V

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Un nuevo día había llegado y con ellos otro día de trabajo.

Primero que nada, el transporte en Tokyo era una mierda.

Las paradas llenas de gente era lo más estresante, y como nunca el rubio iba con un poco de retraso a su trabajo, cosa que lo traía algo mal puesto a qué era demasiado puntual en todo.

A paso medio apurado mientras esquivaba a las personas logro llegar al gran edificio en el que trabajaba.

Al ver cómo el ascensor cerraba la puerta poco a poco aceleró el paso para detenerla y subir.

Cualquiera pensaría que tenía algo urgente, pero la verdad es que estaba muy comprometido con sus propias reglas.

Ya dentro del ascensor tomo un pequeño respiro.

—Al piso 6 por favor. —Pidió para luego abrir los ojos encontrandose a un niño de cabello castaño de un color casi rosa.

Levantó la vista para mirar al acompañante del niño y de estar algo extraño paso a la confusión completa.

—¿Kaoru -san?

—Buenos días Nanami~ —Respondió con una sonrisa.

Si esto fuera una serie de televisión los más probable es que justo aquí empezaría la presentación del cast pero no.

Solo estaba Nanami mirando confundido a su compañera de trabajo.

—Te lo explicaré luego, pero por ahora saluda Yūji, el es Nanami -san un amigo de mamá.

El pequeño solo agitó su mano algo tímido mientras se escondía detrás de la pierna de la mujer.

—Soy Itadori yūji, hola.

—Hola.. —Respondió el rubio para luego salir por la puerta del ascensor en su piso correspondiente.

¿Que fue eso?

Kaoru lo explicará luego, no se preocupen.

Los dos que quedaron en el ascensor una vez llegaron a su destino caminaron hasta la oficina de la azabache mientras el niño saludaba alegre a los compañeros de ella.

El niño venía cada tanto así que el personal ya sabía quién era.

—Bien cariño, mamá debe trabajar así que ya sabes que debes hacer.

El niño asintió con una pequeña sonrisa y saco unos crayones junto a un libro para dibujar para luego sentarse frente a su madre en el escritorio.

—¿Ahora tienes amigos? Mamá.

—El señor Nanami me acompaña bastante, es un buen amigo, sí. —Los ojos del niño se iluminaron.— oye y no haz terminado de contarme la historia de Megumi con Nobara.

—Aaahh bueno, como te estaba diciendo... Estábamos persiguiendo al gato por toda la escuela pero cuando estábamos cerca el tonto huía pero Nobara consiguió un palo... Pero no le pegó al gato sino a Megumi y a mí..

El niño contaba aquella historia mientras hacía expresiones y dibujaba para darle más o menos una idea a su madre de todo lo que pasó.

Las días que al niño le toca acompañar a su madre al trabajo era igual, conversaban cada rato que podían pero siempre sin interrumpir el trabajo de la adulta.

Horas más tarde luego del almuerzo la azabache fue hasta el comedor junto al pequeño que saludaba amable y energéticamente a las personas que le sonreían.

Era un niño muy tierno que no pasaba desapercibido.

El pequeño se sentó una de las mesas y abrió si lonchera sacando un galleta y un vasito con yogurt, frente a el estaba su madre que merendaria lo mismo que el.

𝐿𝑖𝑓𝑒 𝑔𝑜𝑒𝑠 𝑜𝑛  ☕︎ 𝑵𝒂𝒏𝒂𝒎𝒊 𝑲𝒆𝒏𝒕𝒐 ☕︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora