22.Reencuentro

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Samanta Espinoza

Tal vez fui demasiado directa con esa pregunta, ese es mi defecto personal, siempre logro afectar a alguien con lo que digo, y quiero dejar de hacerlo. Él vino a darme un regalo y yo le pregunto esto. No, debía hacerlo, Gabriel se veía muy serio cuando me lo dijo, ¿De qué hablaron? ¿Por qué lucen tan afectados?

- ¿No me vas a contestar? -le pregunté- ¿has oído que un silencio vale más que mil palabras?

- ¿Qué te dijo él? -al fin habló.

-Dímelo tu primero, te conozco y eres demasiado astuto, podrías inventar cualquier cosa.

- No puedo mentirte a ti.

¿Eso es un halago?

- ¿Y me vas a decir entonces? -insistí.

-No

Sé que normalmente no me mira, pero cuando apartó la mirada al negar supe que algo no estaba bien.

-Pero Tyler...

-Llegamos- me interrumpe.

Al llegar al sitio quité la conversación de mi mente. Pues aquel lugar era fuera de lo común.

Qué lindo, príncipe, debí suponerlo, la sorpresa que me iba a dar estaba en el cementerio abandonado de Villa Alta, un lugar donde las rejas viejas y oxidadas chillan con el viento, el césped está tan largo que te roza los pies y da el efecto de que alguien los estuviera tocando, estatuas de vírgenes y ángeles sin partes del cuerpo, colores góticos por doquier y para completar mi suerte, el cielo de esta época era de color gris.

-Ven-dice tomándome del brazo- la sorpresa está por acá- y me jaló del brazo.

¡Cuánto ánimo! Este sí que es un bipolar.

Me jaló hacia más adentro del cementerio hasta una alta colina, esta no tenía tumbas, más bien estaba rodeada de flores y desde ahí se podía ver el sol, era como todo lo contrario al cementerio.

- ¿Alguna vez te conté de mi pasión por la robótica?

-No, más bien creí que la odiabas, porque ni siquiera sabías desbloquear tu celular-confieso confundida.

-Pues he recapacitado- lo miré incrédula- ¡Hablo enserio! hasta he hecho mi propio invento.

Y saca de su mochila lo que fácilmente podría ser la maqueta de un niño de preescolar, aún sigo sin creer que la robótica es su pasión. Eran literalmente unos lentes con cables y abajo un tablero de botones

-Lo llamo el Telefunerario 3000- le doy con una mirada de "¿En serio?"- tal vez por fuera no sea muy bonito... O bueno, nada bonito, pero este bebe te puede dar conexión directa con el más allá.

No pude evitar reírme, en mi mente realista y objetiva ese invento no cabía, aunque él viniera del más allá, la tecnología no podría llegar a esos avances.

-No me crees, ¿eh? - dice retando- póntelos.

Me puse aquel raro artefacto, era bastante incómodo y seguro me veía totalmente ridícula, pero me daba curiosidad de igual manera. Entonces él presionó un botón, y ahí es cuando lo veo.

-papá...-abandona mis labios.

-Samanta-dice mi padre emocionado. Podía verlo, lucia como la última vez que lo vi, su cabello muy corto, castaño, que ya pintaba unas cuantas canas, sus ojos verdes marcados con algunas arrugas y su traje militar, me gustaba cuando se lo ponía.

-Papá yo...-rompí en llanto- no puedo creer que estás aquí. - las lágrimas brotaron gruesas y rodaron por mis mejillas, en mi interior las palabras quedaron obstruidas por el llanto.

Una Familia fuera de lo común [Durand #1] ✔ ¡En físico Muy Pronto!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora