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-Mañana voy a acompañarte a la escuela.-murmuró Issac, mientras ella se acomodaba a su lado.-Vamos a ir juntos. Sería loco pisar una escuela como si fuera un alumno.

-¿No fuiste a la escuela?-preguntó Justin, confundido.

-Issac tiene problemas cardíacos.-dijo Laslie.

-Desde que nací.-dijo el chico.- Vivo en una especie de burbuja desde mi nacimiento. No puedo hacer deporte, pelear, ni siquiera puedo correr. En realidad, puedo, pero no debo si no quiero enfrentarme a las consecuencias.-ella se estremeció e Issac la miró, rodeándola con su brazo.- Y no son buenas. Ya, Laslie, no voy a alterarme. Es solo un auto y él es un imbécil. 

Alec miró a su hermana, quien miraba la nada mientras la mano de su novio subía y bajaba por su espalda, una y otra vez. Vio, entonces, que había un tatuaje nuevo al otro lado de su muñeca. Se aproximó, con el ceño fruncido, y despejó la piel.

-¿Te tatuaste mi nombre?-preguntó, feliz.

-Acá está el nombre de Adam y, de este lado, el tuyo. Los nombres de mis hermanos.-murmuró ella y sonrió ante la alegría de él.

-Es tinta permanente en tu piel.-dijo.

-Y vos sos una persona permanente en mi vida.-se encogió de hombros.- Me gusta llevarte conmigo.

...

Bastian entró a la casa y Emer se puso de pie al instante, clavando sus ojos en él.

-¿Dónde estabas?-preguntó y miró la herida.-¿Qué te pasó?

-En la comisaría.-masculló.-Estrellé el auto.

-No van a dártelo.-advirtió.

-Ya no sirve. Ni el mío ni el de él.

-¿Chocaste contra alguien?-preguntó, furioso.

-No. Solo le destrocé el auto a Issac Gray.-dijo, restándole importancia.

-La perdiste. Aceptalo y dejá de hacer estupideces.-advirtió Emer, viendo como su amigo se dejaba caer en el sofá.

-No. No la perdí del todo porque ella me devolvió el beso. Porque admitió que me ama. Voy a recuperarla.

-¿No lo entendes, Bastian?-preguntó, mirándolo con un poco de pena.-Ella no quiere ser recuperada.

-Dijo que me ama.

-Estoy seguro de que también te dijo que la lastimas.-él guardó silencio.-Pensalo, Bastian. Pensalo bien antes de volver a salir. La dejas ser feliz con él, o la destruís. Acordate que no es un juguete y ya tuvo bastantes de tus idioteces como para toda una vida.

-Vos me metiste en esa academia.-dijo él.

-Si, pero yo no te dije que la abandonarás. El problema no fue que estuvieras con ella, el problema fue que te volvieras tan susceptible a lo que los demás pensaban de su relación. Ella lo dijo, vos fuiste el primero en subir al auto e irse.

Emer salió de la casa, dejándolo solo. Él vio el libro bajo el sillón y lo tomó. Donde los árboles cantan. Era el libro que ella leía aquella tarde, mientras usaba la remera de él. Suspiró y lo abrió. Había una escritura en la primer hoja.

No fueron los aviones, fue Bella quien mató a la bestia.

Era la letra de Laslie. La repasó con sus dedos. Entonces se preguntó quién había sido la bella y quién la bestia en su relación. Se cuestionó quién había matado a quién, y quiénes habían sido los aviones. Y se durmió, viéndola a ella completamente tapada, en medio de la oscuridad.



No es quien dice serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora