Capítulo XLIII

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¿Es posible tener el corazón fragmentado en millones de pedazos?

La respuesta es sí, es posible, y es tan jodidamente doloroso, que es como si pudiese sentir como se quiebra por dentro.

Me abrazo a mi misma frente a la puerta de Elenna, no quiero, más bien no puedo estar sola, siento que me consumo por dentro.

Toco a la puerta de mi hermana, y tarda unos minutos en abrir, esta con su pijama de unicornio.

—¿Quién se atreve a molestarme a esta hora?—dice restregándose los ojos, no me salen las palabras. Arruga la frente y pone cara de espanto—¿cariño que pasó?—se acerca y me abraza.

—Es la segunda vez que vengo a molestarte, perdón—sollozo en su hombro.

—No digas tonterías, pasa—entro y me lleva al sofá —¿por qué estas así? ¿Ahora que hizo Emiliano?

—Me rompió el corazón—murmuró y rompo a llorar de nuevo.

—Pero si se veían tan lindo hoy, hasta te abrazó en el cine.

—Le dije que lo amaba, pero él estaba con otra mujer—Elenna me recuesta en sus piernas y me acurrucó mientras las lágrimas corren por mis mejillas.

—Ese desgraciado, voy a ir a romperle las piernas, como se atreve a lastimarte así—dice furiosa mientras acaricia mi cabello.

—Me duele el pecho, es insoportable.

—Cariño puede que tengas el síndrome del corazón roto.

Ya lo había escuchado, y siempre pensé que era un mito, pero duele tanto que siento que se va a reventar dentro de mi.

—No puedo darte nada, por ahora solo te daré un calmante para que puedas dormir, si mañana continuas con ese dolor te llevaré al medico para hacerte unos exámenes.

Asiento con la cabeza y trato de calmarme, Elenna me trae las pastillas y me da dos.

—Ven te llevaré a la habitación de visitas—me toma de la mano y dejo que me guíe.

Me trae una de sus pijamas y me cambio sin mucho ánimo.

—¿Me quedo contigo como cuando éramos pequeñas?—me sonríe y me aparta el cabello de la cara.

—Tranquila, estaré bien, gracias—le sonrió y me meto dentro de las sabanas.

Cierro los ojos, y dejo que las pastillas hagan su trabajo.

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Emiliano Russo

Bianca cierra la puerta tras de ella y solo quiero salir corriendo a buscarla, pero me limito a ver la puerta como un idiota.

Es lo mejor para ella, alejarse de mi.

¿Me ama?

No sé qué pensar, ni que hacer, es claro que siento algo muy fuerte por ella, ¿pero será suficiente para corresponderle como ella se merece?

Su mirada llena de tristeza y decepción me mata, y saber que esta así por mi, me hace sentir como una basura.

Se que en su cabeza se llevó la imagen de  Carolina en mi casa, y posiblemente pensó que vine a meterla en mi cama luego de estar con ella, si supiera que la realidad es totalmente distinta.

Carolina se va del país, vendió todo y estaba lista para irse, pero retrasaron su vuelo un par de días y me pidió quedarse aquí para no tener que ir a un hotel, la realidad es que el tiempo que ha estado aquí solo hemos hablado de Bianca, de como no logro sacarla de mi cabeza, y como desde que estuvimos juntos no he podido pensar en estar con ninguna otra mujer.

Déjame EnseñarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora