C A P Í T U L O - 49

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Habían pasado dos días, y Eun-Sang había regresado también, aunque hubieras tenido comunicación en los días en que no estábamos, me alegraba que ella estuviera de vuelta con nosotros.

Todo estaba regresando a la normalidad, todo estaba empezando bien de nuevo.

-Hola Amber. -escuché la voz de Young-Do, volteé a verlo. Sonreí.

-Young-Do -mencioné como saludo. - ¿Cómo estás? -pregunté.

-Mejor que te veo. -sonrió. Intentó acercarse, pero inconscientemente retrocedí un paso. -Lo siento -habló, pero su sonrisa se había ido.

-No, perdón, yo lo siento. Es solo que... -coloqué mis manos en mi cabeza.

-Está bien Amber -colocó sus manos en las mías logrando que las retirara de mi cabeza, luego las separo. -Está bien. -me aseguró.

Sonreí levemente.

- ¿Vamos a clases? Tenemos examen -el asintió. -Por cierto, ya regresó Eun-Sang, ahora Kim Tan estará muy feliz. -cambié de tema para que desapareciera ese clima incómodo.

-Ni me lo recuerdes, ahora debo seguir molestándolo -reímos.

Nos encaminamos a la clase así que cuando la maestra entró nos brindó los exámenes que debíamos de hacer.

~💫~

- ¿No es muy temprano? -pregunté cuando lo vi fuera de mi casa, por fortuna ya estaba alistada y con el uniforme puesto, hacia frio en esta mañana.

-Quiero recuperar el tiempo contigo. -murmuró tiernamente. Yo sonreí negando, mis sentimientos no cambiaron y jamás lo harían.

Él abrió la puerta del coche, íbamos camino a la escuela, ayer luego del examen me mencionó que quería pasar por mí, accedí, no podía negarme, pero había pasado muy temprano.

El trayecto fue en silencio, pero era cómodo. El chofer iba conduciendo, había un poco de trafico así que, sin quererlo, recosté mi cabeza sobre el hombro de Young-Do a la vez que alcanzaba su mano para entrelazarla con la mía.

-Te quiero -susurré levemente. No quería decir esas palabras, pero si no las decía, estallarían en mi corazón. Pasaron pocos segundos cuando él habló.

-Te amo... Amber. -susurró, levanté mi cabeza de su hombro y volteé a verlo sin creer las palabras que había confesado, iba a hablar, pero él no me lo permitió, me calló con un pequeño beso en la comisura de mis labios.

Mi corazón no podía asimilar las palabras que había dicho, inconscientemente sonreí levemente, volví a recostar mi cabeza en su hombro, disfrutando de este mágico momento.

A los pocos minutos, el chofer nos indicó que ya habíamos llegado, así que bajamos del vehículo de Young-Do, el me ayudó y luego cerró la puerta. Sin embargo, nos detuvimos ya que había una señora frente a nosotros, no sabía quién era.

- ¿No eres Young-Do? -le preguntó al chico a mi lado.

-Lo soy. -respondió con algo de pena. - ¿Qué está haciendo...? -Al parecer él la conocía. -Sé que es tarde, lo siento... -pero ella no la dejo hablar.

-Young-Do. ¿Has visto a Tan? -preguntó con algo de angustia. -Tengo prisa. ¿Puedes buscar a Tan? No contesta su teléfono.

Ouh, es su mamá.

- ¿Va a alguna parte? -le preguntó Young-Do a ella.

-Ahora no tengo tiempo. No puedo entrar por la señora Jeong. ¿Puedes buscarlo?

The Heirs - Royalty | Choi Young DoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora