E P Í L O G O

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Cuando conocí a Young-Do nunca creí que me llegaría enamorar de él, y si alguien me hubiera dicho que terminaría siendo su futura esposa, sin duda me hubiera reído por tal absurda idea. Pero así era la vida, completamente impredecible.

Los años habían pasado, los tiempos de secundaría eran parte de un hermoso recuerdo. Ahora yo era la futura heredera del grupo Goo.

Y no porque hubiera ocurrido algo con mi madre o el Señor Han, pero ellos habían decidido que era hora de nombrarme heredera de la empresa, a pesar de que no llevaba la sangre de mi padrastro en mis venas y aunque varios de los socios se habían negado, tuvieron que acceder y aceptar mi puesto en la empresa.

Hace 7 años la chica que llegó a Sur Corea nunca se hubiera imaginado todo lo que le tocaría vivir.

25 años, ahora tenía 25 años y estaba a punto de casarme. Por fortuna con la persona que amaba.

Aunque no hubiera sido posible si Young-Do no fuera el dueño de su empresa de hoteles, por eso aún no me acostumbraba a este mundo, todo debía tener una razón, pero lo importante es que estaría con él y aunque suene mal, haríamos buenas inversiones para las dos compañías.

-Cariño ¿Estás lista? -mi madre se acercó.

-Estoy algo nerviosa, pero lo puedo hacer -sonreí. Estaba arreglándome el vestido blanco. Volteé a verla, mi madre tenía sus ojos llenos de lagrima. -Oh ven aquí. -me acerqué y la abracé.

-Ya has crecido mi niña. -su voz sonó entre cortada. -Te amo mucho cariño.

-Yo también mamá. -me alejé de ella y sequé sus lágrimas.

-Te ves muy hermosa, brillaras esta noche. Young-Do es muy afortunado de tenerte. -me sonrió.

-Y yo soy afortunada de tenerle -le sonreí de regreso.

-Bueno, hija. Debes salir, tus padres te esperan.

Si, los dos me entregarían. No podía negarle la oportunidad a ninguno, los amaba a ambos y cuando les comenté mi idea, ambos se asombraron y me agradecieron. Así que, si la gente decía algo, se lo podían meter muy dentro, ya que a mí no me importaría. Era mi día y debía ser como yo quería.

Cuando salí del cuarto de la novia y los encontré, ambos sonrieron, a Simon se le salieron unas lágrimas, pero él las secó rápidamente, ahora su cabello tenia rayitos blancos, debido al tiempo y su edad, pero nunca le quitaba el atractivo, en cambio el señor Han, cada vez se veía mejor, el típico secreto de los asiáticos.

-Estas hermosa -los dos hablaron al mismo tiempo, cosa que hizo que riéramos.

- ¿Vamos? -me extendió el brazo Simon, con un asentimiento de cabeza me acerqué y tomé su brazo, luego el señor Han se acercó y enlacé mi brazo con el suyo. Me detuve.

-Gracias por estar aquí -los volteé a ver. -Los amo mucho. -sentí un nudo en la garganta, pero no era tiempo de empezar a llorar. El señor Han apretó mi mano en contestación y Simon besó mi cabeza.

Empezamos a caminar justo cuando la música inicio. Mi corazón estaba latiendo a mil por hora, la puerta se abrió y juro que en ese instante quería ponerme a llorar.

El lugar era enorme y estaba muy iluminado, todos se pusieron en pie y voltearon a observarme, me sentía nerviosa y sentía demasiada atención sobre mí, pero en el instante en que mis ojos se chocaron con la mirada de Young-Do, todo a mi alrededor se desapareció.

Me sentí segura, esbocé una sonrisa mientras iba a paso lento caminando al altar, y logré distinguir que Young-Do se pasaba el dorso de su mano en sus ojos, al verme, estos estaban brillosos, señal de que algunas lágrimas salieron de estos, cosa que hizo que los míos se pusieran igual.

Cuando por fin estuve más cerca de él, logré verlo con atención, ahora él había crecido, sus rasgos más definidos, y completamente guapísimo, y ese hombre, era mío.

Simon y el señor Han me entregaron a Young-Do , el hizo una reverencia a mis dos padres, y luego tomó mi mano.

-Eres hermosa -susurró. Sonreí como respuesta y le dije de la misma manera, que él estaba guapísimo esa noche.

Luego de unos minutos y dar nuestros votos, nos acercamos y nos besamos, oficialmente como marido y mujer.

Los aplausos de los invitados se escucharon por todo el salón, yo no podía dejar de ver a Young-Do.

-Te amo -mencioné.

-Yo te amo más -respondió con una sonrisa.

Nos dimos vuelta y empezamos a caminar por la alfombra pasando al lado de los invitados quienes nos sonreían y seguían aplaudiendo.

~💫~

La ceremonia había sido un éxito, ahora estábamos todos disfrutando del resto de la velada, una fiesta por completo.

-Yo sabía desde un inicio que esto pasaría.

-Vamos Bona, nunca te cansas de decirme lo mismo ¿Verdad?

-Jamás, debería de trabajar como vidente.

Me reí por el absurdo puesto que quería desempeñar mi mejor amiga.

-La estamos pasando genial -exclamó Eun-Sang quien se encontraba al lado de Kim Tan.

-Me alegro que sea así, gracias por hacer tiempo y venir.

-Nunca me perdería la boda de mi némesis y mi mejor amiga -respondió Kim Tan.

Me reí porque a pesar que los años pasaron, Young-Do y Kim Tan nunca volvieron a ser amigos, pero tampoco enemigos. La relación de ellos era extraña, yo si creía que seguían siendo amigos, pero ninguno quería admitirlo.

Luego de que todos pasáramos un buen momento y poco a poco algunos invitados se empezaran a ir, empezó a sonar una melodía lenta pero romántica, Young-Do se acercó y rodeó su brazo en mi cintura, y yo rodee mis brazos en su cuello.

-Este día será la mejor de mi vida. -se detuvo a pensar. -No, el mejor día fue cuando te conocí. Como olvidar cuando una bola color naranja se estrelló contra mi pecho y derramó mi bebida.

Le golpeé el hombro como broma.

-Sé que empezamos antes con el pie izquierdo y que cometí muchos errores, pero gracias a eso aprendí a valorar a las personas que tenía a mi alrededor, y también a descubrir que te amo, más que a mi propia vida.

-Para, no quiero llorar, se me correrá el maquillaje -sonreí. -Te amo también Young-Do. Mi corazón siempre será tuyo y agradezco que lo aceptaras.

-Siempre, Amber. Te amaré siempre.

Y así, transcurrió la noche, rodeada de mis seres queridos, mis mejores amigos y el amor de mi vida.

Vendrán algunos momentos difíciles, llenos de alegrías, tristezas, dramas y enojos, pero si los comparto al lado del amor de mi vida entonces estoy completamente segura que podré superarlo todo.

FIN

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Ahora sí, oficialmente hemos llegado al final de esta historia que está en mi corazón.

Agradezco el apoyo que me brindaron, sus comentarios, sus votos, etc.

Muchas gracias por llegar hasta aquí, gracias por motivarme a terminarla y espero que en mis próximos proyectos tenga su apoyo también.

Hasta vernos otra vez ❤️

The Heirs - Royalty | Choi Young DoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora