CAPITULO 9.

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La lluvia comenzó a rosar sus mejillas, caía con tanta intensidad que pronto su ropa estaba completamente mojada. Aun así, sus manos sujetadas y los labios unidos no querían separarse, deseaban que aquel momento no terminara.

CAPITULO 9.

SAMAEL.

Mientras corro puedo notar que Ann se ha relajado muchísimo, su peso se siente algo liviano, se ha desmayado.

---Ann tienes que resistir un poco más---cruzo por uno de los tantos edificios que me rodean.

En mi campo de visión veo que hay una camioneta libre, así que sin pensarlo dos veces me aproximo para tomarla, necesito sacar a Ann de este mierdero.

---Capitán---la voz de Julius llama mi atención---la salida de emergencia se encuentra bloqueada, estamos respondiendo con un ataque de emergencia y ya la fuerza aérea viene con refuerzos---viene corriendo, está lleno de tierra y con algunos raspones.

---Tengo que sacarla de aquí---la bajo de mis hombros acomodándola entre mis brazos---se desmayó hace poco.

---Mierda, ¿Qué hace Ann aquí? ---se rasca la cabeza.

---Es sobrina del coronel Samuels, me la encargo en cuidarla---omito la parte donde iba a almorzar conmigo y esa es la única razón por la cual está aquí---tengo que mantenerla a salvo.

---Llevémosla al bosque---sugiere---y buscamos la carretera, llevemos armas y que el de arriba nos acompañe---el cómo siempre de dramático.

Un celular no deja de sonar y noto que viene del bolso de Ann, lo saco y veo en la pantalla dice terrón de almíbar ¿será su novio?

---Sam---balbucea---me encantas.

Sus palabras me dejan perplejo, observo sus mejillas rosadas, sus pecas contrastan con el tono rojo que las baña---tengo miedo---es lo último que dice.

Contesto la llamada---Dime que estas bien, estoy viendo por las noticias que hay un ataque terrorista, mi caramelito háblame---la voz de una señora alterada responde al otro lado de la línea.

---Habla con el capitán Samael Williams---digo tranquilamente, veo que Julius vuelve con armas---creo que usted es su madre, su hija se encuentra bien, está bajo mi custodia por ordenes del Coronel Samuels, tengo que dejarla---y sin mas cuelgo antes de que la señora escuche la otra explosión que acaba de detonar.

Me encamino a la camioneta acomodándola en la parte trasera---Julius quiero que te quedes a su lado y si es necesario serás su chaleco antibalas y lo harás sin rechistar---sentencio.

El solo obedece, rodeo nuestro medio de transporte, entro y lo pongo en marcha, arranco saliendo por el lado oeste, donde se encuentra vacío, esa será el nuevo dormitorio de los cadetes, esquivo los materiales de construcción, llegando a la gran muralla de concreto que nos detienen el paso al bosque.

Salgo para abrir yo mismo el portón, una vez hecho, vuelvo a entrar a la camioneta y la saco, para volver a salir y cerrar nuestra puerta de escape.

El celular de Ann sigue sonando---Julius pásamelo---sin decir nada lo hace.

Es nuevamente esa señora---Señora---trato de hablar, pero no me deja.

---¡Quiero hablar con mi hija ahora mismo! ---se encuentra muy alterada.

---Ann está desmayada respiro mucho humo de las detonaciones, la acabo de sacar del batallón---digo lo más sereno posible.

---NO TE CREO, QUE LE ESTAS HACIENDO A MI BEBE---grita del otro lado, entiendo su desesperación, pero ya me estoy irritando.

CARTAS AL AZARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora