Blanca
Cuando mi cuerpo empezó a despertarse y fui consciente de todo lo que había ocurrido la noche anterior, sentí unas mariposas en el estómago que ya no me resultaban molestas y unas inmensas ganas de volver a la preciosa realidad que ahora rodeaba mi vida.
Al abrirlos, una ligera luz me deslumbró y un bostezo salió de mi boca. Giré mi cuerpo hacia el lado en que debería de estar Áxel, al cual tenía unas ganas casi irresistibles de abrazar, pero no estaba ahí. El espacio que debería de estar ocupando estaba vacío, lo que provocó mi ceño fruncido y una desagradable sensación en mi cuerpo indicándome que lo echaba de menos.
Pensé que se había ido a por algo para desayunar, puesto que no se escuchaba nada fuera de la habitación y él no era una persona a la que llamaría silenciosa, lo que me hacía deducir que no estaba en casa. Por lo tanto, yo no tenía ninguna prisa por levantarme, y sentía la necesidad de recordar cada segundo de la noche anterior para convencerme de que había sido real y no un simple sueño.
Me estiré en la cama y cerré los ojos de nuevo. Recordé el sabor de sus labios y la agradable sensación que recorrió mi cuerpo al probarlos por primera vez. Todavía no sabía cómo había sido capaz de dar el primer paso y juntarlos con los míos, no tenía ni idea de cómo mi cuerpo había actuado sin que mi cerebro se lo hubiera ordenado primero, porque era eso el que había pasado.
Aquel primer beso había sido lo más maravilloso de mi vida, porque la forma en que su lengua acariciaba la mía me estremecía, y la manera en que sus labios se acoplaban perfectamente a los míos me hacía querer gritar; pero había empezado siendo un impulso que ni siquiera había pensado por mi parte. En el instante en el que me di cuenta de lo que estaba haciendo, la sorpresa ya era demasiado grande para asimilar lo que estaba pasando, pues él me estaba devolviendo el beso. Sentí como si nuestras bocas se hubieron fundido en una sola, porque tenía la sensación de que no se podrían volver a separar.
La noche transcurrió entre más caricias y besos que solo recordarlo me provocaba escalofríos y un gran aumento de mi temperatura corporal. Y sin ser consciente, estaba sonriéndole en la habitación de Áxel, tapada con sus sábanas porque era lo único que cubría mi cuerpo desnudo, y completamente enamorada del chico que me había quitado la ropa la noche anterior.
Los minutos seguían pasando como de costumbre, pero en la burbuja de recuerdos en la que me encontraba el tiempo transcurría de una forma diferente, es por eso que cuando esta explotó repentinamente la sorpresa fue más grande.
Ya había pasado una hora desde que me había despertado, y Áxel todavía no había llegado. Decidí levantarme de una vez para ver si el cantante se encontraba en el salón, aunque lo dudaba mucho, porque no había escuchado ningún ruido fuera. Me vestí con una sudadera de Áxel, que olía a él y me hizo sonreír y unos pantalones de chándal. A continuación, salí de la habitación, y, tal y como sospechaba, nadie la ocupaba. Eran las diez y media de la mañana, así que me extrañaba mucho no haber encontrado a Áxel durmiendo como un lirón en su cama, ya que detestaba despertarse antes de las once.
No le di más vueltas, seguramente tendría algo que hacer y por eso había desaparecido de esa manera, pero no tardaría mucho en venir.
Me preparé un vaso de café con leche y me di una agradable ducha que duró más de lo habitual, creo me había vuelto a ausentar de la realidad perdiéndome en mis pensamientos. Leí un rato y vi un capítulo de una serie, todo para matar el tiempo, porque lo que me hubiera gustado estar haciendo era pasar el tiempo con una persona la cual no tenía ni idea de donde se encontraba.
Empecé a preocuparme hacia la hora de comida. Había pasado toda la mañana y Áxel ni siquiera había aparecido por su propio apartamento, lo que me hizo sospechar que algo no iba bien. Era demasiado extraño que no se hubiera presentado ni para la comida. Y, entonces, los pensamientos de mi cabeza cogieron un camino diferente. ¿Y si le había pasado algo? Todo esto no era normal.
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Bajo las Luces de París
Romance¿Aceptarías la invitación a tu ciudad de ensueño del desconocido al que acabas de intoxicar, aún sabiendo que puede haber segundas intenciones? El camino de Blanca, una camarera de Barcelona, y Áxel, un cantante famoso y arrogante, se cruzan debido...