CAPITULO 6.

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¿Para que mentirnos? Bueno, al final del día nunca nos mentimos, siempre hemos sabido la verdad que no queremos aceptar.

CAPITULO 6.

ANNIE.

¿Cómo describiría a Samael Williams?

Pues como un hombre enigmático que no demuestra lo que siente por su trabajo eso es algo claro, por otro lado, el hombre de las cartas, hablo tan profundamente de una guerra que en su punto de vista no tiene sentido.

¿Físicamente?

Es un hombre realmente atractivo, muy sexy, ese aire de superioridad que le da su postura lo hace aun mas llamativo. Esos ojos cambiantes que cautivan inmediatamente, sus grandes pectorales, sus marcados brazos, las miradas que te arrancan el suspiro y el hecho de que no se sonroja por absolutamente nada me tiene fascinada.

Nunca imagine que seria amigo de Julius y mucho menos que conocería al hombre que le mande una carta misteriosa que fue respondida. Al leer sus palabras idealice a una persona extraña que tiene mucho que demostrar, pero su profesión es algo que se lo impide, además, su padre también es militar así que no debió tener mucho afecto de su parte como suele suceder en muchos hogares militares.

La cálida brisa del mar acaricia mi rostro, después de bajarnos de su lujosa camioneta, no hemos hablado, solo observamos como las personas se divierten en la arena, otros surfean y muchos otros solo hacen lo que yo, dejar que este lugar nos invada completamente.

Sin pensarlo comienzo a quitarme la ropa, la playera azul marino que dice bióloga queda tirada a un lado de mi cuerpo, siento la mirada de el sobre mi espalda---¿Qué crees que haces? ---dice con ¿nerviosismo?

---¿Qué crees que hago? ---dije mientras bajaba mi sudadera, dejando al aire libre mi trasero y mis piernas, mostrando mis bragas y mi brasier.

---No me voy a desnudar---es todo lo que dice.

---Solo vive Samael---dicho esto salgo corriendo mientras sujeto mi cabello en una coleta alta.

Sin pensarlo entro al agua, no volteo atrás, no espero que Sam me siga, pero espero que lo haga.

Me sumerjo nadando, absorbiendo, llenándome, necesitaba esto, bueno nunca me cansare de esto, en definitiva, este siempre será mi lugar favorito.

Salgo del agua, apartando el cabello que se ha pegado a mi rostro, a lo lejos veo caminando a Samael en bóxer, lo que me hace reír, si viene.

Solo espero que nuestras cosas no se vayan a extraviar.

---Así que el capitán si se sabe divertir---la imagen que estoy teniendo de este hombre es gloriosa, sus perfectos músculos están al descubierto, su piel morena resalta entre las personas y me fijo que no soy la única que lo estoy observando.

---Tenemos un concepto de diversión totalmente diferente---dice mirando a todos lados, sus músculos se contraían.

---Míralo desde este punto de vista---dije mientras salía del agua para estar aun lado de el---la población femenina te observa como un trozo de carne jugoso---me mira con una ceja alzada, cruzándose de brazos---cualquiera de ellas te puede desvirgar JAJAJAJAJAJAJAJA.

Me empuja levemente y entra al agua enseguida, mientras yo sigo riéndome de lo que le dije---olvídalo ¿sí?

---¿Qué eres ya sabes? ---digo riéndome aún más.

Su rostro sigue serio ante la graciosa situación que he creado---si te ríes te dejo de molestar---lo reto.

---El ser virgen no me avergüenza, de hecho, eso haría que las mujeres me persigan más---sigue sin reírse---además tú también eres igual de virgen que yo---finaliza.

CARTAS AL AZARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora