48.Despedida

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Tyler Durand

Después de que papá y Alejandro llegaron con esa noticia, la casa se volvió más oscura y más grande, al menos así la presentía yo. Alejandro apenas llegó, no soportó las lágrimas y lloró inconsolablemente, tuvimos que llevarlo a uno de los muebles para que se calmara.

- Pero, ¿qué les dijeron? ¿Qué pasó? - preguntó mi madrina.

-Ese es el punto- dijo papá pasándose las manos por la cara- No pudimos decirles nada.

-Es que yo... Entre a la sala y les dije... "Quiero hablar sobre los Durand... Ellos no están muertos- explicaba Alejandro entre lágrimas-... Y son buenas personas"... Y apenas dije eso... Me dijeron cosas horribles... me dijeron que tenían que irse de la ciudad... En especial Ana....

- ¿Mamá? - preguntó Samanta.

-Sí- afirmó y tomó su mano y la sobó- Luego de eso... Me fui... Y James estaba afuera... y corrí hacia acá.

- ¿Acabas de pronunciar bien mi nombre? - preguntó James cambiando el tema incrédulo.

-Sí, lo puedo hacer desde el principio, solo me estaba burlando. Me suelo burlar de las personas que me caen bien. Y ustedes no solo me caen bien, sino que quisiera que fueran mi familia. Ustedes son unidos a pesar de todo, y se ven que se aman. Y no lloro por lo que me dijeron, o por frustración y mucho menos por la foto de un famoso, lloro porque cuando los conocí, me ilusioné en que se quedaran y sentirme aceptado en algún lado.

Dijo Alejandro antes de volver a romper en llanto, mamá llegó y lo abrazo para consolarlo igual que Dina.

-Tranquilo, que lastima no estemos para ti más tiempo, se ve que eres un buen muchacho- dijo mamá mientras lo abrazaba- Recuerda que, aunque nos vayamos, siempre estaremos presente en tu vida, en especial cuando más nos necesites. - le decía sobando sus risos oscuros.

-En especial en la madrugada en el rincón más oscuro de tu casa. - le dijo papá.

En ese momento entró Clara con un plato de pastel en sus manos y una sonrisa afectiva para Alejandro.

-Para el señor Alejandro, valoramos mucho el esfuerzo que dio el día de hoy, tome un poco de pastel para calmar sus lágrimas amargas.

Ale tomó el plato de pastel y lo comía mientras sollozaba y el resto de la sala se mantenía en silencio.

-Este coco rallado sabe mejor de lo normal- comento Ale disfrutando el postre.

-No es coco, son huesos – aclaró Clara.

Alejandro escupió el pastel y lo soltó con una expresión de asco mirando a Samanta, quien asintió, seguro era otro caso de un mortal que no soportaba la comida de los muertos.

-Igual Ale, si necesitas a alguien puedes venir a visitarme- dijo mi madrina de repente, decaída con una sonrisa triste y la mirada baja- A mí también ellos me harán mucha falta. - pasaron unos segundos en lo que mi madrina luchaba por no soltar las lágrimas, aunque no le sirvió de mucho, pues estalló en llanto- ¡JAMES! - gritó privada del llanto y corrió a abrazar a papá, él la miraba completamente confundido mientras ella lloraba inconsolablemente en su hombro.

-Ay James, ¿Ahora quién voy a molestar? Te voy a extrañar.

Papá solo sonrió con nostalgia y la abrazó.

-Señor, ¿Prosigo con la mudanza? - preguntó Eugenio y papá asintió.

En ese momento entré en razón,

Una Familia fuera de lo común [Durand #1] ✔ ¡En físico Muy Pronto!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora