DS. Competencia de cocina

150 14 4
                                    

—¿Está todo listo, Hannah? –preguntó el rey.

—Si, alteza. Estamos a la espera de los invitados.

—Perfecto, manténganse al tanto.

—Si, rey Noah –antes de retirarse, el hombre la detuvo.

—¿Has visto a mi hijo?

—No, majestad, pero el príncipe Patrick llegó hace unas horas. Supongo que están juntos.

—Esta bien, gracias Hannah –la mucama hizo una reverencia y salió de la oficina del rey.

Noah suspiró. Hacia unos días que había hablado con sus padres sobre qué hacer con su hijo pero seguía sin encontrar el momento adecuado para hablar a solas con Félix, quien no hacía más que evitarlo a toda costa. 

Ese día habían organizado un evento familiar y especial por el cumpleaños de la ex reina Azura, al que no solo acudiría su familia y algunos amigos, sino también algunos otros miembros de la realeza y del Consejo. Finalmente decidió levantarse de su silla y salir de su oficina, se dispuso a buscar a su esposa en el Cuarto de las Pinturas.

—Hola, mi amor.

—Noah ¿Qué tal? –giró el lienzo para ver la gran pintura de Azura. El rey se mostró sorprendido.

—Se ve increíble, linda.

—Bueno, Félix hizo la mayor parte. Yo solo estoy dándole los últimos detalles.

—Ambos tiene un talento único para la pintura. Y hablando de Félix ¿lo has visto?

—Si, debe estar en el Cuarto de Música con Patrick –Noah asintió –. ¿Aun no quiere hablar contigo?

—No... lo he buscado pero siempre se va a casa de Hai –Yena le dio un beso en la mejilla.

—Amor, debes darle un poco de tiempo. Aun está lastimado por el malentendido, estoy segura de que en cualquier momento vendrá a ti, solo tienes que esperarlo.

—Lo sé, lo entiendo. Y en verdad me siento mal por lo que le dije –Yena regresó a la pintura –Me lo merezco, ¿no?

—Si lo quieres ver de esa manera, si. Pero al menos ya eres consciente de tu error y estas dispuesto a arreglarlo –se limpió las manos y se quitó la camisa gris llena de pintura –Iré arreglarme mientras esto se seca, deberías ir a buscar a los chicos.

—Te veré abajo –y después de darle un beso en los labios, Yena salió. 

Noah paseo su vista por el enorme Cuarto de la Pinturas hasta detenerse en el retrato de Félix y Patrick. El menor sonreía sin mostrar los dientes y su postura era recta, mientras que Félix lo abrazaba por el hombro y sonreía tan enorme que sus ojos desaparecían casi por completo. Noah sonrió y se encamino en busca de su hijo y su sobrino. Le sorprendió ver que Patrick le indicaba al mayor como tocar ese complejo instrumento chino, ambos alzaron la vista hacia él.

—Deberían ir a cambiarse, chicos. Ya casi es hora –Félix volvió su mirada al instrumento, pero Patrick se irguió.

—De acuerdo, tío Noah. Estaremos abajo a tiempo.

—Gracias, Patrick –sonrió y salió de la habitación.

—¿Aun no hablas con tu padre?

—No... Aun no estoy listo, no es fácil hacerlo, tu no lo entenderías –a Félix le sorprendió que su primo se quedara en silencio, en cuanto lo miró se dio cuenta que Patrick parecía perdido en algún punto entre él y la pared con expresión contrariada –¿Patrick? –el pelinegro reaccionó –¿Estás bien?

Tales of Cadah |#4| © TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora