CAPITULO 25.

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En un mar donde las variedades de flores abundan, y los significados vuelan, las margaritas me recuerdan a ti.

CAPITULO 25.

SAMAEL.

Los rayos del sol dan en mi cara, haciendo que parpadee muchas veces, Annie y yo nos quedamos dormidos en la playa.

---Nena despierta, tenemos que irnos---su cuerpo está completamente pegado al mío.

---Solo cinco minutos más---su puchero me hace gracia, su rostro somnoliento, sus largas pestañas adornan sus pómulos y esas miles de pecas que reafirman el tono de su piel.

---Vamos, si quieres seguimos durmiendo pero en la casa---beso sus ojos, luego sus labios, su mentón, dejo muchos besos en su rostro.

---Si me cargas si---esta faceta es tan nueva y tan placentera.

---Bien---sin más, me levanto, estiro mis brazos un poco, dormir en la playa no es nada cómodo.

Recojo nuestras cosas y las llevo a la camioneta, Ann sigue medio dormida en la manta.

---Muchas gracias por permitirnos estar aquí---le digo al guardia.

---Muchacho, ya los iba a despertar, es el cambio de turno---las ojeras en sus ojos, un trabajo como este debe ser pesado.

---En cinco minutos nos vamos.

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---Martha tenemos que hablar---ella se encuentra regando las flores, como cada mañana.

---Hijo, me has asustado---viene a mí y me abraza, sus abrazos son tan reconfortantes, incluso ahora se siente así---No me avisaste que volvías, ¿y por qué estás aquí?---cuestiona.

---Tengo una misión en Colombia, por eso he vuelto, regresé ayer en la noche y he salido con Annie, por eso no subí---me explico.

---Entiendo caramelito, ¿cuéntame que te sucede?---su sonrisa es algo nostálgica.

---Esto---le entrego la carta que Norman me facilito.

Ella la toma, la abre y sus ojos van de la carta a mí, muchas emociones surca su delicado rostro.

---Algún día esto tenía que suceder ¿no?---sus labios de hacen una línea---vamos al jardín, ahí te contaré absolutamente todo.

No digo nada y solo sigo sus pasos en silencio.

---Te lo diré si me dices que ocurrió cuando Norman se enteró---propuso.

---Bien---es todo lo que logro decir.

Llegamos al centro del santuario como Juls y yo le decimos, nos sentamos en la banca que está en el medio.

---Bien querido, por donde empiezo---sus manos toman las mías, acariciándolas con tanto amor---Conocí a Lissi cuando ambas iniciamos la universidad, yo estudiaba economía y ella una licenciatura, una vez como en ensueño nos tropezamos por los pasillos, así tipo película---suspira---admito que me enamoré en ese instante de ella, por otro lado ella solo se molestó y lo único que yo hacía era reírme.

--- ¿En qué punto ella dijo que estaba enamorada de ti?---pregunto.

---Yo siempre supe que me gustaban las mujeres, había salido con algunas antes, pero para Lissi todo era nuevo, ella siempre creyó que era heterosexual y luego parece una chica y le revuelve el mundo y las emociones, fue un año difícil, tuvo que aceptar su nueva sexualidad y todas esas cosas que te imaginaras---entonces ella fue su primera y única mujer---al año y medio de conocernos nos besamos por primera vez, nunca antes me había sentido en las nubes hasta que la bese, sus suaves labios solo se unieron a los míos y todo encajo.

CARTAS AL AZARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora