Tras estacionar en la puerta de la casa, tuvo que detenerse unos minutos a causa de unos leves mareos que la abordaban. Se secó las lágrimas evitando las zonas adoloridas de su rostro e ignorando el hecho de que las lágrimas aún salían de sus ojos.
Llamó a la puerta y se planteó si era una buena idea. No sabía siquiera como lucía. Dio un paso atrás, dispuesta a marcharse cuando la puerta se abrió. Los ojos de Alec se clavaron en ella y él permanecía mudo, sin saber de que modo reaccionar tras encontrarla así.
-¿Qué pasó? -preguntó con un hilo de voz.
Más lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas y se arrojó a los brazos de su hermano.
Él la hizo entrar y cerró la puerta detrás de él.
Alec observó su rostro margullado y enrojecido, el labio partido y el pómulo hinchado.
-¿Quién te hizo esto?- preguntó, acariciando su mejilla con suavidad.
Ella negó y secó sus lágrimas ignorando el dolor.
-Fui a boxeo.- susurró y él abrió sus ojos como platos.-No sé qué me pasó, él empezó a hablar de Adam y no podía...
-¿Él? - preguntó Alec, escandalizado.
-Las mujeres no van a boxeo.- dijo ella bajando la vista.
Ella sintió que caería y su hermano se apresuró a rodearla con su brazo evitando así, que caiga.
-Me siento mal.- sollozó ella, apoyándose en su pecho.
Alec la guió al sillón y ella se recostó en su hombro.
-Tengo que traerte hielo.- dijo él tomando su mano.
-¿Estás enojado?- preguntó ella con un hilo de voz.
Él no dijo nada. A los pocos minutos volvió con hielo y se sentó a su lado.
-¿Dónde está Bastian? -preguntó.
-Con Emer.
-¿Él...?
-No. No fue Bastian. Él está en contra de todo esto.
Alec suspiró y la rodeó con su brazo. Ella se recostó en su pecho y sollozó bajito.
-Ya, Laslie.-susurró.- Todo está bien.
-¿Podes llamar a Bastian? -pidió.- Quiero ir con él. Necesito explicarle.
Él suspiró y la hizo salir de la casa. Ella miró la moto pero Alec negó y la guió hasta el auto.
La llevó a la casa de Bastian y ella se despidió de él. Entró en la casa pero no había nadie allí. Decidió esperarlo sentada en la escalera. Lo necesitaba. Necesitaba a Bastian Dankworth.
La puerta se abrió y Bastian dejó caer las llaves sobre la mesa. Laslie dormía en las escaleras. Se veía pequeña y asustada. La tomó en brazos y la subió a la habitación. Se sentía bien ahora que ella estaba en casa nuevamente.
-Las dejo.-murmuró ella con sus ojos cerrados.- Voy a dejarlo pero no te vayas. Te quiero, te necesito. No te vayas.
Él la pegó a su pecho mientras las lágrimas se deslizaban por su rostro.
-No voy a irme.-susurró. -No voy a irme a ningún lado. No pienso dejarte sola en ningún momento. Te quiero. Te quiero y no puedo soportar verte como te vi hoy.
Ella abrió sus ojos y los clavó en él. Lo besó con suavidad y él la estrechó entre sus brazos.
-No quiero que te lastimen.
-Lo voy a dejar pero sin vos no puedo.
Él volvió a besarla y la acarició suavemente hasta que se durmió sobre su pecho, susurrando que lo quería.
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No es quien dice ser
Teen FictionLaslie Smith es la chica mas odiada del instituto, no hay quiera estar con ella. No solo es rara, sino que nadie sabe nada de ella. Los populares la odian porque ella sabe como cerrarles la boca y los demas, son arrastrados por ese sentimiento que l...