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-¿Laslie?- preguntó él, entrando en su habitación.- ¿Por qué le permitías hacerlo?

-Bastian...

-Quiero saberlo.- dijo él firme.

-Mató a mi mamá frente a mis ojos, tenía miedo.- dijo ella casi en un susurro.

-¿Ahora tenes miedo?- ella se encogió de hombros.- Laslie, ¿Te doy miedo?

-¿Qué?- preguntó ella riendo.

Él se acercó a ella y la miró directamente a los ojos.

-Sabes que peleo clandestinamente, que me enojo fácilmente, me gusta la lucha y soy una pésima persona. ¿Te asusto?

-No, Bastian.- dijo ella poniendo su mano en la mejilla de él.- No me das miedo. Ademas, sos una persona increíble y te quiero.

-¿Puedo quedarme hoy?- preguntó él.

-Por favor.- pidió ella.- Hay tormenta y va a estar muy oscuro. Si no te quedabas iba a terminar yendo yo.

Él rió y le besó la frente, abrazándola con fuerza.
Mientras él se cambiaba, ella terminó de guardar las cosas que necesitaría para ir a la academia al día siguiente. Las pruebas para las clases mas avanzadas comenzarían y ella quería lograr cambiar un poco el entorno en el que llevaba tantos años.

-Nunca vas a llegar a nada ¿Sabes por qué? Porque no podes. Porque queres ser una bailarina y no paras de comer. Porque queres ser hermosa y grande y seguís vistiéndote como una nena de dos años. ¿Sabes qué? Estoy cansado de todo esto, no vas a llegar a nada, deja de lamentarte y aceptalo.- gritó el hombre y salió de la habitación cerrando con llave.

Laslie se secó una lágrima que resbalaba por su mejilla. Se puso su ropa de dormir y secó otro par de lágrimas de su rostro antes de notar que Bastian ya estaba ahí.
-¿Vas a contarme qué pasa?- preguntó él suavemente. Ella no respondió.- Está bien. Vení acá.- dijo abriendo sus brazos para que ella se acostara a su lado. La chica se recostó y él la abrazó tiernamente.- ¿Todo está bien?
-No lo sé.- dijo ella y luego se apoyó en su codo inclinándose un poco sobre el pecho de él.- Mañana son las audiciones en la academia, si me eligieran, podría tener oportunidades de acceder a las clases que rechacé hace tanto. ¿Vos crees que pueda...?
-Claro que si.- dijo él. -Yo te vi bailar, sos increíble.
-¿Y si no lo logro?
-Vas a hacerlo.- dijo él, sonriéndole calidamente.- Yo sè que podes. - ella sonrió tímidamente y le besó la mejilla antes de caer nuevamente a su lado.
Una enorme sonrisa se formó en su rostro. Esa chica era un ángel, ojalá la mereciera, pero jamás lo haría. Su pasado no hacía más que convencerlo de que mientras más lejos estuviera él de ella, mejor se encontraría la chica.







No es quien dice serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora