EPÍLOGO.

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EPÍLOGO.

NARRADOR OMNISCIENTE.

Cada final es diferente, los mundos, aun los aires que se respiran son diferentes, siempre hay algo que los diferencia.

Esta no será la excepción, muchos finales llegaron, todo tiene que terminar y esto también culminará.

Las vidas de las madres de nuestros protagonistas fue borradas de esta era, sus risas y pensamientos quedaran guardadas en nuestros recuerdos fugaces, recuerdos que se borran al momento que los pensantes sean borrados, mientras tanto, en lugar lejano donde las almas reposan y descansan, cuatro almas se encontraron.

En efecto.

La dulce Greta tuvo un encuentro con el amor de su vida terrenal, notó que no olvidó como se sentía amarlo, ese sentimiento que alguna vez empolvó en su corazón, volvió a calentarse cuando lo vio.

Así mismo, Samanta se reencontró con su eterno amor, Lissi, quien la esperaba con los brazos abiertos, dispuesta a entregarle lo que alguna vez se negó a sentir.

---Demoraste---le dijo en un susurro, mientras la abrazaba.

---Nuestros hijos me necesitaban---eso bastó para Lissi, supo que Sam y Julius estarían bien, así seria.

El reencuentro de estas dos parejas a mi parecer fue soberano y majestuoso, un amor que perdura en la eternidad es un amor que no fue desperdiciado en la tierra.

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En el plano terrenal, la vejez había tocado la puerta de la familia, Williams Richards, Samael pisaba los setenta años, mientras que Annie tenía cuatro años menos, aunque la vejez llegó a ellos, no se quejaron, puesto que se tenían el uno al otro para ser su consuelo.

Sentados juntos en el jardín de su casa, jardín que al pasar de sus años juntos, cada vez mas era más hermoso, como el amor que crecía a su alrededor.

--- ¿Lo ves?---su brazo con cuidado la abrazó, atrayéndola más a el---terminamos justo donde quería, en medio de nuestro propio jardín---le dijo, y así era, su casualidad se volvió realidad.

---Nunca dudé honey---la voz de Annie era algo apagada, sus achaques de anciana la tomaban siempre desprevenida---cada flor de este lugar cuenta nuestra historia.

Su cabeza reposaba en el hombre de su amado, sus manos arrugadas entre lazadas, mientras la hermosa mañana los observaba despertar.

---Mamá, papá---la voz de su hija de treinta y siete años hizo que su padre la observara por encima de su hombro---les he traído visitas---les informa.

El corazón de Sam, tan solo por un instante se imaginó al padrino de su hija, Julius, entrando por esa puerta quejándose del dolor de espalda, pero diciendo algo ocurrente para alegrar el día, suceso que no iba a pasar.

Julius murió en una misión, dejando un hijo, dejando a su sobrino en manos de él.

Y el entró, cada parte de su rostro le recordaba a su hermano, aquel hermano que fue de consuelo en tantos años.

---Hijo por favor pasa---le dice el hombre mayor, sosteniendo una sonrisa, verlo le recordó sus años de juventud, años que disfrutó junto aquel buen hombre hoy ya no estaba.

--- ¿Cómo han estado?---saludaba Jamie dándole besos a ambos---me tienen olvidado, viven aquí plantados, ¿Quién es el tulipán y quien es el narciso?---siempre que llegaba les hacia esa pregunta, su espíritu era libre como el de su padre, transmitía tantas cosas a sus veinte años y él está aquí, con la misma edad transmitiendo lo mismo.

--- ¿Qué tal la universidad? ¿Tienes alguna novia? Pon nos al día---Annie lo miraba y recordó aquella tarde donde Julius le dijo que ella siempre fue la crush de su esposo y sonrío.

La vida les había sonreído a través de sus nietos, el hijo de Julius, a través de todas las situaciones que hicieron que el par de ancianos amaran la vida.

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Esa mañana entre risas, consejos y recuerdos, se fue volando, llegando con ella la tarde.

Las pequeñas hijas de Lissi corrían por toda la sala, Stefan su padre intentaba calmarlas, pero ellas solo seguían.

---Tranquilo hijo, no nos molesta en lo absoluto---la mano de Annie se posó en su mano, sonriéndole con tranquilidad---en nuestra habitación no se escuchan sus risas---algo que le entristeció porque amaba ese sonido particular de sus nietas, Lía y Susy se detuvieron para abrazar a su cansada abuela.

---ABUE---gritaron con mucho entusiasmo, Samael las observaba desde las escaleras--- ¿Nos contaras un cuento en la noche?---preguntaron las niñas al unísono.

---Si mis terrones de azúcar, hoy les leeré dos cuentos.

---SIIII---gritaron mientras corrían al jardín.

Tranquilamente los dos ancianos subieron sus escaleras, sintiendo como el aire les faltaba entre más subían, necesitaban un descanso.

Sus viejas almas pedían el retiro, su línea vital había llegado a su fin, era hora de partir.

¿Pero quién?

¿Quién se iría a descansar? ¿Serian capaz de separarse esos dos?

Ninguno, la muerte los envidió, anheló ese amor.

---Ese amor pertenece a los vacíos de la muerte---susurró una voz, esa voz nadie la escuchó, se perdió en la brisa fría que cruzaba por la habitación de Annie y Sam.

La escena era verdaderamente enternecedora, los ancianos abrazados en la gran cama, las ventas abiertas, las cortinas moviéndose con la brisa y la muerte observándolos un poco más.

--- ¿Has sido feliz?---le preguntó mientras acariciaba el cabello blanco de su mujer, las pecas no se notaban ya, y aquel verde iba perdiendo brillo.

--- ¿Lo has sido tú?---contestó devolviéndole la pregunta, como aquella vez que confesaron estar enamorados.

---Si---dijeron ambos entre risas.

---Es hora---dijo aquel ser que por primera vez sonreía ante este amor que lo cautivó.

Sin esperar más, cortó la vida de los ancianos, y la escena quedó tal cual como imagine, con un te amo en el aire y una sonrisa plasmada, pues eso seguía después de ese sí.

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¿Fue una casualidad? ¿O fue el destino? O ¿La muerte tal vez?

La muerte deseaba amor, un amor que se le había negado, se le negó tal petición, entonces ¿Por qué no cruzar ciertos hilos de dolor para que fueran de felicidad?

Eso hizo, cruzó a un descocido y a alguien que sabía coser, obtuvo algo maravilloso, amor.

Tal vez fue un acto egoísta, masoquista en su defecto, pero el destino de aquellos dos seres jamás será una casualidad. 

FIN.

CARTAS AL AZARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora