CAPITULO FINAL.

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Las cumbres del silencio me abrazaron, mientras que las costas de mi silencio a un barquero trajeron, eras tú el navegante que trajo un susurro dónde miles de casualidades nacieron.

CAPITULO FINAL

ANNIE.

Estoy en el mismo punto que la primera vez que escribí aquella carta.

La incertidumbre y la ansiedad me llenan por completo, convirtiéndome en un manojo de terminaciones interminables, donde los pensamientos borrosos son los que habitan cada rincón de mi nublosa mente.

Han ocurrido tantas cosas en tan poco tiempo, los sentimientos los tengo encontrados mientras sostengo una nueva carta en mis manos.

Sam prometió que sería la última carta que yo recibiría por parte de él, lo cual ha sido extraño, sonaba a despedida, a un eterno adiós, tal vez sean mis hormonas causándome estragos, llevándome a pensamientos remotos de abandono.

Mis manos acarician el creciente vientre que me acompaña, siete meses ya, sus movimientos y sus firmes patadas hacen saltar mi corazón.

---Tranquila Lissi, en dos meses estarás afuera---le hablo a mi hija, Martha escogió el nombre, dijo que su hermoso rostro adornaría cada letra que acompaña ese nombre, estuve encantada de hacerlo---nos hace falta un poquito.

Quisiera que mis palabras la calmaran, pero no, solo las de su padre lo hacen, si estuviera justo aquí sus fuertes manos acariciarían mi vientre, sirviendo como sedante ante su inquietud.

Las olas del mar van y vienen, estremeciéndome, las brisas y los rayos del sol me dan directo en la cara.

---Hagámoslo, veamos que nos escribió tu papi---abro el papel, para encontrarme con su letra cursiva, tan perfecta como siempre.

Ann.

Hemos estado juntos poco más de un año, no solo viviendo juntos, cuento el tiempo a tu lado desde aquella primera carta que me cautivó.

Estamos en la misma línea, el hilo de la vida nos escogió para trazar ciertos sacrificios, y deseos que nos unan. Todo ha sido tan rápido, sin un espacio para asimilar lo ocurrido.

Es extraño que cuando no tenemos a esa persona en nuestros brazos, el tiempo exiguo se percibe, más cuando ya alcanzamos lo deseado el tiempo se hace eterno, eso me ocurre, el tiempo se me hace eterno nena.

La eternidad de tus ojos me embelesa el alma, llevándome a infinitos mundos donde todos mis sueños son cumplidos por la majestuosidad de tu sonrisa.

He leído tantos libros que hablan sobre el amor, mostrando tantas facetas de este, este es el amor que siento por ti:

La tranquilidad de las nubes, sueños ahogados que vuelven a revivir. El viento cálido, esperanzas amargas que hoy cobran un nuevo sentir. Una lluvia áspera, gritos que desaparecieron con mi nuevo latir.

Una flor olvidada que sola resistió. El llanto de un niño que nació. Y la tranquilidad de un beso que me llenó.

El amor que siento por ti cubre todas las emociones, las direcciones, cubre cada célula de mi ser, mostrándome lo peor de mí, sacando lo mejor de mí, eres la calma después de la amarga tormenta y por eso ya no quiero vivir sin ti.

Cásate conmigo.

Deseo unir nuestras vidas, fundirnos en nuestros miedos más tormentosos y sacar lo más hermoso de nuestro ser.

No sabía cómo pedirte que te casaras conmigo, ninguna idea me llenaba por completo, nada imaginable me convencía de que eso merecías, todo se hacía tan poco y tan nada, por eso estas en la playa, donde inicialmente recibiste mi primera carta, donde nuestros sentimientos se alimentaron, crean brisas hermosas que acarician los sueños que brotantes en los pensamientos que nos acompañan.

Cásate conmigo y tengamos un jardín propio, quiero llegar a viejo y estar en ese jardín observándote, ahí en ese preciso instante sentiré que así debía terminar, el olor de nuestras flores pintando el ultimo recuerdo de mi mente, el recuerdo que me llevare a la tumba, tú ya arrugado rostro, mirándome con dulzura, mientras me dices que me amas.

¿Quieres casarte conmigo?

Un destello, algo amargo, tal vez dulce, no lo sé, solo sé que mi corazón ha dejado de latir igual.

Una enorme sonrisa me abarca, esa sonrisa triste que me contaminaba, aquellas ideas fugaces que me hacían dejar de creer, se han extinguido.

Me levanto lentamente, acomodando el largo vestido color aceituna que acompaña, limpio la arena que me cubre, tengo que buscarlo.

Levanto mi vista y ahí viene, caminando despreocupado, con sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón, sus ojos me observan con anhelo. Esa ropa blanca resalta el color de su piel, ese color de piel que no es blanco, pero tampoco es negro.

Su figura cada vez es más grande y visible ante mis ojos, tiene un sonrisa pintada en su rostro, sus pies descalzos son cubierto por la algo molesta arena, siento como Lissi se mueve por mi vientre---También sabes que se acerca ¿cierto?---le pregunto a mi hija, colocando una de mis manos en mi cadera, en la otra sostengo el papel que ha detenido mi corazón.

---Hola nena---su voz áspera y carrasposa me saluda, erizando cada vello que pueda haber en mi cuerpo.

---Hola honey---estiro mi mano, entregándole la carta que acabo de leer, con su mirada clava en la arena lo veo arrodillarse ante mí.

---Miles de noches maldije mi existencia, preguntándole al cielo cual era la razón para estar vivo, si había alguna excusa valida, en el campo de batalla desee tantas veces haber muerto para dejar de sufrir---sonríe mirándome a los ojos, mientras saca una caja de terciopelo negro---mi sufrimiento terminó cuando llegaste, se esfumó cuando tus labios se atrevieron a amarme---abre la cajita mostrándome un anillo muy sencillo pero hermoso, el brillo de este es acompañado por una esmeralda que resplandece---el verde de tu ojos me recató, me abrió paso a una nueva vida y no quiero tener esa vida sin ustedes---concluye, toma mi mano izquierda, rechazando la otra que le entregaban el papel---cásate conmigo nena.

Un nudo se me instala en la garganta, dificultándome las palabras, solo puedo sonreír, mientras veo la sortija que ahora me pertenece.

---Si quiero---logro articular cuando una lágrima me libera de la emoción que me aprisionaba.

---Te amo---se levanta, acercándose a mí, tomándome, aferrándose como siempre lo hace, besándome.

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Busqué un amor de esos que me hicieran sentir en la luna, ese amor que borrara el desierto de amarguras que alguna vez sentí, que los besos y caricias solo me pertenecieran a mí, me imaginé encontrando el amor de tantas maneras y llego de la única forma que no anticipé.

Creí que el amor te arrinconaba arrebatándote las fuerzas, hundiéndote en el fondo del océano mientras intentabas luchar y no.

El amor que obtuve me dio alas, me saco a flote y me hizo sentir invencible, el amor que tengo me hace saltar tan alto que yo sola puedo bajarme una estrella ya que él es el impulso que me hizo saltar.

Deseo ese amor para todos, sin barreras, ni direcciones herradas, un amor que los haga volar lejos de las balas de la vida.

Les deseo un amor como el que estoy sintiendo, como el que estoy recibiendo.

---Te amo honey---dije en suspiro ahogado, en un suspiro abrasador, esperanzador.

Recuerden solo una cosa, aceptamos el amor que creemos merecer, así que no crean en amores a medias.

CARTAS AL AZARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora