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Esa noche, Bastian fue a buscarla pero ella no estaba. Llamó al timbre 10, 15, 80 veces y nada. Se sentó en la puerta esperando a que alguien saliera o llegara pero nada. Volvió a su casa furioso cerca de las tres de la mañana. Se sentía humillado, usado, frustrado, enojado. Ella jugaba con él. Pero en el fondo le dolía, le había dolido que ella no estuviera cuando él había estado horas decidiendo a dónde llevarla, qué ponerse, si debía o no llevarle flores.

Por la mañana siguiente fue al gimnasio pero no la encontró, asistió a la academia de danza pero tampoco apareció por ahí. Se quedó toda la tarde en la puerta del edificio pero nada. Así fueron los siguientes cinco días.

-¿Busca a alguien, joven?- preguntó una anciana saliendo del edificio.

-Si. Busco a Laslie Smith- dijo él, tratando de ser amable.

-Oh, entiendo. Pobre chica.- susurró la mujer.- Ella escapó.

-¿Escapó?- preguntó Bastian, con el ceño fruncido.

-¿Era amiga tuya?- Bastian asintió sin pensarlo. Quería saber qué había pasado.- Creo que te gustaría pasar.

El joven siguió a la anciana y subió al departamento junto a ella.

-Pasá, hijo. Ponete cómodo.

Él se sentó en uno de los sillones mientras miraba los retratos en las paredes. La casa estaba llena de artículos antiguos, de los cuales la mayoría, eran desconocidos para él.

La anciana llegó con dos tazas y un poco de té.

-Lamento mucho lo de tu amiga.

-Sinceramente no sé lo que pasó.- soltó Bastian.

-No sé si debería contarte.

-Me gustaría poder ayudarla.

La mujer cedió ante sus palabras. Ese chico parecía sincero, quizá porque Bastian realmente quería ayudarla aunque él no fuera consciente de eso. Ahora que sabía que algo había pasado ya no estaba seguro de que ella jugara con él.

-Hace unos días, tuvo una fuerte discusión con su hermano. Ella lloraba y ambos gritaban. Todo el edificio podía oírlos. Pero luego ya nada se escuchó. Adam le confesó que ella era adoptada, eso fue lo último que se escuchó. Quise hablar con él pero estaba deshecho. Me dijo que ella se había marchado, que no iba a volver. Dos días mas tarde él se suicidó en el departamento. Fue una gran sorpresa para todos. Nadie se lo esperaba. Nadie volvió a ver a Laslie. Están organizándose para buscarla pero aún no se hizo nada.

Bastian se quedó mudo ante las palabras de la mujer. Ahora entendía por qué ella era una chica tan complicada.

...

Laslie se quitó los malditos lentes de contacto. Nunca se había sentido parte de esa estúpida familia, porque nunca había sido hija de ellos o hermana de Adam. Recordó el día en que Adam la encontró llorando. Ella le decía que no se parecía a nadie, más tarde él había aparecido con unos lentes de contacto verdes como los de él.

Adam, ¿Cómo había permitido que las cosas se salieran de control?¿Cómo había permitido que su hermano se suicidara? Él era su hermano. ¿A quién le importaba si la sangre que corría por sus venas no era la misma? Adam era su hermano pero habían peleado y ella había reaccionado mal. Todo era su culpa.

Las lágrimas caían por su rostro mientras abrazaba sus piernas con fuerza. El frío del invierno comenzaba a hacerse presente y su pequeño short no lograba abrigarla. Estaba sentada en un pequeño callejón, quería llorar y llorar por siempre pero no podía permitírselo. Secó sus lágrimas y se puso de pie caminando por las calles en busca de algún lugar en el que le fuera posible quedarse. No sabía cuántos días había pasado así, solo sabía que las noches eran cada vez mas tormentosas para ella.

No es quien dice serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora