37.Perdida

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Dianne Durand

31 de octubre 2021, 9:00pm

Lo siguiente que supe fue que caí, caí, caí y caí. El lado positivo es que agradezco no estar viva porque la magnitud del golpe me hubiera provocado la muerte. El lado negativo es que caí en un lugar que jamás había visto, comprendí que estaba en el Más Allá, pero en mis cortos diez años de no-vida no había salido mucho. El sitio donde me encontraba me resultaba algo espeluznante y su olor era putrefacto, todo era tan oscuro y no se alcanzaba a ver nada, me levanté y caminé a ver si encontraba como salir o al menos encontrar algo, ahí fue cuando observé una luz anaranjada, corrí a su dirección. Había una fogata, sentí el calor y fui hacia ella, ya era de noche y tenía frío.

-Consíguete la tuya, pequeña- habló con frialdad una voz detrás de mí. Solté un jadeo del susto, creí que estaba sola.

- ¿Hola? - digo lentamente sin voltearme tratando de obtener una respuesta.

- ¿Cómo cadáveres llego una niña a este lugar? - pregunta apareciendo frente a mí, una figura femenina cubierta completamente por una capa negra ocultando su rostro.

- ¿Qué es este lugar?

Ella suelta una risa burlona- los vivos lo llama Infierno, nosotros preferimos decirle El Reino de los Pecadores, y tengo entendido que los niños no tienen pecados, así que seguro estás pérdida.

-Sí, yo no estoy viva, pero tampoco vivo con los muertos, soy de allá arriba. ¿Me ayudarías a salir? - trato de poner ojitos de cachorrito para convencerla.

-No- contesta manteniendo un semblante frío- No puedo ayudar a nadie- saca de su capa sus brazos, no tenía manos, se las habían cortado bruscamente- Talvez lo merecía.

- ¿Por eso estás aquí? ¿Cuándo la gente hace cosas malas viene acá? ¿Quién te las cortó?

-Tus preguntas me aturden niñita, dime de una vez ¿qué quieres?

-Quiero que me lleves con los muertos buenos, de seguro mi hermano está allí y me llevara a casa.

- ¿Cómo sabes que estará allí? Yo también tenía un hermano y dejo que me hicieran esto-su tono deja la frialdad por furia y me vuelve a enseñar sus muñecas.

-Porque Tyler es diferente, lo conozco.

-Él también lo era- murmuró más para sí misma- Bien, te llevaré con tu hermanito- se quita la capucha y veo su rostro- conozco una salida.

Era una joven muy hermosa, su piel era muy blanca y delicada, su cabello lacio y castaño y sus ojos eran negros, pero muy brillantes, ¿Cómo una joven tan bonita pudo acabar en este lugar?

Luego de eso comenzó a caminar y me hizo una seña de que debía seguirla.

- ¿Cómo te llamas? - le pregunto mientras caminaba tras ella hacia la salida.

Ella me observo con el rabillo del ojo y devolvió su mirada hacia al frente -No creo que te interese.

- ¿Por qué no? Necesito saberlo para pedirle a Dios que te saque de aquí, él de seguro te perdonara.

Se escucha como rio irónicamente por lo bajo, dejó salir un suspiro y habló - Cecilia, Cecilia Guerrero.

- ¿Qué hiciste para estar aquí, Cecilia?

-Esa historia no es apta para tu edad

-Bien comprendo, ¿te puedo llamar Ceci?

-No- corta- mejor cállate, como te llames.

-Soy Dianne- le digo con una sonrisa- pero mi hermano me llama Dina.

- ¿Qué tiene de especial ese hermano tuyo? Ya lo has mencionado más de dos veces en menos de diez minutos.

-Él es muy especial, además que es mi familia, y la familia debe quererse- una pequeña lágrima se distingue en su rostro - ¿No tienes familia?

-Ya te dije, tenía un hermano... Y también tenía una mamá... Y... Un papá, pero ellos se decepcionaron de mí.

Relamí mis labios y lo pensé unos segundos- Creo que necesitas un abrazo, Ceci.

-No.

- ¿Por qué?

- Nunca me han dado uno y por eso no los necesito, sigue caminando, ya casi llegamos.

-Está bien, solo que mis padres me dan un abrazo cuando estoy mal, creí que a todos le funcionaba.

Ella bajó la mirada, y volteó a verme con curiosidad.

- ¿Y... Los abrazos curan el dolor?... ¿Es decir, lo de dentro que... Es emocional?

Yo asentí y le dediqué una sonrisa- ¿Quieres uno? -ella asintió penosamente. Se puso a mi altura y la rodeé con mis brazos en un abrazo de unos cuantos segundos.

-Dianne- llama mi atención.

- ¿Si?

-Tienes una linda no-vida, no la arruines, así como yo lo hice, no merezco el perdón de nadie.

-Claro que sí, todos lo merecen, ya verás.

-Eres una buena niña, nunca cambies.

Sabía que existía personas malas, pero nunca me había puesto a pensar en ellas, porque son así, que los volvió así, y que algunas se arrepienten, pero lamentablemente, suelen hacerlo ya muy tarde. Cecilia es el ejemplo de que hay personas que quieren cambiar, pero ya no tienen la oportunidad.

-Aquí es- me señala- hay un pequeño agujero en la barrera que divide ambos mundos, creo que si logras pasar por allí.

-Gracias- estaba a punto de salir, pero me detuve para decirle algo a mi guía- Oye... ¿Cecilia?

Había desaparecido, no quedaba rastro de ella por ninguna parte, miré a mí al rededor y nada.

- ¿Cecilia? - volví a preguntar a la nada.

De repente una figura cubierta con una capa negra cubierta completamente.

- ¿Cecilia eres tú?

Ella se quitó la capa y una joven con ojos verdes eléctricos apareció.

- ¿Qué Cecilia? Mi nombre es Teodora.

¿Qué?

- ¿Acaso tú...? ¿Todo este tiempo fingiste ser...?

De tras de ella, un enorme barril salió e intento golpearla en la cabeza, pero lo esquivó fácilmente.

Cecilia apareció detrás de ella, sus ojos se encontraron con los míos, Teodora fue hacia ella y alzó su brazo hacia ella y un rayo verde golpeó contra su pecho.

- ¡Dianne escapa! -me indicó.

Pero no podía dejarla sola allí, ¿Qué le haría esa muchacha?

- ¡Déjame aquí! ¡Busca a tu hermano! - exclamó.

Dude unos segundos, pero al final opte por escapar.

Pero la hechicera alzó su brazo hacia mí y me tomó por la espalda.

Y eso fue lo último que vi....

Yor.B



Una Familia fuera de lo común [Durand #1] ✔ ¡En físico!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora