CAPITULO 27.

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"Toda persona gay o lesbiana que haya tenido la suerte de sobrevivir a la crisis del crecimiento es un sobreviviente. Los sobrevivientes siempre tienen la obligación de enfrentar los mismos desafíos"

Bob Parsis.

CAPITULO 27.

ROSE.

(Un especial)

¿Quién soy?

Antes creí saberlo, creí tener las respuestas sobre mi identidad y hoy estoy sentada en esta banqueta desconociéndome. Mi vida ha sido tan lineal, sin curvas, mucho menos cosas inesperadas y aparece esta persona a desordenarlo todo, a revolverme lo que todo estaba controlado. Nunca había visto a una mujer con otros ojos, pero ella, con su look despreocupado, andrógeno y una dulce voz me cautivó.

¿Es lo correcto? ¿Estoy haciendo lo correcto? ¿Es correcto sentirme así por una mujer? ¿Y si mañana ya no me gustan más las mujeres? ¿O solo me gusta ella?

Todas esas preguntas volaban en mi mente generando caos y estragos en mi ser.

--- ¿Segura que quieres intentarlo?---y ahí estaba ella, preguntándome como si fuera de lo más normal lo que ocurría.

---No lo sé---muchas lágrimas salieron, esta nueva inseguridad, este sentimiento erróneo que crece me aterra.

---Se cómo te sientes, todo es tan nuevo, estabas acostumbrada a otras cosas---quiere sonar comprensiva, pero no ella no lo entiende.

---No lo entiendes, nunca has estado con un hombre, tu situación es diferentes, tus prejuicios son diferentes, incluso tus miedos son muy distintos a los míos, sé que entiendes mi situación, pero no los sentimientos que me están abarcando---me levanto de la banqueta y salgo disparada de ese lugar.

Conduzco sin rumbo alguno, echa un mar de emociones inexplicables y dañinas en mi parecer.

Me detengo en un semáforo, esperando la señal para continuar, mi llanto es tanto que mi visión se nubla, todo mi cuerpo tiembla.

¿POR QUE MALDITA SEA?

Era tan feliz o ¿no lo era? Mierda.

Tomo mi teléfono y marco el número de mi madre.

--- ¿Podemos hablar?---pregunto antes de que ella diga palabra alguna.

---Si tesoro, estoy en la casa, ¿hago chocolate?---me pregunta.

---Necesito una botella de vodka---y no es en broma.

---Bien tesoro, aquí te estaremos esperando.

Mi madre siempre será mi refugio, Ann, ella es mi mejor amiga y puedo decir que me apoya en todo lo que yo elija, sé que puedo llamarla y recurrir a ella, pero Sam regreso y quiero que disfrute el poco tiempo que tiene con él, no puedo molestarla con mis estúpidos sentimientos.

El pito de las bocinas me hacen arrancar, mi casa no está tan lejos de aquí.

#

---No puedes seguir tomando así tesoro---no he dejado de llorar hace dos horas.

--- ¿Cómo te sentirías si despiertas sintiendo cosas totalmente diferente a lo que estas acostumbrada?---mi mirada se encuentra perdida, no puedo sostenerle la mirada.

¿Y si me juzga?

--- ¿Te sientes así?---su mano acaricia mi larga cabellera.

---Me gusta una mujer---confieso---y siento asco a la vez, no me pueden gustar las mujeres---admito.

--- ¿Por qué no pueden gustarte?---ahora me abraza y es todo lo que necesito para desmoronarme.

---No está bien mamá, tienen que gustarme los hombres, son los hombres, no es correcto que me guste una mujer---decirlo me enferma.

--- ¿Quién decide si está bien o mal? ¿Tu o las demás personas?---no me importan los demás, eso lo tengo claro, nunca me ha importado--- ¿Cómo te sientes cuando estas junto a ella?---me pregunta.

---Cuando estoy con Eda todo es tan sencillo mamá, una seguridad me llena y siento que soy capaz de volar, luego quedo sola con mis pensamientos y este sentimiento de asco me enferma---me empino la botella---ella me gusta demasiado, ni siquiera un hombre me ha provocado esos sentimientos.

--- ¿Lo único que te frena es el asco?---a veces amo que mi madre sea psicóloga.

---Si---lo vuelvo a afirmar.

---Tienes que trabajar en ello, porque si ella te gusta, ese sentimiento no va a desaparecer por ahora, incluso puede durarte para toda la vida, el único sentimiento que tienes que desaparecer es el de juzgarte tú misma, nadie lo hace mi tesoro, ni siquiera yo, y si alguien se detiene a cuestionarte no debe importarte---me besa la coronilla---solo tú lo puedes hacer, pero no es sano que te sientas así.

---No sé cómo---mi llanto ha cesado un poco.

---Date la oportunidad de conocer a la nueva Rose, esa que siempre estuvo ahí esperando para brotar y mostrar una hermosa flor, cielo, solo te pido que no arrastres a esa chica en este camino si no estás segura de que puedes afrontarlo, ella ya vivió el proceso de aceptación por el que tu estas pasando---es cierto---solo asegúrate de que esto es lo que quieres y si lo quieres con ella.

Es cierto, tengo que aceptarme, tengo que aceptar esto que estoy sintiendo, aceptar que deseo a una mujer, deseo que me toque y que me bese. Pero en mi proceso de aceptación no puedo lastimar a Eda, ella necesita seguridad, alguien que la tome de la mano y no sienta vergüenza.

Voy a llamarla---Puedes venir a mi casa por favor---le digo.

---Mándame tu ubicación---esa voz que me estremece y me causa temor.

---Bien---finalizo la llamada y por mensajes le envío la dirección, ahora a esperarla.

Mientras tanto sigo tomándome mi botella de vodka para armarme de valor para lo que estoy pensando en hacer.

#

Han pasado alrededor de media hora y Eda no ha llegado, mi madre solo me observa con gracia, luzco como una persona patética, soy patética.

El ruido del timbre me hace dar un brinco, un fuerte mareo me atrapa por el alcohol en mi sistema, me tambaleo por la pequeña sala, tropezándome con una mesita pequeña.

---Mierda---me golpee el dedo pequeño.

---Cuidado, esa colección de ahí es costosa---mi madre y sus pocillos.

Abro la puerta ignorándola y ahí está.

Su cabello naranja y esa mirada perdida, que me escudriña de arriba abajo.

---Estas borracha---no lo está preguntando, lo afirma.

---Así es---doy otro sorbo a mi trago---pero no voy hablar sobre eso.

--- ¿Entonces?---enarca una ceja, se ve tan perfecta.

---Me gustas---doy otro sorbo---pero no estoy lista para salir contigo.

Luce como si la hubiese abofeteado, pero es lo correcto.

---Estaré esperándote entonces---una cálida sonrisa cruza por sus labios.

---No se cuanto tiempo me demore, pero si quieres esperar será grandioso Eda---suspiro---te mereces alguien seguro de si y que sepa lo que quiere y ahora mismo no puedo ofrecerte eso, solo te ofrezco tropezones, inseguridades y sobre todo miradas de asco y no puedo hacerte eso.

Estoy a punto de llorar nuevamente, no puedo permitirme esto.

---Hasta pronto Eda o hasta nunca.

Sin esperar respuesta suya, cierro la puerta y con eso diciéndole adiós o un hasta luego.

CARTAS AL AZARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora