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Laslie se metió en la cama, recién bañada, y abrazó a Issac por la espalda. Él volteó hacia ella, sin camiseta, y la pegó a su pecho.

-No sabía que él estaba ahí.-dijo él.-No te hubiera llevado de ser así. 

-Lo sé.-murmuró ella.-Todo está bien. ¿Sabes? Es muy difícil permanecer acá ahora.-él la miró con tristeza.-Quiero saber qué preparaste para este fin de semana.-dijo y entonces su mirada se animó y rió suavemente.-Me gusta escucharte reír.

-Es que sos muy ansiosa.-dijo él y a besó.-Ahora, tenes que dormir.

-No. Estás pensando en eso y no vas a dormirte. Me pone nerviosa que te quedes despierto. Mirá si se me escapa un "lindo cerdito" entre sueños porque estoy soñando con una granja. Eso sería embarazoso.-él soltó una sonora carcajada y la besó una y otra vez.

-Detrás de esa chica mala que decís ser, todavía esta esa imaginación traviesa, por lo que veo.-rió y volvió a besarla.

...

Laslie despertó sola en la cama. Se cubrió el cuerpo con las sábanas y revolvió su cabello. Tomó la camisa de Issac y entró al baño.

-Hola, preciosa.-dijo él, sorprendido, terminando de afeitarse.

-Hola.-murmuró y comenzó a cepillar sus dientes, recostada sobre él.-Pensé que ibas a dejar que te creciera un poco más.

Se paró de puntitas y lo besó. Permaneció con los ojos cerrados, abrazándolo por la cintura mientras él terminaba con lo que hacía. Él rió con suavidad y acarició su espalda. Al acabar, levantó los pies de ella del piso y caminó hasta la cama, depositándola suavemente para buscar entre su ropa. 

-Ponete esto.-dijo, sacando una remera blanca, cortita, y un jardinero de jean, oscuro.

-No me suena esa ropa.-dijo ella, frunciendo el ceño.

-Me atrapaste.-rió él.-Dale, ¿No queres ver tu sorpresa?

Laslie se levantó con rapidez y se apresuró a cambiarse. Salió y él le ató el cabello en una colita alta para luego dejar un pequeño beso en su cuello. La chica lo miró y un pequeño brillo se apoderó de sus ojos.

Cuando Issac abrió la puerta, ella no comprendió que eran todas las líneas en el piso y las paredes. Él la guió a la cocina. 

-¿Un desayuno estadounidense?-preguntó él.

Entonces lo comprendió y lo miró, fascinada. Asintió efusivamente y él rió.

Al sentarse en la mesa, ella miraba los papeles en la pared, era toda la ciudad. Issac se sentó a su lado y le pasó el brazo por los hombros.

-Esta es la vista desde el edificio más alto de todo el país, a la hora del desayuno.-dijo y ella volvió a mirarlo, cautivada.- Va a ser un largo día, Laslie, así que hay que desayunar bien. No todos los días se conoce el mundo entero en menos de 24 horas.


No es quien dice serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora