[38] Libre

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Este es el adiós

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Este es el adiós... Al menos de esta novela, porque ESTE ES EL ULTIMO CAPITULO. Porque, como ya se venia palpitando, las cosas en la vida de Eva no daban para más. ¿Qué opinan? ¿Ella seguirá adelante? ¿Tendrá salida? Bueno Para ser sincera, eso sólo lo sabrán leyendo los extras, además de la siguiente novela ("Ella es esperanza"). 

Espero disfruten del capitulo, el cual es laaaargo y puedan dejarme sus comentarios. Nos leemos...

Los días posteriores fueron una locura

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Los días posteriores fueron una locura. Porque luego de que yo regresara a él, José Luis se había vuelto más posesivo y protector que nunca, y esto se debía a que obviamente no confiaba en mi. Fue por eso que después de un par de noches en las que estuvimos juntos en su cama, yo intenté ganármelo nuevamente; a costa de besos, caricias y permitirle hacer cuanto quisiera conmigo. Aunque luego de lo ocurrido con Leonardo... Bueno, no era sencillo para mí sentirme desinhibida, eso sumado al hecho de que el sexo con José Luis ahora me resultaba excesivamente doloroso, incómodo y humillante. Pero aún así, con un gran esfuerzo e intentando aislar mi mente, le hice prometer que no se acercaría a Leo bajo ninguna circunstancia. Sí, sé que quizá suene raro, pero lo cierto era que aunque él me había hecho mucho daño, yo no pretendía tomar represarías o que José Luis lo hiciera. No lo sé, era confuso, porque a pesar de lo ocurrido, aun sentía... Algo por Leo. En fin, el punto es, que José Luis accedió a mi pedido, pero puso como condición darle un hijo. Inmediatamente caí en la conclusión de que estaba loco, es decir, ¡sólo tengo dieciocho! No es algo que quisiera hacer ahora... Y quizá nunca; pero por obvias razones le dije que estaba de acuerdo por no contradecirlo, además de que tampoco estaba en mis planes dejar los anticonceptivos.

Francamente, sumado a los encierros y el excesivo cuidado que ponía a la hora de aislarme, toda nuestra relación se había vuelto extraña. Ahora más que nunca me daba cuenta de que él haría lo que fuera por mantenerme a su lado, pero eso sólo puso en evidencia el hecho de que en realidad no lo hacía por amor, sino porque estaba obsesionado. Algo dentro de él lo obligaba a soportarme, a mantenerme a su lado y hacerme suya cada vez con mayor intensidad y fuerza. Sin importar cómo me sintiera e incluso tomando como una burla lo sucedido con Leonardo. Era cruel y sarcástico, además de caprichoso y perverso, pero cada vez que teníamos sexo, yo sabía que era una día menos para alejarme de él. Sólo debía ser paciente.

Eva en el espejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora