𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐

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El primer otoño en Estados Unidos había sido especial. Las enormes hojas que crujían debajo de mis pies realmente hacían especial mis caminatas por la ciudad después del trabajo.

Durante el atardecer se fundían los dorados rayos de sol con la brisa del mar en la costa californiana y realmente así me sentía lejos de casa, era un clima tan distinto.

Me gustaba caminar desde la oficina a casa, conectada con las extrañas caras que me rodeaban.

Me sentía segura, hasta que la noche me abrazaba y la nostalgia comenzaba a relatarme en susurros recuerdos especiales cuando apoyaba mi cabeza en la almohada.

Nunca había perdido el contacto con Ethan, afortunadamente nuestra amistad funcionaba con la distancia, era de las pocas relaciones con Italia que aún mantenía con consciencia.

Con mi familia hablaba muy poco y mis amigas parecían haberme olvidado, eso era lo que las voces en mi cabeza me murmuraban convencidas. Y a veces lo entiendo, de eso se trata crecer y querer superar los malos ratos, pero muchas otras veces dejo que la tristeza me consuma más de lo que debería.

Pero ver su sonrisa a través de la pantalla día por medio era mi actividad favorita desde que estaba lejos de casa.

-Estoy muy cansada.- Confesé.

Mis jornadas de trabajo eran muy largas y cada día aprendía algo nuevo, por ello siempre estaba muy ocupada. El reloj marcaba ya la dos de la madrugada.

-Tal vez debería llamarte más temprano.- Sugirió con pena y enseguida negué con mi cabeza.

La diferencia horaria era de 9 horas. Cuando yo iba a dormir, Ethan comenzaba su día.

-No, no, ya cuéntame, me has tenido intrigada toda la semana.- Respondí intentando poner mi mejor sonrisa, estaba emocionada por recibir noticias nuevas, sobre todo cuando se trataba de él.

Me acomodé entre las almohadas una vez más sin dejar de observarlo.

-Audicionamos y quedamos.- Soltó en voz baja.
-¿Cómo?.- Estaba en shock. Lo de la banda de Ethan cada vez iba más en serio.

Hacía algunas semanas me había anticipado que a uno de los chicos se le había metido la idea de presentarse a la nueva temporada de XFactor en Italia.

-Si, ya hemos grabado esta semana el programa y la próxima sale en la televisión...- Mi grito de emoción interrumpió su declaración. -Por eso he estado tan misterioso.- Completó con timidez.
-Es increíble, ahora toda Italia va a conocerlos.- Chillé.
-Créeme que estaría feliz de que eso sucediera, pero si no sucede, estaré feliz con la experiencia.- Con la calma que lo caracterizaba expresó, pero en la forma que acomodaba sus cabellos podía notar sus nervios.
-Ethan, va a suceder, lo puedo sentir. Eres talentoso, eres una estrella de rock.- 

Y siempre lo había sido, en nuestro paso por el colegio Ethan había sido caracterizado por ser el intenso de los golpes del fondo. Siempre estaba dando suaves golpes a su mesa, a las paredes, con sus manos, con los lápices, con cualquier cosa que tuviera a su alcance él podía hacer música.

-Seremos.- Me corrigió. No pude evitar reír al recordar a sus amigos.
-Si si, serán tres estrellas de rock y una de pop.- Con tono burlón le respondí.
-Yo no quiero ser una estrella pop.- Contestó con su ceño fruncido.
-No, tú no, solo lo decía por Damián.- Con desdén expliqué. El pelinegro de voz rasposa vino a memoria.
-Damiano.-
-Como sea.- Respondí burlona.

Al seguir a Ethan la mayor tiempo por las redes me había visto obligada en aprenderme los nombres de sus nuevos amigos. Thomas, Victoria y si, Damiano.

-¿Crees que podamos reunirnos para ver en stream la audición? - 
-Ya está todo organizado para que nos reunamos con la banda y nuestro nuevo representante y algunos amigos, pero prometo que para la próxima lo vemos juntos.- Asentí, estaba de acuerdo y tampoco quería exigirle nada.

Aquellos chicos acompañaban a mi mejor amigo desde hacía tiempo, lo entendía. Yo estaba lejos y así era la vida.

-Está bien, estoy muy feliz de que esto les esté sucediendo. La verdad estoy sorprendida y no tengo más palabras, además mis neuronas ya no hacen sinapsis.-
-Es tardisimo Miss Americana.-
-No me digas así, sigo siendo Liv.-

O al menos así él me decía así desde que teníamos ocho años.

-Liv.- Pronunció más burlesco.-Es hora de que sueltes el móvil y descanses. Podemos seguir hablando luego. La bomba ya la he lanzado.-
-Y que bomba.- Respondí emocionada. -Me has alegrado la noche. Espero que tu día marche excelente, saluda a tu mamá por mí y bueno dale mis felicitaciones al resto de la banda.- Con naturalidad expresé, pero realmente no sabía de donde habían salido esos pensamientos.

Enviarle el saludo a los fulanos era el acto más nostálgico que había tenido desde que me había ido.

-Descansa Liv, te quiero muchísimo bella, cuídate.- Y finalmente nos despedimos.

Nothing Breaks Like a Heart [Ethan Torchio & Damiano David]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora