Nothing Breaks Like a Heart [Ethan Torchio & Damiano David]

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑𝟐

Habia sido un largo día, los chicos habían ensayado toda la mañana, el calor había sido un enemigo mientras intentábamos empacar todo otra vez, y a la noche habíamos bebido algunas cervezas mientras veíamos a Damiano divertirse con su máquina de tatuajes. El ruido de la pequeña herramienta me ponía nerviosa, me recordaba a las veces que me había tocado ir al dentista.

-¿No duele? - Pregunté mientras me acomodaba sobre las piernas de Ethan recostandome sobre él.
-No duele nada, Damiano tiene muy buena mano.- Comentó Thomas.

-Depende de cada persona.- Comentó mi mejor amigo mientras dejaba sus manos reposar sobre mis hombros y aprovechaba para darme un pequeño masaje.

-¿Quieres probar un poco?- Damiano preguntó posando sus ojos sobre mi.
-¿Cómo sería un poco?- Curiosa me animé a cuestionar mientras volvía a acomodarme sobre las piernas de Ethan, estaba jugando un poco, provocandolo disimuladamente.

-Puedo hacerte un dibujo muy pequeño, como una estrella, una flor, un corazón... algo chiquito.- Ofreció mientras limpiaba el aparato para guardarlo.
-Un corazón suena bien.- Comentó Ethan sonriente rodeando esta vez mis caderas con sus manos.
-¿Ahora?- Con sorpresa pregunté.

Damiano afirmó con su cabeza y acomodó la silla a lado de la mesa, señalando a que me acerque. Miré a Ethan y una sonrisa enorme en su rostro me reconfortó, sin pensarlo más me acerqué a donde estaba el castaño preparado la aguja nueva que usaría.

-Si duele mucho me dices.- Comentó mientras se colocaba uno par de guantes de látex color negro en sus manos. Asentí con mi cabeza y suspiré profundamente, tratando de dejar de lado mis nervios.

Al siguiente instante le di mi mano al contrario y este con mucho cuidado la tomó y se dispuso a hacer su arte.

Al principio sentí una especie de ardor o quemadura en mi muñeca, el ruido de la máquina me alteraba un poco. Dolía un poco, pero estaba segura que lo soportaría más que a la ausencia de Ethan, quien me miraba atentamente.

El procedimiento duró unos minutos breves, Damiano se encargó de ponerme un poco de desinfectante y con una enorme sonrisa dijo: -Ahora haceme publicidad en Instagram. - Todos rieron divertidos.
-De acuerdo.- Le dije para luego besarle la mejilla en forma de agradecimiento antes de marcharme a mi habitación con Ethan.

Nos acostamos juntos, mi mejor amigo se encargó de llenar de besos mi nuevo tatuaje a cada instante, haciéndome sentir un zoológico en revolución en mi estómago.

Era nuestra última noche juntos y sin dar demasiadas vueltas extras, nos dijimos buenas noches, listos para descansar.

-No puedo dormir...- Su dulce voz murmuró.

Me abracé con fuerza a su pecho y suspiré profundamente, yo tampoco podía hacerlo.

-Intenta cerrando los ojos.- Murmuré media sonriente.
-¿Podrias darme un beso más de buenas noches?- Inquirió mientras acariciaba mi cabello, afirmé con mi cabeza y tomé un poco de distancia de su pecho para acercarme a su rostro para depositar un pequeño beso en sus labios.

El pelinegro rápidamente capturó mi rostro profundizando el encuentro entre nuestras bocas, al punto de dejarme sin aliento. Habia sido intenso, y muy excitante por lo que decidí sentarme sobre su regqzo para pode seguir besandolo profundamente, acercando nuestros cuerpos más de lo que acostumbrabamos.

Una cosa llevó a la otra y de nuestras ropas nos fuimos despojando con cierta desesperación. El encuentro entre nuestros cuerpos podía ser la mejor despedida que podíamos tener.

Lo quería, y mucho.

Él lo sabía.

Pero dejarme llevar por sus caricias y besos era la mejor forma de confirmarlo.