Capítulo XX

26.3K 1.6K 414
                                    


—¡Bianca!—gritan mi nombre y me levanto de golpe, a mi lado Emiliano abre los ojos confundido por el escandalo—¡Bianca, despierta!—repite Beatriz desesperada. Debe ser grave porque nunca entra sin tocar la puerta.

—¿Qué pasó?—preguntó aún somnolienta.

—Elenna esta en problemas, se enteraron lo de Daniel—termina de pronunciar esas palabras y salto de la cama y corro a las escaleras.

Conozco a mi familia, son muy radicales y una cosa como esta traerá un castigo severo, llego al comedor y veo a Elenna llorando en una silla, al frente mi mamá llorando también y papá esta serio, molesto, frente a ella están los molesta Federica y el estorbo de Victor; en la otra esquina de la mesa está hablando mi tío Tomas con Daniel, parecen tener una conversación acalorada.
Me acerco rápidamente a Elenna.

—¿Estás bien?—le pregunto y niega con la cabeza con lagrimas en las mejillas.

Me toma mi tía Jazmín por la espalda y me aparta.
—¡Esto es tu culpa!—dice y seguido a ello me abofetea. Respiro profundo y me repito mentalmente que es mi tía y debo respetarla—tú llevaste a tu hermana por el camino del pecado.—la ignoro y me volteo a ver a mamá.

—Mamá, ¿Qué está pasando?—ella se limpia un poco las lágrimas.

—Tu prima Federica nos mostró un video de Elenna besándose con su primo Daniel—dice y recalca la palabra primo.

—Mamá no son primos de sangre—voltea a verme con molestia.

—¡Son primos!—grita.

—Ves Luisa ya decía yo que esto era obra de Bianca—esparce su veneno mi tía y oigo a Federica reírse, lo que me llena de ira, por su culpa mi hermana esta pasando por esto, no me controlo y me le voy encima y esta empieza a gritar.
Siento como unas manos me toman por detrás y me apartan, pero no me sueltan, al mirar es Victor.

—Suéltame imbécil—le doy un puñetazo en la entrepierna y se aparta gritando de dolor, me mira con ira y se viene hacia mi, pero Emiliano lo detiene y lo empuja tan fuerte, que este cae al piso.

—Atrévete a tocarla—lo amenaza, luego me mira a mi y se detiene en mis piernas —sube a cambiarte, ahora—ordena, y es hasta que lo menciona cuando noto que estoy solo con la camisa de algodón de Emiliano que apenas alcanza para cubrirme, instintivamente tiro de la camisa para tapar más cantidad de piel. Él está solo con un pantalón, y lleva el torso desnudo, me distrae por un minuto.
De pronto viene mi tío Hector con una vara de hierro caliente. Y se acelera mi corazón.

—¡Papá!—le grito espantada, su mirada es dura.

—Con esto limpiaremos el pecado de estos jóvenes—dice mi tío acercándose,  de inmediato me pongo frente a mi hermana.
<<Si la tocan los mato, me importa poco que sean mi familia también>>

Veo duda en los ojos de mamá y papá,  pero están tan consternados que no reaccionan. Mi tía Jazmín me toma de los brazos y me aparta con ayuda de Federica, mi tío se acerca a mi hermana con la vara, y ella no reacciona esta como en trance, solo llora, y eso me parte el alma.

—Basta—grito.

—Es por su bien—dice mi tía a mis espaldas. Y sigo tratando de zafarse desesperada, cuando esta por ponerse frente a Elenna, Emiliano se interpone, esta serio, con la mirada dura.

—Apártese doctor, que usted no es de esta familia—suelta Hector.

—No me interesa—da un paso al frente —no voy a permitir que lastimen a Elenna por sus creencias estúpidas—dice molesto.

Déjame EnseñarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora