CAPITULO 1

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 "Es absurdo que nosotros, cosas finitas, tratemos de determinar cosas infinitas"

CAPITULO 1

SAMAEL

Diciembre 26 del 2015

---Mi capitán---el saludo militar de Julius me hace girar.

---Déjate de estupideces y entra---le digo sin muchas ganas.

Entra a mi oficina cerrando la puerta detrás de si, me mira de pies a cabeza y se lo que va a decir.

---Lo sabía---me observa con algo de decepción---pero como ya lo sabía, le informo mi teniente que me enliste para partir a Afganistán junto con su tropa en las próximas horas---sus palabras me dejan atónito.

---Julius no digas bobadas, tienes una madre a la cual darle amor, no quiero tu culo llorón en mi tropa.

Ha sido mi mejor amigo desde que entramos al ejército, ambos dijimos que solo serian dos años de servicio y aquí estamos catorce años después.

---Claro que mi culo llorón estará en tu tropa, así mi madre estará más tranquila, también eres como un hijo para ella---sonrío para mis adentros, es cierto, Martha ha cuidado de mi como una madre.

---¿Y va a estar tranquila si sus dos hijos mueren en Afganistán? ---pregunto sarcásticamente.

---No, eso será un hecho, pero ella fue la que me envío a hacerlo Sam.

Así era Martha, terca, Julius y yo siempre terminábamos haciendo lo que ella quisiera.

---Bien teniente, arregle sus cosas y lleve su trasero al avión, partimos dentro de tres horas.

ACTUALIDAD.

Llevo 5 meses pudriéndome por decisión propia en este desierto y lo peor es el placer grato que me produce.

Muchos soldados heridos, otros muertos, son el desayuno de nuestras mañanas. Solo un mes más, y tendremos dos semanas para estar con nuestras familias.

El culo llorón de Julius me ha salvado incontables veces en el campo de batalla, aunque si soy sincero no hemos mostrado avances contra los islámicos. Toda esta situación me harta.

Camino por los campamentos de resguardos, hoy llegaron las municiones, los alimentos y demás, los enfermeros, las camillas, son las 4:30 de la madrugada y todo esto es un alboroto.

Apresuro el paso para llegar donde se encuentra esperándome mi tropa.

Los veo sentados en la arena con la mirada perdida, algo melancólica, en cierto modo me recuerdan a mi padre sentado en nuestra pequeña sala mirando el retrato de mi madre.

---¡Señoritas! ---digo tan alto que mis cuerdas vocales se marcan en mi garganta, todos parecen como resortes.

---¡MI CAPITAN! ---gritan todos en coro, me dan algo de risa, algunos me tienen miedo y es algo lógico por la reputación que me he ganado, lo que ellos no saben es que los he salvado de muchas situaciones sin que ellos lo sepan.

---Descansen---sin mucho animo camino en medio de las filas de hombres---en este mes tenemos una misión suicida.

Todos miran al frente esperando a que yo continúe.

---Nuestra misión se llama aves en caída señoritas---miro de reojo y veo como Daniel esta que se orina en sus pantalones---que consiste en matar todo lo que se mueva a menos de un radio de 5km---me fastidia el fastidio de mi soldado.

Camino hasta su punto y veo como me mira a los ojos---¿algo que quiera aportar señorita? ---le pregunto apretando su hombro firmemente.

---No señor---grita impaciente.

CARTAS AL AZARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora