26.El Baile

33 13 45
                                    


Tyler Durand

¿Alguna vez has hecho un trato con alguien?

¿Cómo quedó?... En serio dime necesito saberlo.

Hoy era la noche del Baile de Otoño, la escuela estaba decorada con hojas de tonos cálidos y calabazas, el baile era en la cancha de basquetbol, era un lugar amplio y adecuado, se veía diferente con las luces neones y las mesas con aperitivos, aunque esas luces y la música fuerte no me producían gran comodidad, pero debo admitir que había muy poca diferencia con las fiestas de los muertos.

Bob me vio entrando y corrió hacia mí, su traje era gris, pero con las luces se veía violeta, su saco estaba desabotonado, pero aun así le quedaba muy bien.

-Tyler llegaste, - se apresuró-, Ya que eres experto en planes, podrías ayudarme con uno para invitar a Marina a bailar. - y me insistió con un mohín.

-Solo invítala y ya, no veo porque no te acepte.

- ¿Así de fácil? Claro, tu cara bonita hace que solo con eso tengas a cualquier chica. - dijo sin ánimos.

-Bob, pero si nunca he invitado a una chica a bailar, ni ellas a mí. -le expliqué.

- ¿Y Samanta?

- ¿Por qué? ¿La viste? – le pregunté- La estoy buscando.

Él me lanzo una mirada llena de picardía.

- Está del otro lado- me señaló el otro extremo de la cancha.

-Gracias- tomé un respiro nervioso-deséame suerte

-Espera- y él me lanzó una fuerte bofetada.

- ¡Hey! ¿Por qué hiciste eso? - protesté sosteniendo la mejilla que me golpeó, me dolía bastante.

-Es para quitarte los nervios, eso no te ayudará.

Asentí comprendiendo. Tal vez sí, necesitaba un fuerte espasmo para que mis sentidos funcionaran, ya que cuando estoy con ella los nervios suelen ganarme.

-Gracias ami...- él me lanzó otra bofetada- ¿Y esa porque fue? – exclamé. Ahora siento que me durmió la mitad de la cara.

-La frente siempre en alto, así lucirás como el chico perfecto. Aunque no lo seas.

Tomé otro poco de aire y puse la frente en alto.

- Bien, ahora sí...- y Bob me lanzó otra bofetada, ahora estaba reprimiendo una sonrisa - ¿Ahora qué pasa? –grité.

-Nada- niega con tranquilidad- Es solo para no perder la costumbre.

-No le veo lo gracioso a esto- le dije serio luego de ver como ya no disimulaba las carcajadas.

-Pues yo sí.

Me limité a voltear los ojos y seguí mi camino. Allí apareció ella en mi radar. Samanta, Orquídea Negra.

Samanta Espinoza

Llego el día, Samanta, el día del baile por el que tantas cosas hiciste para que el chico de tus sueños (literal) fuera contigo.

Mi madre era diseñadora de modas, entonces ella misma me hizo el vestido, era algo peculiar, era de color rojo algo oscuro, el cuello tenía la forma de una camisa de vestir, pero este solo se unía con una tira al vestido que tenía los hombros descubiertos, la parte de abajo era suelta con algunos pliegues, abajo tenía unas mallas negras con algunos rotos, y unas botas negras, mi cabello estaba suelto y ondulado y aún seguía teniendo mis mechas azules, mi maquillaje era más elaborado con tonos oscuros y negros combinados aunque preferí usar un labial rosa más natural.

Una Familia fuera de lo común [Durand #1] ✔ ¡En físico Muy Pronto!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora