Capítulo 40: El cuerpo

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Miro hacia el interior de la sala desde la ventana. No se ve mucho debido a las cortinas, pero sé que está ahí. Esta vivó, aunque no despierto. Gideon ha quedado en coma, es un milagro que haya sobrevivido, aunque dudan que despierte. A su lado, descansa Jade, ha perdido un brazo, pero está viva, aún sigue durmiendo, fue una operación larga. 

—Hola.—me giro para ver a la dueña de la voz y me sorprendo al ver a la madre de la señorita Hawkins.

—Pensé que no quería verme.—o al menos eso le dijo al doctor McCall hace unas horas.

—Quería disculparme—dijo bajando la mirada—. No sé por qué mi hija te eligió a ti, pero... es lo que ella quería, así que... sólo te pido que me visites, ¿vale? Ese pequeño es mi nieto.—dijo apenada.

—Por supuesto, señora Hawkins.—dije seria.

—Gr-gracias. ¿Has pensado en el nombre?—dijo curiosa.

—Su hija me propuso algunos—dije recordando el libro que me dio—. Se lo diré en cuanto lo sepa.—ella asintió.

—Siento... lo de sus amigos.—dijo apenada.

—Gracias.—dije asintiendo.

—Raina—dijo McCall apareciendo a mi lado—. Siento interrumpir, ¿podemos hablar?—

—Yo ya me iba. La funeraria se ha llevado el cuerpo de mi pequeña, la vamos a incinerar y la tiraremos al mar cerca de su tierra natal—dijo la señora Hawkins—. Me quedaré allí unos días.—

—Siento mucho lo de su hija, de verdad.—dije apenada.

—Lo sé, querida... lo sé.—dijo antes de alejarse.

—Raina—dijo McCall haciendo que le mirase—. Tu actitud—

—Lo sé, no fue la adecuada. Pero estaba tan frustrada... quería salvarla, señor. Sólo quería... salvarlos a todos.—

—Hiciste un buen trabajo—dijo sorprendiéndome—. Quizás fuiste intensa, pero fuiste rápida y eficaz. Salvaste al pequeño, no pensamos en ponerle en esa posición—dijo recordándome lo que hice, asentí seria—. Sé que ahora estás destrozada y que tienes muchos problemas, pero... quiero que sepas que me tienes aquí para lo que sea y que tienes dos semanas de descanso. He hablado con el director y necesitas un respiro... todo ha sido demasiado intenso para ser tu primer día de manera oficial.—dijo.

—Lo siento, pero no quiero descansar. Quiero seguir ayudando y para eso, tengo que estar aquí.—

—Admiro tu insistencia, pero debes tomar un descanso, informa a tu familia de lo ocurrido, pasar tiempo con los hospitalizados y no sé, decidir qué vas a hacer con el bebé.—dijo.

—¿A qué se refiere con lo del bebé?—dije confundida.

—Sé que te sientes obligada, Raina, pero... tener un bebé es muy complicado. Necesita tiempo, cariño y cuidados. Eres una mujer luchadora y fuerte, pero vives con tu hermano en rehabilitación y un chico ex-chapero, ¿estás segura de que puedes encargarte de otra persona más?—dijo preocupado.

—Yo... lleva razón, debo pensarlo.—dije bajando la mirada. 

Quería quedarme con el crío, pero McCall llevaba razón y sé que me lo decía con buena intención, quería lo mejor para el bebé y para mí, y yo también lo quería. Y lo admitiera o no, quizás que yo me lo quedara no era lo mejor para ninguno de los dos. Quizás debería renunciar a él y dárselo a su abuela, pero... ¿cómo lo hago después de saber el motivo por el que ella me lo encomendó?

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⏰ Última actualización: Oct 05, 2022 ⏰

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