C A P Í T U L O - 35

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Narra Amber

Está noche había sido la peor de mi vida, peor o igual que la vez que mi padre nos abandonó y traicionó.

Cuando llegué a mi casa no hice más que encerrarme en mi cuarto, no quería comer, no quería ver a nadie, ni siquiera lloraba más, solo estaba, existiendo.

Mi teléfono seguía sonando, pero no tenía ánimos de responder, ni de apagarlo. Sin embargo, tomé mi celular entre mis manos y lo desbloqueé.

Tenía llamadas de Bona, Hyo-Shin, Myung-Soo y obviamente de Young-Do, la mayoría eran de él y muchos mensajes de texto, los que en resumen decían que lo sentía y que tenía una explicación y que quería hablarme.

Con el dolor aun en mi pecho apagué mi teléfono por fin y de nuevo me quedé observando el techo de mi habitación, deseando despertar y que todo siguiera con normalidad, pero eso no iba a pasar, el dolor me demostraba que esto era real y que debía de vivir con ello.

Cerré los ojos y dejé que todo se detuviera al menos un instante.

~💫~

Al día siguiente me debatía en ir o no a la escuela. Debía afrontar lo que pudiera venir, saber cómo Young-Do se iba a burlar con todos, riéndose de mí. Quedando yo como la pobre Amber que fue parte de una apuesta y se enamoró.

Suspiré.

¿Qué debía de hacer?

Era valiente, pero realmente tenía miedo y sabía que esa valentía se podía desmoronar con tan solo verlo. Tomé un poco de valor y encendí mi teléfono de nuevo, el cual tenía más y nuevas notificaciones, pero me enfoque solo en una persona, la que siempre estaría para mí.

Llamé y tan solo con dos segundos después le escuché.

- ¿Amber?

-Lee Bona.

- ¡Amber! Dios mío, me has tenido preocupada toda la noche, dime ¿Estás bien? No, eso es tonto, ¿Quieres que vaya a tu casa?

-Solo necesito un consejo, ¿Crees que deba ir a la escuela?

-Creo que debes descansar, pero, realmente no sé qué quieras hacer, obviamente yo estaré para ti siempre, y es aun temprano, bastante, podíamos llegar antes y con suerte no lo encontramos.

Me parecía esa idea, y si, había llamado muy temprano a Bona, pero quizá tomaría su consejo, al final, algún día debo ir a la escuela y mejor afrontar las burlas antes.

-Estaré en camino, tu llega normal a tu hora y nos vemos ahí. Gracias por todo.

-Te quiero Amber y sé que todo se solucionará, hay que escucharle hay que...

-No quiero hablarle ni saber de él Bona, me costará, pero no puedo estar cerca de él.

Escuché que ella suspiraba.

-Lo entiendo y está bien, hablaremos allá.

Nos despedimos y yo me empecé a arreglar para ir a la escuela, sin ganas.

~💫~

- ¿Lee Hyo-Shin? -pregunté.

Había llegado ya a la escuela, por suerte había pocos estudiantes, pero él ya se encontraba dentro y estaba sentado en una banca.

- ¿Amber? -él se levantó cuando me vio y se acercó a mi abrazándome. No podía negarme a sentir un consuelo amigable.

-Gracias por ayudarme ayer. -murmuré, él se separó de mí y nos sentamos en la banca.

- ¿Estás bien? No respondías las llamadas ni los mensajes, me enteré de lo que pasó, yo no tenía idea. Tengo ganas de golpear a ese imbécil.

Reí apenas por su comentario.

-Lo sé, aun siento que quizá todo fue, no lo sé, pero estaré bien.

-Sabes, no presenté el examen.

-Wow, eso sí es algo mayor, así que tomas alguna decisión de vida, ¿Qué te dijeron tus padres?

- "Animo, Lee Hyo-Shin". -se rio.

- ¿En dónde demonios estás viviendo? -pregunté en burla. -No te preocupes y solo vive tu vida, luego lo entenderán, no tienes que vivir el sueño de ellos solo porque lo quieran así, tú tienes tu propio sueño, ese debes seguir.

-Gracias Amber, me sirvió tu consejo el otro día. -me sonrió. -Yo... quería decirte algo más, solo que no sabía cuándo decirlo.

- ¡Amber!

La voz de Bona se escuchó en el pasillo, se acercó rápido a donde nos encontrábamos, yo me levanté y me acerqué a ella, la abracé.

-Oye Amber, porque no respondías, te dije que estaba preocupada por ti.

-Lo siento. -nos separamos. -Solo quería desaparecer, aunque aún sigo con esa idea.

Me dio un pequeño golpe en el brazo. Regresamos con Hyo-Shin.

-Oye -me dirigí a mi amigo. - ¿Qué me ibas a decir?

-No era nada importante. -me sonrió, pero no llegó a sus ojos la sonrisa.

-Iré a nuestro salón, nos vemos luego y gracias de nuevo por lo de ayer. -él asintió y de ahí me fui junto a Bona a nuestro salón.

Algunos estudiantes al verme empezaban a murmurar cosas, pero no hacían más.

Al final llegamos a nuestro salón y nos sentamos, esperando que los demás estudiantes llegaran, pero solo Young-Do no apareció.

Y agradecía eso.

~💫~

Pensaba que la suerte estaba de mi lado y que no lo iba a encontrar en todo el día, pero gracias al profesor de arte que me envió a la oficina de la directora a entregar un papel importante, me lo encontré.

Pero era diferente. Ahora él tenía su cabello como fleco, un aspecto que lo hacía ver demasiado distinto.

Me quedé estática a escasos metros de él, nadie hablaba, solo nos veíamos. No iba a ser más masoquista de lo que era así que con todo el dolor en mi corazón, avance mirando al suelo y pasando a su lado.

Pero me detuvo, su mano en mi brazo me quemaba.

-Amber... -volteé a verlo por inercia y lograba ver que sus ojos estaban rojos.

-Suéltame Young-Do. -murmuré.

-Debemos hablar.

- ¿Para qué? ¿Para qué te burles? ¿Para demostrarme que ganaste la apuesta? -expresé un poco más alterada.

-No. -respondió, pero su voz parecía de súplica y con dolor. -Yo, de verdad te quiero, y no te quiero perder.

-Pues debiste de haberlo pensado desde antes Young-Do, te odio aún más de lo que lo hacía cuando te conocí.

Me solté de su agarre, sin importar la expresión de dolor en su mirada y entre a la oficina a entregar los papeles.

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¡Siguiente actualización!

Me inspiré un rato, ahora si, quizá nos veamos un poco más tarde, pero agradezco sus votos y comentarios.

Gracias por leer. ❤️

The Heirs - Royalty | Choi Young DoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora