Raina odia tener que volver a Chicago para ayudar al desastroso de su padre pero sobre todo odia a los Gallagher. ¿Empezará a llevarse bien con ellos cuando se entere de que su mejor amigo está saliendo con uno de ellos?
No sé en que momento me había subido a la barra para bailar y tampoco sabía que narices había pasado para que Isabel, Skizo y Carl estuvieran sentados en un sofá liándose. Isabel estaba en medio, ambos le tocaban las piernas y mientras que Carl le besaba el cuello, Skizo devoraba sus labios.
—Bájate de ahí.—habría ignorado esa voz si no fuera porque la conocía demasiado bien.
—¿Qué haces aquí?—dije sorprendida.
—¿No puedo divertirme con mis amigos?—dijo serio.
—No sabía que tenías amigos.—dije divertida, él rodo los ojos.
—Raina, bájate de una vez, ¿quieres?—
—¿Dónde está tu amada?—dije riendo, ignorando el silbido de los chicos que me veían.
—Raina, bájate o te bajo yo.—
—¿Estás celoso?—dije esperanzada.
—Me preocupo por ti, Raina, bájate.—dijo serio.
—Dime la verdad, ¿estás celoso?—dije agachándome para estar a su altura.
—Deja de decir tonterías.—aprovechó que estábamos cerca para agarrarme de la cintura y bajarme de la barra. Los chicos se quejaron pero se callaron al ver la mirada que Ares les había echado.
—Estás celoso.—afirmé sonriente.
—Raina, ya hablamos de esto, ¿recuerdas? No eres mi tipo, no me gustas. Me gusta—
—Lucy, si, si, todo lo sabemos—dije separándolo de mi—. ¿Entonces por qué casi me besaste en tu casa?—sonreí al verlo sorprendido.
—¿Has venido sola?—dijo mirando alrededor.
—Deja de esquivarme, Ares—dije molesta—. ¿Por qué ibas a besarme?—dije moviendo su rostro para que me mirase. Dios, sus ojos estaban más azules que nunca.
—¡Raina!—Ares miró detrás de mi ante el grito y yo bufé mientras me giraba.
—¿Qué quieres, Skizo?—dije.
—Voy a llevar a Isabel a casa. Carl dice que llamará a Lip.—dijo sonriente.
—Bien, pues nos vemos.—dije volviendo mi vista a Ares.
—¿Quieres te lleve?—preguntó.
—No, Skizo, gracias.—dije sin girarme a verlo.
—Como quieras.—dijo antes de irse.
—Te llevaré a casa.—dijo Ares girándose para ir hacia la puerta.
—No me iré hasta que me respondas.—dije seria. Ares bufó antes de girarse.
—Pues me iré sin ti.—dijo serio.
—No me dejarás aquí, te conozco.—dije seria.
—No me conoces tan bien, Ball.—dijo acercándose.
—¿Querías besarme o no?—dije acercándome.
—No, Raina, no quería besarte porque no me gustas, interpretaste mal mi gesto.—dijo serio.
—Bien—dije intentando sonreír—. Vete tu solo a casa, yo me quedo.—dije girándome para ir a la pista de baile.
Pensé que me seguiría, no quería que lo hiciera porque de verdad quería quedarme pero tenía la esperanza de que me lo impidiese pero no lo hizo y cuando volví mi mirada, Ares ya no estaba.
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