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La música empezó y Laslie comenzó a danzar como sólo ella sabía hacerlo. Las personas a cargo de evaluarlas estaban encantadas. Cuando acabó, ella se despidió con una simple reverencia y corrió al baño del lugar. Las lágrimas salían de sus ojos sin que pudiera evitarlas. Se deslizó por la puerta hasta quedar sentada en el suelo. Abrazó sus piernas con fuerza y dejó el tiempo pasar. Cuando salió, chocó con Bastian, que estaba a punto de abrir la puerta.

-Llevo media hora buscándote.- dijo él serio, entonces reparó en sus ojos rojos e hinchados.-¿Qué pasó ahí adentro, Laslie?

Ella negó hundiendo su rostro en el pecho de él. Bastian la rodeó con sus brazos y ella volvió a sollozar bajito.

-Laslie necesito que me digas qué fue lo que pasó. Te aceptaron y te buscaron para decírtelo pero no estabas en ningún lado.

-No me miraban a mi.- dijo ella en su pecho.- Miraban a mi mamá. La miraban a ella. Bastian, nadie me ve por quien soy, sino por quien fue ella, por quien fue mi padre, por quien fue mi hermano. Me dijeron "Fue maravilloso, Stela". Es tan insoportable que eso pase, estoy tan cansada de que todos piensen que soy alguien mas. Ya no se quién soy, quizás nunca lo supe.

-Laslie, ya no está ninguno de ellos. A penas conocí a Adam. Alec no los conoció, ni Dan, ni Justin, ni Rosse. Si lo que queres es descubrir quién sos, este es el momento, yo estoy con vos, voy a ayudarte.

-Bastian, quiero ir a casa.- susurró ella.

-Está bien, vamos a ir a casa.- dijo él, besándole la frente.- Te voy a llevar a casa pero necesito saber que vas a estar bien.-Ella sollozó suavemente y él la presionó más entre sus brazos.- Tranquila Laslie, estoy acá,  bonita. Todo va a estar bien, te prometo que todo va a estar bien.

Ambos salieron del lugar chocándose con Dan y Rosse. La chica saltó en sus brazos y Laslie le mostró una pequeña sonrisa. Bastian tenía su mano en la parte baja de su espalda mientras la miraba triste. Nunca la había visto llorar de ese modo.

-¿Tita pol qué tolaste?

-Es que pase unas pruebas, no te preocupes.

Ella se bajó de sus brazos al ver a una de sus amigas y corrió  con ella.

-¿Está todo bien?- preguntó Dan. Ella asintió y se fue junto con Bastian.

Al llegar a la casa, ella se quitó las mayas y tomó una de las remeras de su amigo y ató su cabello en una colita alta. Bajó con sus pies descalzos y se sentó con un libro entre sus manos, mientras Bastian se encargaba de unos asuntos de trabajo. Cuando él volvió la encontró leyendo tranquilamente. Se acercó lentamente y se sentó a su lado para luego rodearla con su brazo.

-Este ángel al que le gusta disfrazarse de demonio, este hermoso ángel sos vos. Este ángel es Laslie, mi Laslie. Llegar acá y encontrarte con una remera mía, leyendo... no sabes lo que siento sabiendo que puedo verte así cada día. No sabes lo sorprendido que estoy, me cambiaste de una forma increíble. El Bastian que era antes...- sus pensamientos se fueron interrumpidos por ella.

-¿En qué pensas?- preguntó suavemente.

Bastian se dio cuenta que estaba intimidándola con su mirada y le regaló una cálida sonrisa.

-¿Esa remera es mía?- preguntó divertido, ella se sonrojó a vez que bajaba la mirada.- Te queda mejor que a mi.

-Es cómoda.- susurró ella.

Bastian la pegó a su pecho y le besó la frente.

-¿Qué estás leyendo?

-Nada.- dijo ella apartando el libro. -No sabía que trabajabas.

-Son sólo unas empresas de la familia,- dijo él.- por eso volví al colegio.

-¿Cuántos años tenes, Bastian?- preguntó ella frunciendo el ceño.

-19.- suspiró él. Parecía frustrado.- Sé que pensas que soy un fracasado.

-No, no lo decía por eso.- dijo ella sentándose mejor frente a él.- Es sólo que me parecía que no tenías mi edad.

-¿Y eso te preocupa?- preguntó él. Ella negó. -¿Curisidad?- la chica asintió y él rió besándole la mejilla.

Ambos se quedaron en el sillón tirados mientras escuchaban música.

-¿Qué vas a hacer con lo de la academia?- preguntó él.

-No sé.- dijo ella volteando a mirarlo.-¿Qué decís que haga?

-Si vas a sentirte cómoda ahí, andá, pero si no, no te hagas eso.- dijo él, apartándole un mechón de cabello.

-Bastian, ¿Y si averiguo por algún otro lugar?

-Suena increíble.- dijo él.-Ah, Laslie,- dijo él, más serio.- me gustaría que... no quiero que vuelvas a las peleas. ¿Pensaste que no iban a acordarse de vos? Los mejores nunca se olvidan en la clandestinidad.

-Hace mucho que no voy,- dijo ella.- desde que llegué acá.

-No quiero que vayas.- dijo él.

Ella dejó su cabeza caer sobre el sofá mientras suspiraba, llevaba tanto tiempo sin ir ahí. Después de los problemas que hubo la última vez, no regresó. Si Adam se hubiera enterado que mientras él dormía, ella escapaba de la policía junto a otro grupo de peleadores , la habría matado.
-¿Vas a dejarlo?- preguntó Bastian, apoyándose sobre su codo y quedando, ligeramente, sobre ella.
-Voy a intentarlo.- dijo ella. Él la miró serio.- Es que cuando todo pasó... cuando Adam se fue, esas peleas se volvieron una forma de distraerme, así evitaba pensar en él.
-¿Por qué no querías pensar en él?
-Porque dolía. Pensar en Adam duele, recordarlo duele.- ella sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas pero no permitió que estas salieran.
-Te prometo que voy a hacer todo lo posible por hacer que ya no te duela más.- dijo él acercándose más a ella y sosteniendo su peso con ambos antebrazos, uno a cada lado de ella.






No es quien dice serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora