El dolor de cabeza me saca de la cama, <<cuando voy a aprender que el tequila no se toma como agua>>
Tomo el vaso que tengo en mi mesita de noche y voy al baño por un poco de agua. Me detengo de golpe en la puerta del baño, mi camisa esta en el suelo y en la ducha esta la camisa mojada de Emiliano <<Vamos cerebro empieza a recordar que pasó ayer>>
Me comporte como una loca desesperada y zorra <<¿Le pedí que me besara? Maldición, si eso hice>>
Me lavo la cara para disipar las imágenes que llegan a mi cabeza como flashes, no se como voy a mirarlo a la cara luego de lo que pasó anoche. Jamás me había comportado así, bueno tampoco fue que salí con muchos chicos, creo que solo salí con Marco, pero con él las cosas fueron diferentes, yo siempre fui sumisa por así decirlo, dejaba que me guiará ya que él tenía mucha más experiencia que yo.
Emiliano en cambio, saca un lado de mi apasionado y salvaje que no creí tener, y que Marco me exigio en más de una oportunidad: <<¿por qué siempre eres tan simplona en la cama? quiero que seas una fiera, a veces me aburres>>
Me dolían cada una de sus palabras, y trataba de hacerlo mejor, pero nunca era suficiente para él. Fue uno de los motivos de nuestra ruptura, eso y que me fue infiel con una de mis amigas.Mi estomago cruje pidiéndome comida, veo la hora y son casi las doce del mediodía, debo asumir lo que hice y salir, no puedo evitarlo para siempre.
Respiro hondo y salgo, no está por ningún lado, voy a la segunda habitación y abro la puerta con cuidado, y lo veo plácidamente dormido, tiene la calefacción a toda potencia, la cobija lo arropa hasta la cintura, dejando ver su torso desnudo, se ve tan relajado, no lo molestare para que siga durmiendo.
Voy a la cocina y me pongo a preparar el desayuno, mi estomago despertó antojado de panqueques, mientras se cocinan picó fresas, y coloco en la mesa mantequilla, miel, queso, jamón, no se como le gusten así que coloco de todo un poco.
Termino de prepararlas y hago el café.—Alguien despertó hambrienta—dice tras de mi, y evito voltear para darle la cara.
—¿Podríamos saltarnos el bullying por esta vez?—le pido mientras sirvo el café.
—Creo que no seria un buen amigo si no lo hago. —volteo a verlo, sigue con el torso desnudo y tiene dibujada una sonrisa malévola en su rostro.
—No deberías meterte con quien te da de comer, y ponte una camisa te vas a resfriar—<<y me pones nerviosa>>
—Bien—levanta las manos y luego va a la habitación -tu ex era un flacucho-grita desde la habitación. Y no puedo evitar sonreír, Emiliano es el doble de grande que Marco, se ve que entrena, en cambio Marco el único ejercicio que hacía era jugar fútbol con sus amigos, tenia buenas piernas, pero no tenía mucha musculatura superior.
Se devuelve con una camisa negra manga corta, le queda muy ajustada, tanto que parece que en cualquier movimiento sus bíceps la romperán como cual película de superhéroes.
—Deja de quejarte y siéntate a comer—le ordenó.
Comemos en silencio, cada cuanto nos miramos, pero no menciona nada de lo que pasó anoche y lo agradezco, no se que imagen tendrá de mi, ni siquiera yo misma me reconozco, la persona que soy cuando estoy con él es totalmente diferente, a como yo soy.
—¿Cómo le fue a tu residente en su primera guardia?—rompo el silencio que ya me está volviendo loca.
—Sobrevivió, es lo más importante-le da un sorbo a su café—mejor hablemos de tu claustrofobia, me hiciste casi que arrastrarte por las escaleras porque no quisiste tomar el ascensor—no puedo aguantar la risa y suelto a reír.
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Déjame Enseñarte
RomantiekLa sensación de tenerlo frente a mí, tan imponente, tan dominante y con una belleza que solo había visto en películas y en mi imaginación; con esos ojos azules que me cautivan y esa mirada que viene con carteles de advertencia: este hombre es peligr...