¡The queen is back! (?
No sé de que forma demostrarles lo mal que me siento por haberlas hecho esperar tanto. Tuve varios problemas personales, y a eso hay que sumarle todos los exámenes y tareas que tuve estas semanas. De verdad perdón!
Sin embargo, eso no cambia lo enojada que estoy con algunas lectoras. No sé cuantos comentarios tuve que leer donde me insultaban por tardar tanto. A ver, niñas, yo también tengo una vida. Por más que ame escribir y compartir esta historia con ustedes, tengo otras cosas importantes que hacer. No me cansen, por favor.
Saludos, y disfruten! <3
FOTO MULTIMEDIA: BRITT ROBERTSON
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Me tiré al suelo justo antes de que una enciclopedia se estrellara contra la pared, a la altura de donde segundos antes yo tenía mi cabeza.
Rodé y di un salto para levantarme. Me aplaudí mentalmente por mi genial movimiento.
-¡Tiraste un libro, insensible! –siseé.
-Dudo que le moleste –rio entre dientes. Me puse una mano en el pecho, indignada.
-¿Cómo puedes... uh? –balbuceé cuando vi que Ryder sacaba de debajo del sillón una pistola Nerf. Totalmente cargada.
-Empieza a correr, cariño –sonrió con malicia.
Ni el orgullo me permitió quedarme. Empecé a correr escaleras arriba, lo más rápido que mis tacones me permitieron. Sentía los pasos de Ryder subiendo las escaleras detrás de mí. Él no corría como yo, sino que se tomaba su tiempo. Cuando llegué al primer piso, no perdí tiempo en correr hacia mi cuarto, y encerrarme en este. Me saqué los tacones y los tiré en otro lado.
Escuché la risa de Ryder fuera del cuarto. El idiota seguro creía que me había encerrado por miedo.
Claro que no, bebé. Penélope Turner/Gigandet no le tiene miedo a nada.
Saqué de debajo de mi cama una caja de madera. La abrí, y ahí se encontraba mi preciada pistola Nerf. La cargué con las balas de goma que tenía reservadas, y guardé otras en el escote de mi vestido (por si acaso). Me puse unos lentes, para cuidar mis ojos de las balas, y me levanté.
Abrí la puerta e inmediatamente las balas de goma empezaron a impactar contra mi cuerpo. Apunté a Ryder, quien se encontraba a unos metros de mí, y empecé a devolverle los disparos, acercándome a él de a poco.
Luego de unos minutos, me quedé sin balas. Maldije y me alejé unos pasos, metiendo mi mano en el escote e intentando sacar las reservas. Ryder se acercó a zancadas a mí, por lo que intenté apurar el trámite.
Bueno, lo intenté.
Ryder me pegó un manotazo no muy fuerte en la mano, haciendo que todas las balas de goma que tenía en esta caigan al piso. Levanté la vista y lo miré con desafío. Tiré el arma a un lado y me saqué los lentes, tirándolos también. Ryder me apuntó con el arma directo a la cara y sonrió con picardía.
-Perdiste, amor –canturrió. Sonreí y negué con la cabeza, sabiendo exactamente lo que debía hacer a continuación.
Pegué una rápida patada al brazo de Ryder, el cual sostenía el arma, haciendo que esta última caiga al piso. Sin perder tiempo, la pateé lejos de nosotros, sacándole la oportunidad de volver a tomarla.
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Adoptada por una Fraternidad © |EDITANDO|
Teen FictionUna chica con carácter fuerte y ganas de diversión, viviendo en una casa llena de jóvenes que les gusta parrandear, follar y andar desnudos las 24 horas del día. No suena bien, ¿no? {Obra registrada en SafeCreative bajo el código de 1412112752989. T...