CAPITULO 4.

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La profundidad de tus acciones demostrara la pureza de tus devastadores pensamientos.

CAPITULO 4.

ANNIE.

20 de junio del 2016.

Ya ha pasado un mes de la carta que recibí por parte de Samael. Sus crudas, pero reales palabras me hacen imaginármelo como un hombre sin sentido, sin rumbo alguno. Como si buscara mucho más.

No he sabido que contestar a sus palabras, o no se que escribir para entablar ¿una amistad? No lo sé. Por otro lado, Rose se ha seguido escribiendo con el tal Julius, según mi mejor amiga están extrovertido y egocéntrico que le encanta, en pocas palabras la octava maravilla del mundo ante los ojos de la boba de Rose, si tan solo me escuchara mas seguido no tuviera el corazón roto la mayor parte del tiempo.

Me encuentro en una reserva natural de Washington, unos manatíes están presentando problemas de desnutrición en la mayor parte de la población.

MARITIMO'S es el nombre del lugar, sus grandes letras de color azul profundo, adorna la rustica pared de piedra, muchos niños corren por la entrada, acompañados por sus padres. Busco la entrada del personal, que está junto a un gran árbol, las letras de solo personal autorizado se asoman a mi vista y tomo la ruta, saco el carnet que me ha sido otorgado para poder pasearme por estas instalaciones.

Veo un hombre bastante alto con el cabello color negro azabache al final de los pasillos, camino rápido para llegar junto a él---Buenos días, mucho gusto, soy Annie Richards---me presento mientras extiendo una de mis manos para saludarlo.

---¿Usted es la bióloga que atenderá a los manatíes? ---dice con algo de preocupación.

---Si señor, esa soy yo, ya traigo todo lo que voy a usar, pero necesito convivir con ellos para entender su entorno---asiente rápidamente.

---Y no me digas señor, puedes decirme André---me regala una cálida sonrisa y solo asiento, sus oscuros ojos me examinan de pies a cabeza---es por aquí.

Me guía por las instalaciones que son recubiertas por el acero inoxidable, el sonido de los animales penetra mis sentidos, llenándome de una paz arrebatadora.

Veo como llegamos aun gran estanque, donde hay unas diez nutrias que juegan felizmente, al otro lado hay unos pingüinos emperador comiendo, en su habitad congelado.

Al parecer llegamos y veo unos cinco manatíes en desnutrición, la otra parte de la población se ve saludable, pero de igual manera me asegurare que ese sea el caso, no quiero que los enfermos infecten a los sanos.

El sonido de mi celular me saca de mis pensamientos, lo observo y veo que es Rose---Hola pequeña entrometida ¿Qué quieres? ---digo rápidamente.

---Si Ann me encuentro muy bien gracias, estoy en MARITIMO'S, viene para verte, además de que voy a conocer a Julius y no sé, pensé en que podrías preguntarle por tu hombre, tal vez el sepa quien es---dice tan veloz que apenas y le entendí.

Bien ahora si se volvió loca, ¿Cómo se le ocurre venir a Arizona solamente a conocer a alguien?

---Rose Amalia Matthew, como te ocurra algo por andar de cabra loca te mato---dije de manera inmediata---y claro que no voy a preguntar por Samael y el no es mi hombre.

No se para que me niego, si al final terminare aceptando a sus caprichos, además si quiero saber de él.

---Pues quieras o no conocerás a Julius, nos hemos Citado aquí en este lugar, aunque creo que vendrá en uniforme ¡QUE SEXY! ---chilla de la emoción con lo último que dice.

CARTAS AL AZARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora