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Laslie se durmió sin poder evitarlo, junto a Issac. Él la cubrió con la sábana y pidió al médico que no la hiciera retirarse. No quería que se la arrancaran de su lado, sobretodo porque sabía que ella había besado a Bastian. Estaba seguro de eso. Sabía que él terminaría ganando sin hacer más que enrollarla en sus trucos. Pero aún había esperanzas para Issac, porque ella regresaba. Pero, en algún momento, ya no lo haría y ese sería el fin de ese cuento en que él se había sumergido.

-No quiero perderte.-susurró contra el cabello de ella. Ajustó sus brazos en torno a Laslie y ella se removió con suavidad.

-No va a pasar.-murmuró, sin abrir sus ojos.- No voy a dejarte, Issac. Destrocé tu vida al aparecer en ella, no voy a dejarte lidiar con todo ese daño solo. Voy a remediarlo. Voy a solucionarlo todo. Lo prometo.

-¿Ah, si?-preguntó divertido, como cada vez que Laslie se declaraba ser quien le arruinó la vida.-¿Y cómo vas a hacer eso?

-Amándote cada día más, estando con vos, mostrándote que puedo ser una tormenta agradable a veces. -murmuró ella, aún recostada sobre el brazo de él.

-Te amo, Laslie.-dijo él.

Entonces ella abrió sus ojos celestes y los clavó en él, brillantes y cargados de dolor y sentimiento.

-Te amo, Issac.-dijo y él atrapó sus labios casi con urgencia.

Ella se apartó, atormentada por la máquina. Issac la miró y a ella se le antojó como una caricia en el rostro, el modo en que la observaba.

-Así late cada vez que te beso.-dijo él.-Así imaginé que latiría cuando dijeras que me amas.

-Me asusta escucharlo.-confesó ella.-Me asusta esa máquina.

La puerta se abrió y una enfermera los observó a ambos con una dulce sonrisa.

-Ya puede irse, señor Gray.-dijo.- Todo está en orden.

Vio como la chica ajustaba sus brazos en torno a él y se aproximó.

-Puedo quedarme con vos mientras él se cambia, si lo queres así.-dijo y ella asintió.

Al salir, Issac vio a Laslie sonriendo con suavidad. La tomó por la cintura y besó su cabeza.

-¿Lista para volver a casa?-preguntó él. Laslie asintió, mirando sus pies.- A mi tampoco me gustan los hospitales.

-¿Vamos a ir a lo de Alec?-preguntó ella, mirándolo de reojo.

-Si. Le pedí quedarme, mi mamá usurpó mi casa por unos días. No voy a llevarte ahí.

-Ella tiene razón, Issac.-suspiró Laslie, apartándose con suavidad.

-Esa es la misma actitud que tuvo Bastian cuando se fue.-dijo Dan, desde la puerta.- ¿Pensas subirte a un auto ahora?

Laslie frunció el ceño y buscó la mano del hombre de los ojos azules, entrelazando sus dedos y pegándose a su lado. Issac se aferró al temor que vio en sus ojos. Puede que se quedara con él un tiempo más, ojalá fuera así.

-No voy a subirme a ningún auto.-dijo ella, entre dientes.-No voy a dejar a Issac.

-¿Por eso besaste a Bastian anoche?-preguntó él, para luego cruzarse de brazos y recostarse contra el marco de la puerta.

-Besé a Bastian a noche, -murmuró, liberando el aire contenido.- porque no puedo olvidarme de él. Pero eso no quiere decir que no quiera a Issac, o que vaya a dejarlo.-contraatacó.- Quiero quedarme con Issac. Él lo sabe. ¡No es mi culpa que Bastian haya matado a tu esposa!-estalló y luego fue consciente de lo que había dicho.- Dan, lo siento. Perdón. No quise...

-Si. Si quisiste.-dijo él, apretando los puños e intentando calmarse.- Entiendo, Laslie. Solo tenes que saber que estás mintiéndote a vos misma. Hacé algo por los demás y quedate con Issac solo si no vas a volver a ver a Bastian. Si pensas volver a verlo, tomá.- le tiró las llaves del auto.- Podes irte ahora, él quiere verte.

Ella miró las llaves que descansaban en una de sus manos, mientras la otra seguía tomada de la de Issac. Abrió sus dedos y echó a correr. Antes de perderse en el laberinto de pasillos, pudo escuchar un "Lo sabía." escapando de los labios de Dan. Pero él no lo sabía, no tenía idea.

No es quien dice serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora