Capítulo 22: La decisión

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—¿Estás segura?—preguntó serio.

—Sí, papá, estoy segura—dije rodando los ojos—. ¿Vas a dejarme la casa libre esta tarde o no? Para avisarles.—

—Vale, vale, toda tuya. Kyle y yo iremos a dar una vuelta.—dijo asintiendo.

—Gracias.—dije suspirando.

Habían pasado un par de semanas desde que Rey se había marchado. Papá, Kyle y yo nos habíamos mudado a la nueva y pequeña casa. En la planta de abajo había un salón, una cocina y un baño, y en la planta de arriba había dos habitaciones y un baño. Jess me ayudó a investigar acerca de la información que Rey me había dado, y Nate, el hermano de Skizo, dijo que no había nadie en el barrio registrado con el nombre Dios, así que debía ser un mote. Stefan dijo que investigaría, como buen mafioso obtiene información que nadie puede conseguir. Había estado ocupada así que no había visto ni a Ares ni a Gideon. Mickey vino un par de veces a la semana a verme y lo consolé el día que fue a dejar a Ian al centro, ese chico necesitaba ayuda. Mickey estaba realmente destrozado por dejar a Ian ahí. Llevaba tres días durmiendo en el sofá cama del salón. 

—Yo iré a hacer unos recados así que estás sola—dijo Mickey—. Aunque puedo quedarme si me necesitas.—dijo serio.

—No, tranquilo, estaré bien.—dije asintiendo.

—Como quieras.—dijo encogiéndose de hombros.

Había hablado con papá y Kyle para que se fueran esta tarde, quería pedirles a Gideon y a Ares que vinieran a casa para poder aclararlo todo. Hasta que vinieran había decidido ir a visitar a Lucy a la facultad pero antes quería pasarme a ver a la mocosa y Carl había pedido ir conmigo.

—Carl—dije cuando cogió la llamada—. Voy salir ya, ¿dónde coño estás?—pregunté poniéndome la chaqueta.

Raina, tu casa está a quince minutos de la mía, voy.

—No hace falta que seas tan borde, mocoso.—dije mientras me despedía con la mano de todos, me devolvieron el saludo.

Nos vemos, Raina.—dijo bufando.

—Putos adolescentes.—susurré mientras cerraba la puerta y colgaba.

Carl llegó a los siete minutos y comencé a caminar sin decir nada tras hacerle un corte de manga. Bufó y caminó a mi lado en completo silencio.

—¿Estás bien?—pregunté seria.

—Mi madre ha vuelto.—paré de caminar al escucharlo y él me miro apenado.

—¿Qué?—dije sorprendida.

—Todos la han rechazado, pero yo... siento lo que le pasó a tu madre pero no puedo odiarla, Raina.—

—No te he pedido que lo hagas. Carl, eres su hijo, lo que pasó con mi madre no significa que tengas que odiarla, ¿vale? Eso es entre tu madre y yo—dije seria, él asintió inseguro—. Vamos, idiota.—dije rodeándole los hombros con un brazo. Él tenía esa extraña manía de ser borde cuando algo le preocupaba en exceso.

—¿Aquí estudia Helen?—preguntó Carl cuando llegamos al colegio—. Es todo tan pijo.—dijo rodando los ojos.

—Sí, bueno, en el edifico de al lado, y claro que es pijo, idiota, es una niña rica.—dije riendo. 

Comenzamos a andar hacia el edificio pero unos gritos cercanos al edificio mayor nos llamó la atención. Había mucho ruido y gritos de animación.

—¿Qué coño pasa?—pregunté confundida.

—Eso suena a pelea.—dijo Carl emocionado. Rodé los ojos divertidas y aceleré el ritmo para seguir sus pasos hacia el edificio.

Fuck the Gallaghers (Shameless)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora