CAPITULO 2.

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Las almas vulgares carecen de destino, la valentía es una clase de salvación.

CAPITULO 2.

SAMAEL.

Annie.

Ese nombre no ha abandonado mi cabeza en los últimos tres días, sus letras están talladas en mis pensamientos, como curva de manera chistosa la letra s o como redondea la a, esos pequeños detalles los capte, además de su profesión, dejo en claro que su vida es el amar.

---Señoras, les informo que si sobreviven otra semana regresarán a sus hogares---miro a todos mis hombres, se ven tan cansados---así que no anden lloriqueando a mi alrededor o serán otros seis meses de placer en este lugar.

Todos se mantienen en su lugar con la mira en alto---Mi capitán---la voz de Julius llega a mi radar---Ha llegado una carta para usted.

¿Otra carta? ¿será de Annie?

Busco dicha carta y veo la direccion y si, es de ella.

---¡NO SE QUEDEN AHÍ MIRANDO IMBECILES, VAYAN A SUS POSICIONES AHORA! ---grito fuertemente.

---¿De quién es? ---me pregunta tratando de arrebatarme la carta de mis manos, me muevo ágilmente para esquivarlo.

---teniente que sea mi mejor amigo no va a evitar que vayas al frente, ¡ASI QUE LARGO! ---digo entre risas, veo que el se va junto con los demás, dentro de una hora estaré en el frente, tengo que estar concentrado.

Toco el sobre, acariciando las hojas bien envueltas, viendo la direccion de Florida marcada.

No se porque estoy tan ansioso solo es una carta de una desconocida, rasgo nuevamente el sobre y observo otra foto, esta vez la mujer está sentada en la playa con sus brazos sirviéndole de apoyo mientras el sol revuelve su cabello, su larga nariz queda al descubierto, sus pómulos llenos de pecas, sus largas pestañas y sus labios en una gran sonrisa.

Es hermosa, paso mis dedos lentamente por la foto que sostengo, como si pudiera tocarla, se ve tan tranquila, relajada, a lo lejos el mar de antes se hace ver mostrando unos hermosos colores amarillos y naranjas.

---¿Quién es? No sabia que tenias novia---Julius me sobre salta, mientras me arranca la foto de las manos---hombre está hermosa.

---No es mi novia y no es de tu incumbencia---digo caminando en su direccion.

---Annie---dice como si saboreara sus letras---¿así que una morena?

---¿No tienes que estar allá? ---digo de manera muy formal---mi coronel nos sancionará si nos ve holgazaneando.

---Si mi capitán, permiso para retirarme---dice sarcásticamente.

---Lárgate Julius, y hazme el favor de no morir, quiero ver a Martha feliz---digo tomando nuevamente la foto de Annie.

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El estruendo de las bombas nos hace retroceder unos cuantos metros, en estos días hemos ganado campo y no podemos perderlo.

---SEÑORITAS NO APARTEN LA VISTA, APUNTEN BIEN Y A MI SEÑAL CUBRIREMOS A NUESTROS HOMBRES---grito mas alto de lo normal, veo como asienten.

Reconozco todos estos rostros debajo de la pintura, muchos tienen hasta tres hijos, no puedo permitir que mueran.

Alzo mi mano y todos están atentos, estamos resguardados en una muralla de piedras que armaron de manera improvista, doy la orden y salimos, disparando a esos hijos de perra.

CARTAS AL AZARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora