41.Atrapados

29 14 4
                                    

Tyler Durand

Sí, tengo asperger, no lo dije antes por qué mi madre siempre ha dicho que las enfermedades son solo nombres para las personas diferentes, después de todo ya aprendí a vivir con ello, no había tenido un ataque de pánico en seiscientos setenta y cinco días, bueno hasta ahora. Al menos tuve un avance, es el único que he logrado controlar sin ayuda de mi padre. El primero que lo cura el causante de él, aún no tengo suficiente para agradecerle a Samanta.

-Oigan, ¿Qué hora creen que es? - reclama Camille entrando a la habitación.

Cierto, había olvidado que tenemos hasta las 4:00 am para salir de aquí.

-Vámonos, lo antes posible mejor- les indico.

Pero al salir de mi casa recordé el motivo principal por el que me había ido de ella. El señor Espinoza estaba regando las plantas marchitas de su jardín.

- ¿Es él? - preguntó Samanta sin poder moverse.

-Sí, si quieres hablar con él ve, pero no me menciones por nada del mundo. No sé, dile que moriste o entraste en estado vegetal, pero por nada del mundo me menciones.

El señor Espinoza volteó y sus ojos se encontraron con los de ella, se miraron fijamente por varios minutos.

-Me vio, creo que es momento de huir- informé, pero ella me agarró fuerte de la muñeca, ese acto me dio a entender que quería que me quedara.

El señor Espinoza caminó lentamente hacia Samanta, cuando estuvieron frente a frente miles de lágrimas rodaron sobre el rostro de ella y se le lanzó en un emotivo abrazo –aún con mi muñeca agarrada, así pasaron largos minutos, emotivos para ellos y realmente incómodo para mí que estaba atado.

-Papá- murmuró ella separándose del abrazo.

-Samanta- dijo él con una gran sonrisa.

-Y Tyler merece libertad- dije ya de malhumor porque no soltaba su agarre.

- ¿Qué haces aquí? - le preguntó él ignorándome completamente.

Samanta muy callada me miró por lo que sentí la muerte acercándose.

- ¿Qué hiciste ahora, Durand? - preguntó él muy molesto tomándome del cuello de la camisa, tuve que tragar varias veces para regular mi respiración y le di una sonrisa nerviosa.

- ¡Papá! Tyler no hizo nada, yo sola quise venir. Dianne está perdida.

Él me preguntó con la mirada y yo asentí repetidas veces y él se soltó.

- ¿Tienen idea de dónde pueda estar? - preguntó preocupado.

-En la cima del Monte Anaconda, allí la tiene secuestrada esa bruja, pero tenemos lo necesario para detenerlo.

-Bien, vayan, y rescátenla. – Él volteó hacia mí y me miró fijamente- Te dejo en paz, y olvidamos que trajiste a mi hija viva aquí abajo solo porque Dianne me cae mucho mejor que tú.

¿Por qué prefieren a Dina en vez de mí? Soy mil veces mejor que mi hermana.

-Gracias, papá, espero volverte a ver- dijo Samanta alegre.

- ¿Y a dónde se supone que vas? No te puedes exponer a tal peligro, estás viva, jovencita.

-Yo también estoy vivo- protesté.

- ¡Es tu hermana! ¡Deja de ser tan egoísta dos segundos! - exclamó en mi cara.

Hice una seña de cerrar con cierre mi boca y tirar la llave.

Una Familia fuera de lo común [Durand #1] ✔ ¡En físico Muy Pronto!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora