Capítulo 3: Vamos a llevarnos bien, Zanahorio

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Mickey había estado una hora y media narrándome con pelos y señales el comienzo de su relación con Gallagher hasta el presente.

 —Entonces... ¿estás saliendo con el zanahorio?—pregunté mientras miraba a mi amigo fijamente, este asintió lentamente—. Levántate—él me miró confundido—. ¡Levántate, joder!—

Cuando hizo caso a mi petición no tardé ni dos segundos en darle un puñetazo haciéndolo caer al suelo. Mickey me miró enfadado, yo le sonreí, sonrisa que perdí al recibir un puñetazo de vuelta. 

—¡Este es el Mickey que conozco!, ¡el que no puede evitar devolver los golpes!—dije furiosa antes de volver a golpearlo, este me respondió igual.

—¡Sigo siendo el mismo!—gritó mientras girábamos para golpearme.

—¡Eso ya lo sé!—grité molesta mientras lo apartaba de mi de golpe. 

—¿Estás bien?—preguntó Mickey segundos después cuando me vio limpiándome la sangre del labio.

—¡Que te jodan Milkovich!—dije molesta sin mirarlo.

—Puede que quieras que me jodan pero sigues aquí.—

—¡Es mi casa, idiota!—

Pasaron unos segundos y cuando parecía dispuesto a hablar lo hice yo.

—¿Por qué no me lo dijiste?—

—Porque... me daba miedo, ¿vale? Siempre he sido tu héroe para ti y tenía miedo de que esto lo cambiase.—

—Me conoces, Mickey, no estoy en contra del colectivo. Además, ser gay no cambia en nada quien eres excepto porque te gustan las pollas.—

—¡Lo sé, joder!, pero... yo que sé, olvídalo.—

—No, lo entiendo, ¿vale? Pero, Mickey, somos y seremos tu y yo contra el mundo, siempre, ¿recuerdas? Si no lo recuerdas te enseño el tatuaje—dije haciéndolo reír—. Pero, ¿un Gallagher? Es decir, ¿no había nadie más en todo el puto barrio?—

—Que te jodan.—dijo riendo, de inmediato le acompañé.

—Te he echado de menos, Mic.—

—Y yo a ti, idiota.—dijo acercándose para abrazarme. Cuando nos separamos el timbre sonó haciéndome suspirar.

—Ahora vuelvo—dije antes de salir de la habitación. Bajé las escaleras con más prisa cuando el timbre volvió a sonar—. ¡Que ya voy, joder!—grité antes de abrir la puerta—. Zanahorio.—dije en un suspiro mientras me apoyaba en el marco de la puerta.

—Aquí tienes tu dinero.—dijo dándome un fajo de billetes, lo cogí de inmediato y luego le miré.

—Si lo necesitáis, puedo esperar.—

—¿Vas hasta a mi casa por el dinero y ahora puedes esperar?—preguntó irónico—. ¿Qué coño te pasa?—preguntó molesto.

—Bueno, antes no sabía que eras la pareja de Mic.—dije sin poder evitar esbozar una sonrisa.

—Espera, ¿qué?—dijo sonriendo confuso.

—Pasa, Mickey está arriba—dije echándome hacia un lado para dejarlo pasar, y así lo hizo. Juntos subimos a mi habitación y cuando se vieron se besaron durante unos minutos—. Sois una pareja preciosa pero, ¿podéis dejar de comer delante de los pobres?—dije riendo mientras me sentaba en el sofá, ellos se separaron sonrientes.

—Entonces, ¿me aceptas?—preguntó feliz.

—Si haces feliz a Mickey, me haces feliz a mi. Eso sí, como le hagas daño te parto la cara, Gallagher—dije apuntándolo con un dedo, él asintió—. Iremos poco a poco, no vamos a ser amigos de la noche a la mañana pero de momento, vamos a llevarnos bien, zanahorio.—

Fuck the Gallaghers (Shameless)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora