.

-Te prometo que hablaré con él y descubriré quién está detrás de todo esto. Pero olvidemos ese tema ahora. Ve adentro, ya es muy tarde.

Intenté quitarme el saco, pero me detuvo sosteniendo mi mano.

-Quédatelo y me lo entregas otro día, que descanses princesa. -mencionó.

-Gracias de nuevo Young-Do. -si no lo hago me arrepentiría luego y no era así.

Me acerqué a él tomándolo desapercibido y coloqué mis manos en su rostro para darle un corto beso. Él se quedó sorprendido y después sonrió.

-Descansa Young-Do, nos vemos mañana.

Y entré a mi casa, escuché como la moto aceleró y partió, así que cerré la puerta y subí a mi habitación.

Dejé todo a un lado y solo me tiré en la cama, observando el techo, pensando en todo lo que había ocurrido, ¿En qué pensaba? Pero lo que era peor, ¿Por qué sonreía? ¿Y por qué me había gustado el beso?

Luego de unos segundos até todas mis dudas y recordé algunos momentos que había pasado junto a él.

Carajo.

Estaba enamorada de Young-Do.

Narra Choi Young-Do

Estaba perdiendo la cabeza.

Tiré el casco por un lado de mi habitación y luego me acosté en la cama observando el techo.

Llevé mis dedos a mis labios recordando lo que había sucedido con Amber, mierda, besaba tan malditamente bien.

Tragué saliva tratando de asimilar la molestia en mi pecho, sentía un cosquilleo cada vez que la veía o pensaba en ella.

Creo que había encontrado una nueva adicción y tenía nombre y apellido.

Amber Cowen.

Y no sería fácil de curar.

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Capítulo corto, potente y tierno.

Lamento ausentarme tanto, me dio bloqueo escritor, de ahí fui de vacaciones y me puse a leer, y no tuve tiempo de escribir, pero ahora ya estamos de regreso.

Espero les gustara, tengo otro capítulo en borrador, no creo subirlo ahora, solo espero que les guste, siento que no está del todo bien, pero siempre va con cariño.

Gracias por la espera y también...

¡Ya casi llegamos a 3K! No puedo creerlo, gracias por todo el apoyo, ustedes alegran mi vida.

Nos vemos pronto ❤️

The Heirs - Royalty | Choi Young DoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora