35. Más Allá

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Samanta Espinoza

Ir donde habitan los muertos a rescatar a una niña muerta que se la trago la tierra y de paso encontrarte con la llorona es el plan de Halloween que normalmente ocurre en las películas de terror, pero esto es la vida real.

Después de calmarme -un poco-, Tyler siguió con su camino, llegamos a una ciudad colorida, pero a la vez sombría porque no tenía cielo, parecía un lugar como el de las películas antiguas por su arquitectura y la vestimenta de las personas, Tyler me explico que todo se dividía por las épocas en las que fallecieron, después me llevo a una tienda de ropa, dijo que debíamos despistar a un tal "Guardián de la muerte", si usábamos vestimenta moderna a él le llamaría la atención, mientras si usamos ropa antigua creería que somos residentes antiguos.

Yo escogí un vestido azul pastel y zapatos negros al estilo de los años treinta, solté mi cabello e hice una media cola en la parte trasera.

- ¿Cómo me veo? - pregunté a Tyler que vestía unos pantalones beige y una camisa blanca con tirantes, se ve tan lindo.

-Como si hubieras salido de una película de Chaplin- me dice mirándome de pies a cabeza con su preciosa sonrisa.

- Bien, sigamos, si lo que dijiste esta mañana es cierto tenemos menos de tres horas.

-Exacto, de lo contrario nos quedaremos encerrados aquí.

Caminamos por una larga calle llena de veredas, con nombres algo peculiares.

La vereda del suicidio

La vereda del homicidio

La vereda del accidente.

La vereda de la enfermedad

A decir verdad, la arquitectura era muy hermosa, todo era muy colorido, todo el mundo imaginario que sería un lugar sombrío y escalofriante, aunque si da algo de miedo todo luce muy alegre.

Y aquí es donde me arrepiento de lo anterior dicho, me aleje unos segundos porque me llamó la atención un restaurante con temática de pirata, en tan solo un santiamén sentí como una mano me jalaba y me tapaba la boca, todo fue tan rápido que no alcance a defenderme o avisarle a Tyler.

***

Abrí los ojos y me encontraba en un lugar desconocido, mesas de madera y todo como de ¡Pirata! ¿Acaso estaba dentro del restaurante?, trate de moverme, pero estaba atada a un mastín, luchaba por escaparme cuando una voz me asusto.

-No lo intentes, linda, solo hay una forma de salir de aquí- miré y me encontré con el dueño de esa voz masculina.

Un chico alto de cabellos rubios que caían a ambos lados de su cara, ojos claros, piel broceada y para qué negarlo, bastante bien parecido, vestido con viejas ropas iguales a Las de los viejos marineros y con un arma filosa curva como la de Los Piratas del Caribe en su mano, su hombro izquierdo tenía una mordida que dejaba al descubierto su hueso. Eso era bastante traumático, tal vez no pueda borrar esa espantosa imagen de mi mente.

- ¿Quién eres? ¿Dónde estoy? ¿Qué quieres?

- Muchas preguntas- bufó- te lo vuelvo a repetir- se deslizó por el suelo hasta quedar sentado frente a mí- Solo hay una forma de salir de aquí.

Se levantó y se colocó extremadamente cerca de mí, tanto que sentía su asqueroso olor a cadáver y ¿pescado? No interesa, realmente era asqueroso.

- ¿Cuál es esa forma? - pregunté con la voz más firme que conseguí- y no fue demasiado-.

Una Familia fuera de lo común [Durand #1] ✔ ¡En físico Muy Pronto!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora