17. Sol, arena y mar

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Samanta Espinoza

Era el sábado y estaba lista para mostrarle a Tyler que la vida va mucho más allá de un montón de días repetitivos, tome mi mochila con las cosas que prepare anoche, bajé la escalera y esperaba encontrar a mi madre en la cocina preparando el desayuno como de costumbre, pero...

No estaba

- ¿Mamá? - pregunté entrando a la sala, la encontré observando por la ventana, con la luz apagada como si espiara a alguien.

- ¿Qué haces? - pregunto fingiendo confusión.

Ella dio un sobresalto del susto y volteó a verme recostada de la ventada.

-Sam, ¿recuerdas la junta vecinal que fui ayer? – me preguntó y yo asentí.

Claro un viernes por mes va a una estúpida junta vecinal donde siempre escogen a algún vecino para hablar mal de él, así a sido siempre

- Bueno, ayer hablábamos de los vecinos raros-

Sabía que se refería a los Durand, pero aun así le pregunte.

- ¿Cuáles vecinos?

-No sé cómo se llaman son los que viven en el 666- Tan solo decirlo se persignó rápidamente.

Esa casa siempre había dado de que hablar, pues había sido abandonada hace 70 años

Sí, eran ellos, lo único es que ellos no "viven".

- ¿Qué tienen de raro? - Si dicen eso talvez sospechan algo.

-No lo sé, pero mira su aspecto, su casa, ellos... me dan mala espina.

- ¿Ya has hablado con ellos al menos? - le pregunté.

-No, ni me quiero acercar- ella dio un paso hacia mí y me tomó de los hombros- y más vale que tu también guardes distancia, no quiero que te pase nada malo.

Pero yo...yo quiero ayudarlos, ellos los tienen como un peligro y ni siquiera los conocen, por eso Tyler ha tenido esa perspectiva de la vida.

-Está bien mamá- mentí apartando la mirada -Voy a salir con Gabriel- le indiqué y salí por la puerta corriendo.

No soy una persona muy sincera que digamos, y tampoco sigo reglas como ya se han podido dar cuenta, no voy a descansar hasta que los Durand se sientan cómodos en la sociedad y mi plan inicia hoy con Tyler.

Tyler Durand

Sonará raro, bueno todo lo que digo lo suena, pero desde ayer siento miradas sobre mí, como si fuera observado constantemente.

Era una típica mañana del sábado en la casa, bajé las escaleras y en la sala estaba mi padre leyendo el periódico. Sentí que el notó mi expresión algo atenta por las miradas

- ¿Qué pasa hijo? - pregunta sin despegar la mirada de su periódico.

- ¿No sientes que nos miran? -moví mis ojos de un lado al otro vigilando.

-Son solo los vecinos- pasó la página del periódico - Con el tiempo te acostumbras.

Solo asentí y escuché mi teléfono sonar, lo saqué de mi bolsillo y vi que me había llegado un mensaje de Samanta.

No preguntes porqué, pero cambio de planes te espero en la puerta trasera de tu casa.

Arrugué el entrecejo y guardé nuevamente el teléfono. Fui hacia el patio, y como típica mañana de sábado, estaban Dina y Max jugando, el patio de mi casa era amplio, en la parte de atrás había una reja extremadamente alta completamente cubierta con enredaderas, lo único que se notaba era la puerta, al salir la vi corriendo hacia donde estoy, se ve cansada talvez estaba huyendo.

Una Familia fuera de lo común [Durand #1] ✔ ¡En físico Muy Pronto!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora