Cigarrillo entre los dientes, espalda contra la pequeña columna, el cuerpo permanece sobre la baranda. Laslie Lodge mira cómo las ventanas de los edificios vecinos, se apagan una a una. Mira la avenida, a considerable distancia, por debajo de ella y se pregunta si a alguien le caerán las colillas al pasar y mirará hacia arriba.
La imagen de una mujer acaudalada pasando con un elaborado peinado, decorados con colillas, le arrancó una risa incolora de los labios manchados de sangre, aún fresca.
Al dejar salir el humo, las zonas mordisqueadas del labio le ardieron, pero ni siquiera se molestó en hacer una mueca de disgusto.
Jamás se había visto a sí misma como una chica nerviosa, pero puede que todo lo vivido fuera demasiado hasta para su capacidad de mostrar serenidad en todo momento.
Alguien llamó a la puerta Laslie abandonó la baranda y abrió la puerta. Miró el pasillo, pero ahí no había nadie. Estaba a punto de cerrar cuando vio una pequeña caja en el piso, junto a una nota.
Sé que este no es el modo en el que lo esperabas, sé que no es para nada lo que esperabas. Pero, Laslie, desde que te fuiste hoy, sé que esto es lo que quiero. Puede que no tengas la edad y yo tampoco, ha decir verdad, somos jóvenes para esto, pero ¿A quién le importa?
Quiero poder mirar a mi lado y verte ahí. Dame la oportunidad de demostrarte que puedo ser el hombre que te acompañe desde ahora y para siempre, incondicionalmente. Dejame ser quien se tire en tu cama cada noche, te moleste, te bese, te despeine, te abrace. Podemos vivir todo esto, juntos. Solo tenes que darme una respuesta. Y ahí viene lo más difícil, la pregunta. ¿Lista? Espero que lo estés, porque la suerte está echada, el anillo está en tus manos, yo estoy escondido, de rodillas, y ya no hay vuelta atrás.
¿Queres casarte conmigo, Laslie?
La chica recorrió el pasillo con la mirada. Volteó la nota, no estaba firmada. Escrita en letra de máquina de escribir, con un suave perfume a uno de esas colonias que usaba Adam. Recorrió las letras con la yema de los dedos y prosiguió a abrir la caja, dejando ante sus ojos un precioso anillo, con pequeños diamantes incrustados. Lo recorrió con la mirada y se preguntó de quién sería. Entonces hizo algo que jamás creyó que haría. Se puso el anillo y miró al pasillo.
-Si, quiero.-dijo, aunque no sabía quién había hecho la propuesta.
Entró en el departamento, dejando la puerta entreabierta y caminó hacia su cuarto. Se dejó caer en la cama y apagó la luz, imaginándose a lo lejos, a alguien sentado en un balcón, viendo como su ventana se volvía otra con las luces apagadas, sin saber que ella aún no dormía porque tenía un anillo en su dedo, una propuesta aceptada, y al día siguiente comenzaban las clases.
El colchón se hundió a su lado, una mano se deslizó por su cintura. Laslie sonrió y, por primera vez, no tuvo miedo a lo que podía salir de una decisión que ella misma había tomado.
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Gracias por leer. Espero que les haya gustado.
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Nuevamente, gracias por leer. ♥
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No es quien dice ser
Teen FictionLaslie Smith es la chica mas odiada del instituto, no hay quiera estar con ella. No solo es rara, sino que nadie sabe nada de ella. Los populares la odian porque ella sabe como cerrarles la boca y los demas, son arrastrados por ese sentimiento que l...