CAPÍTULO 6

115 14 2
                                    

Blanca

"París".

Esa palabra había estado volando por mi cabeza desde que dejé el hospital tres días atrás. Ya era jueves y yo todavía no había tomado una decisión, cosa que solo conseguía estresarme más.

Estaba pensándome la propuesta de Áxel de una forma ridículamente seria. Es decir, ¿de verdad me había pedido que me fuera a París con él? ¿Era esto una especie de broma cruel para hacerme perder el tiempo? Pero, no. Según su mirada y su tono de voz, lo decía enserio.

No sabía qué hacer. Llevaba tres días sin que ese pensamiento abandonara mi cabeza y seguía exactamente igual que el minuto después de escuchar la propuesta. Era una decisión muy difícil. Por un lado, estaba el hecho de ir a París, la ciudad que he querido visitar desde que tengo memoria, de la que tan felizmente me habían hablado mis padres. Había llegado a pensar que Áxel lo había hecho a propósito, que había nombrado aquella ciudad para asegurarse de que me iría con él sin lugar a dudas. Si hubiera dicho cualquier otro sitio, ahora mismo estaría pensando en la mona de pascua, sin esta preocupación incesante que me molestaba tanto. Pero era París, era una oportunidad única, y si no lo aprovechaba, quizás nunca pudiera llegar a visitarla.

Por otro lado, ¡era una locura! Irse con un desconocido a otro país no era una cosa fácil de plantear. Además, ¿por qué querría Áxel Codina, un cantante internacional que conocí a través de una serie de acontecimientos desagradables, que yo lo acompañara a París? Después de pensarlo un poco, esa era una pregunta de la cual estaba casi segura de tener la respuesta, no era demasiado difícil.

Estaba claro que no era un hombre acostumbrado a recibir un no por respuesta, lo tuve muy claro al observar su expresión cuando escuchó la mía. Quizás era cierto lo que decía, que quería compensarme por haberle salvado la vida, pero, sinceramente, era más probable que no fuera así. Mi hipótesis, de la cual estaba casi segura, decía que solo me había invitado para intentar seducirme, para conseguir que me acostara con él. No tenía ni idea de cómo iba a hacerlo, pero estaba completamente segura de que no iba a funcionar conmigo, yo no iba a caer a sus pies como cualquier otra chica.

Quizás me gustara un poco al principio, cuando hablé con él en el restaurante y en el hospital cuando despertó, pero después de enterarme de lo que hacía con las mujeres, como las utilizaba para pasar la noche y después desaparecía sin dejar rastro, mi interés se desvaneció por completo. No quería ser esa clase de chica que se deja utilizar por un chico, y menos por uno que, probablemente, habría contactado con muchas chicas como estas. Me negaba a ser así.

Sí, Áxel era atractivo, divertido, interesante... pero aparte de su encanto, suponía que también sería un idiota.

Había estado investigando durante estos últimos tres días. Sobre él. Si estaba planteándome la idea de irme a otro país en su compañía, necesitaría saber más sobre él. Había estado mirando videos de conciertos, sus videoclips, entrevistas. Había seguido su cuenta de Instagram y había mirado todas las fotos, los comentarios, las historias. También había visto las fotos y videos de los paparazzis y leído mil artículos sobre él.

Gracias a mi investigación, había descubierto muchas cosas sobre Áxel Codina.

Sabía todo lo relacionado con su música: había sacado cuatro álbumes, todos con mucho éxito; había dado conciertos alrededor de todo el mundo y, tal y como me había dicho, su gira por Europa acabaría la semana que viene en París; tocaba la guitarra y el piano, y su voz era preciosa; él escribía sus canciones, su ídolo musical era Ed Sheeran, al cual había conocido en persona; había empezado a estudiar música a los cinco años...

Y en relación con su vida personal también me había enterado de unas cuantas cosas: tenía veintitrés años y era de Valencia, perdió el contacto con sus padres cuando tenía dieciséis años y empezó a hacer giras, cosa que le gustó, puesto que no se llevaba demasiado bien con ellos; tenía muchísimo dinero, la fama de mujeriego que poseía lo caracterizaba totalmente, ya que había sido visto con decenas de mujeres y ninguna había sido presentada como su novia; era hijo único...

Bajo las Luces de ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora