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Destrozado, inútil, inservible. Así podía describirse al auto de Issac. Bastian lo había destrozado por completo. El suyo seguía igual, no es que estuviera bien antes, ya había formado parte del otro accidente.

-¿Qué te pasa, imbécil?-estalló Issac.- Mirá nada más lo que le hiciste a mi auto. ¿Estás loco?-Laslie se paró delante de él.

El moreno de los ojos azules llevaba, únicamente, sus pantalones puestos. Bastian se reía, mirando el auto. Laslie se esforzó por ignorar la sangre que le mojaba el pelo y se lo pegaba a la frente. Quería gritarle que parara, pero ya no sabía ni cómo hacerlo. 

-Laslie, entrá en la casa.-dijo Issac.

-No, Issac, por favor. -pidió ella.- Entrá conmigo.

-Laslie, entrá en la casa porque no quiero que estés acá si las cosas pasan a peor.-dijo él, tomándole el rostro entre las manos. Bastian rió.-¿Cuál es tu maldito problema? Sos un idiota.

Alec estacionó frente a la casa y Dan bajó rápidamente. El rubio tomó a su hermana y la metió dentro. 

-¿Qué pasó acá?-preguntó Dan.

-Viene acá, le dice a mi novia que la ama, pretende que ella caiga en sus brazos y, como no le funciona, destruye mi auto.-gritó Issac, fuera de si.

-Laslie no es tu novia.-dijo Bastian.- Si lo fuera, no me hubiera besado en el hospital. 

-Eso es culpa tuya.-dijo Dan y miró a Issac al instante.-Él la manipuló, la besó y quiso que ella se quedara. Pero Laslie no lo hizo.

-La besé, y me encantó.-dijo Bastian, deslizando la lengua por sus labios con lentitud.

Parecía un estúpido adolescente buscando pelea en el lugar equivocado. Issac se aproximó a él y le dio un puñetazo con fuerza, logrando tumbarlo sobre la calle. 

-Disfrutalo.-dijo Issac.-Porque va a ser la última vez que tengas la oportunidad de respirar cerca de ella. 

-Issac, por favor.-la escuchó llamarlo.- Issac, entrá. Alec, dejame tranquilizarlo, él no puede pelear.

Entonces la puerta se abrió y ella corrió fuerza, tomando a Issac por el brazo y acercándolo más a la puerta. Lo obligó a mirarla, clavando sus ojos en los de él.

-Issac,-susurró.- no podes pelear. No voy a dejarte pelear. Saber que puede hacerte mal.-puso la mano en su pecho.-Estás muy alterado, necesitas tranquilizarte.-las lágrimas quemaban en sus ojos.-No quiero volver a verte en un hospital mientras todos sacan estadísticas de latidos. No me hagas pasar otra vez por eso. No vuelvas ahí.

El joven la envolvió son sus brazos, besándola. Así fue como Laslie supo que entrarían. Bastian gritó algo que ella no logró comprender. Issac no se detuvo, tan solo le mostró su dedo corazón, sin volverse. No regresaría al hospital, no volvería a pasar por lo mismo otra vez.

Podían escucharlo fuera, pero Laslie mantenía a Issac con todas sus fuerzas, evitándole salir. Lo guió al sillón, haciendo que tomara asiento. Le dio la medicina y acarició su rostro una y otra vez.

-Tranquila, Laslie. Estoy bien.-dijo, rodeándola con ambos brazos.

-Te odio tanto.-murmuró ella, abrazándolo y besando su hombro desnudo.

-¡Laslie!-gritó Bastian, fuera. Ella se estremeció pero ni siquiera intentó salir, sabía que eso alteraría a Issac, y ya estaba lo suficiente alterado.

-Voy a llamar a la policía.-resolvió Justin y fue en busca del teléfono.

Dan estaba arriba, intentando tranquilizarse. Ver a Bastian lo destrozaba. Quería romperlo todo. Quería romperlo a él. Entonces bajó las escaleras y salió, quedando frente al joven de los rizos.

-La perdiste.-dijo, con rabia.-La perdiste por completo. Ella está ahí, con Issac. No va a venir con vos. Nunca va a volver con vos.-vio  que le dolía.- La tuviste y se esfumó en el aire. Se desvaneció por completo. Y, por más que estés en un hospital y le pidas que se quede, ella va a volver con Issac. Se quedó con vos y corrió tras él. ¿No lo ves, Bastian? Laslie nunca fue ni va a ser tuya. Nadie nunca la había visto tan feliz como cuando Issac está. Si, él la merece. Vos no.-Bastian permanecía en silencio, mirándolo fijamente.- No mereces a alguien como ella. No mereces a nadie. Intentaste destruírla, casi lo logras, pero llegó él. Nunca vas a ser como Issac. No podes ser como él. Podes destruír su auto, gritarle, hasta golpearlo, pero no podes ser como él. Laslie nunca va a mirarte como lo mira a él. Aceptalo, Bastian Dankworth. Laslie Lodge nunca fue tuya ni va a serlo. El juego se terminó, y perdiste.



No es quien dice serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora