Wei WuXian es uno de los mejores médicos de su generación, solo alcanzado por otro doctor llamado Hua Cheng. Ellos se conocen desde la más tierna infancia, pero por una razón del destino se separaron y no se habían vuelto a ver. Ambos nada más se ac...
Wei Ying no sabía ni que pensar, lo que vio fue un golpe muy duro de la realidad para él. ¿Por qué? Porque él siempre pensó que Lan Zh-, no, que Lan WangJi no lo iba a dejar nunca y que de verdad lo amaba para quedarse siempre a su lado.
¡Qué tonto más ingenuo fue! ¡Claro que Lan WangJi iba a encontrar alguien mejor que él y lo iba a dejar en algún momento!
Wei Ying quería ir a reclamarle que como pudo hacerle eso, quería destrozar todo lo que había aquí, quería largarse de ese lugar y encerrarse en su apartamento para no salir nunca más, pero no podía porque:
1: Tiene dignidad.
2: Si lo hace meterá en problemas al hospital.
3: No puede dejar sola a la mujer que está ayudando.
4: Si lo hace va a recibir una súper regañiza del doctor QingQiu, y esto último era lo que menos quería.
Wei Ying se mordió la mejilla para no empezar a llorar en ese mismo instante y mientras estaba concentrado en suprimir sus emociones, Binghe lo miraba preocupado a su lado.
"¿Puede una persona romperse en un instante?" Se preguntaba el pobre Binghe-ge en su mente.
En un momento la persona que consideraba como su hermanito menor perdió su sonrisa alegre que lo caracterizaba y esos ojos plateados que siempre tenían un brillo travieso ahora eran un par de ojos color plomo sin vida, dejando en su cara una expresión de tristeza y dolor.
-Binghe-ge- la voz de Wei Ying lo sacó de sus pensamientos- ¿Ya llamaste a una ambulancia? Me empiezo a sentir enfermo acá.
"Hasta su voz se escucha rota" pensó Luo Binghe sintiéndose culpable de no sacarlo a tiempo de allí.
-Si A-Xian, ya llamé a la ambulancia- dijo Binghe.
-Bien...- dijo Wei Ying sin ánimo.
En ese momento la mujer a la que estaban ayudando habló.
-¿Wu... WuXian?- preguntó la mujer- ¿Eres... eres tú?
Wei Ying volteó a ver a la mujer y se sorprendió cuando la reconoció.
-¿Señora Mo?- preguntó sorprendido.
-WuXian..., me alegro... de encontrarte- dijo con dificultad- Te... tengo que dar algo.- dijo intentando alcanzar su bolso.
Wei Ying la detuvo- Lo primero es ayudarla Señora Mo, después me da lo que quiera.
-Pero... WuXian...
-Pero nada, lo primero es ponerla a salvo- le dijo Wei Ying firmemente.
-Ya escuchó a A-Xian señora... señora... ¿Era señora Mo?- dijo Binghe un poco dudoso.
En ese momento llegó la ambulancia y fueron con pasos apresurados a subir a la señora Mo, mientras que Binghe iba con ella en la ambulancia Wei Ying se fue en su coche manejando.
(En algún lugar del salón unas personas sonreían con malicia, Wei WuXian ya no se podía interponer más en sus planes)
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