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35- Rompecorazones.

Holaaaaaa, acá les traje un capítulo! Probablemente en un rato suba otro, así que atentas! :)

FOTO MULTIMEDIA: COOK FOSTER (MAX IRONS)

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Logramos dejar a Simon en su cama, y suspiramos con cansancio. Simon sí que pesaba, y más cuando estaba durmiendo como un tronco. ¿Les doy una idea de cómo pesaba? Ryder, David, Cook  y yo tuvimos que cargarlo hasta aquí una vez que bajamos del auto.

-Mañana tal vez no recuerde nada –dijo Cook.

-Más le vale que este cabrón recuerde toda la mierda en la nos metimos esta noche por él –gruñó Ryder.

Todos asentimos y salimos del cuarto de Simon. Yo, por mi parte, me dirigí a mi habitación, ya me moría del sueño.

Bien, seguramente quieren escuchar la historia.

Luego de ver como Simon entraba al círculo desbordando ira, mis hermanos y yo intentamos sacarlo de allí, pero todos los espectadores nos devolvían a nuestro lugar inicial, ya que querían ver el show. Imbéciles.

No pudimos hacer nada, y tuvimos que presenciar como Simon casi asesina a un muchacho, en frente de todo Berkeley y otras escuelas. Yo gritaba del horror, viendo como el muchacho tenía la cara desfigurada a causa de todos los golpes que le estaba propinando Simon en el suelo.

Simon estaba totalmente cegado y ebrio, y no veía lo que hacía. Finalmente, Ryder y River lograron entrar al círculo y sacar a rastras a Simon de ahí. Pero eso no fue todo.

El muchacho casi asesinado por Simon, llamado Nicholas, es un estudiante muy popular en Stanford, que casualmente (y me acabo de enterar) es la universidad enemiga de Berkeley. Los amigos y compañeros de Nicholas aprovecharon la situación para armar una gran pelea en la casa, que terminó una vez que las sirenas de la policía empezaron a escucharse muy cerca.

A las corridas e intentando que la policía no nos alcance, logramos meter al auto a Simon, que al instante cayó dormido. Dejamos a River en su casa, y luego nos dirigimos a Berkeley.

Y así fue como terminó la linda noche. Nótese el sarcasmo.

Ryder, David y Cook fueron los más golpeados, ya que hicieron un gran esfuerzo por proteger a Simon y a mí de los estudiantes de Stanford que querían estrangularnos.

¿Alguna vez podríamos salir sin terminar casi siendo arrestados?

Me tiré sobre mi cama, sin preocuparme por cambiarme, y al instante, me quedé dormida.

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Me desperté con un terrible dolor en todo el cuerpo. A duras penas, me levanté y me acerqué al espejo largo que había al lado de mi armario. Me saqué todo, quedándome en ropa interior nada más, y miré con dolor mi cuerpo.

En estas últimas semanas me habían golpeado más que en cualquier otro momento de mi vida.

Los moratones que me había dejado Bonnie en las costillas  ya estaban desapareciendo, pero aun los tenía. Mis piernas estaban llenas de raspones y moratones, de la vez que intentaron violarme como ‘broma’. Y ayer, entre el idiota que quiso tocarme y los estudiantes de Stanford que lograron rozarme algunas veces, agregué algunos rasguños en mi cuello y cara.