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Entraron en el sótano como la última noche. Ella lucía el vestido plateado, corto, ajustado. Él empezó con las apuestas y ella fue a cambiarse. Ganó la primer pelea y la segunda, terminando así en su podio. Issac la mantuvo por la cintura mientras peleaban los hombres.

-Issac, apesto. No sé si deberías...-dijo pero él la calló con un beso.

-No voy a soltarte para que manos ajenas toquen lo que no les pertenece. -la juntó más a su cuerpo y ella entrelazó sus dedos a los de él, suspirando.-No me hace ninguna gracia que pelees contra un hombre. Juegan sucio. 

-Llevo años haciéndolo.-dijo ella, restándole importancia.

-Si, pero ya no quiero que lo hagas.

-¿Vas a subir?-preguntaron desde el ring. Ella asintió pero Issac tiró de su brazo.

Laslie se volteó y lo besó, antes de soltarse de su agarre y subir. Por más que él quisiera detenerla, no pudo hacerlo. Ambos luchadores voltearon para mirarse y se quedaron desconcertados. Bastian se llevó los guantes a los ojos y los refregó torpemente antes de volver a mirarla.

-No.-se apresuró a decir y se sacó los guantes.-¡Me prometiste que no ibas a volver a venir a este lugar, Laslie!-gritó, completamente furioso.

-Vos también prometiste muchas cosas.

-¿Te olvidas lo que pasó con Carl? ¿El tatuaje? ¿Ya no te importa?-ella retrocedió un paso.- No voy a luchar contra vos. Una cosa son los entrenamientos, otra cosa es esto. Ganaste, Laslie.-alzó sus manos.- Ya está, me tenes atrapado. ¡Destruíme! ¡Matame! No me importa nada después de haber visto como lo besabas.-todos soltaron un "uh". Ella miró a Issac.- Solo tenes que hacerlo.-le tomó la mano y la guió a su pecho, sobre su corazón.-Justo acá.

-No voy a golpearte.-susurró ella, y retrocedió otro paso.

Bajó del ring sin decir nada más, mientras él la miraba, enojado y confundido. Entonces la vio dirigirse a los baños y salir con un hermoso vestido plateado que lo hizo alucinar. Bajó y se aproximó a ella. Una mano se posó en la parte baja de su espalda. Él se puso mejor su saco y avanzó con ella. Apretaba la mandíbula, al parecer, no le había gustado para nada el show. Bastian, con el cabello pegándosele a la frente y el sudor mojando su torso tatuado, se apresuró hacia ellos.

-¿Vas a dejarme así, sin decir nada más?

-Yo no fui la que se subió a ese auto la primera vez sin dar explicación alguna.-dijo ella, seca.

-Por favor, muñeca.-pidió Issac, quien mantenía la puerta abierta.

-Ah, el idiota.-rió Bastian sin gracia alguna.-¿Qué hiciste?¿La llevaste a una cena y le hablaste sobre lo arrogante que sos?¿La convenciste usando a Adam?¿Te metiste en su cama en mitad de la noche como lo hacía yo, solo para abrazarla?

-No.-le cortó Issac.- Le demostré que hablo en serio cuando le digo que la quiero.

Subió al auto y arrancó, sin decir nada más. Ella le acarició el brazo con suavidad, intentando calmarse a ambos. Necesitaban traquilizarse.

-Voy a matarlo.-masculló Bastian y lo vieron subir a su auto y partir por el mismo lugar por el que ella se había ido con Issac Gray.


No es quien dice serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora