XXVI

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La conciencia del rubio comenzó a volver poco a poco a medida de que sus ojos eran cada vez más sensibles ante la tenue luz que emitía la ventana de su habitación.

Intentó darse la vuelta para revisar su celular para checar la hora pero esta acción fue impedida por un peso extra en sus brazos.

Lentamente abrió sus ojos, topándose con la responsable de su inmovilidad.

Como si una pequeña se tratara Kaoru yacia entre sus brazos, su ojos se mantenían cerrados y podía sentir como su respiración era tranquila, además de apreciar su cabello completamente revuelto.

inconscientemente una sonrisa se formó en lo labios del hombre.

Se veía adorable.

Cerró sus ojos de vuelta, dándose un momento para percibir todas esas pequeñas sensaciones.

Tener aquel cuerpo calientito de la mujer que le gustaba pegado a el durmiendo plácidamente a su lado, el va y ven del pecho ajeno subiendo y bajando lentamente y el delicioso aroma a coco con vainilla que desprendía, detallando y grabando en su corazón cada una de esas aparentemente diminutas acciones.

Le gustaba sentirse así.

En paz y... feliz.

Por primera vez no se lamentaba de despertar un día mas.

Pero no podía quedarse ahí para siempre, su cuerpo ya le estaba pidiendo comenzar el día.

Tan cuidadosamente como pudo se levantó de la cama dejando a la azabache aun dormida y ahora abrazando a una almohada dada su ausencia.

Fue al baño y al cabo de un par de minutos de espantar su sueño y tratar de quitar su cara adormecida fue hasta la cocina a preparar algo té y café. No sabia cual querría ella así que preparó ambos.

Encendió el televisor en las noticias y se dispuso a preparar algo para desayunar.

El reloj marcaban las 9:00 a.m, si kaoru no sé levantaba pronto tendría que ir a des...

-Buenos días. -Dijo una voz a sus espaldas.

Se giró para mirarla y caminaba aún somnolienta, poco a poco cuidando no caerse.

Parecía más dormida que despierta.

—Buenos días... ¿Dormiste bien?

La azabache se subió a una de las sillas del comedor, colocando su cabeza reposando sobre sus brazos mirando en dirección al rubio en pijama.

—¿Puedo tomar un poco de agua?

Nanami asintió.

—Sirvete, los vasos están en el estante.

Bajandose nuevamente de la silla camino despacio hasta el refrigerador cuidando de no estorbar al rubio.

Tranquilamente se sirvió, a la par que tomaba agua fijó su mirada en el rubio y lo que estaba haciendo, lavaba un par de frutas para luego ponerlas en un tazón, tenía las mangas del pijama arremangadas y parecía concentrado en lo que hacía.

—¿Necesitas que compre alguna cosa extra para desayunar? Hay un mini market cerca, puedo ir y volver.

El rubio negó.

—Esta bien, esto ya casi estará, tengo pan y fruta. Hice te y café También.

—Me prohibieron el café un tiempo... ¿Sabías que ciertos psicotrópicos no funcionan correctamente si se toman a la par del café? —Ella guiñó y movió su cabello con diversión.— anota ese datito.

𝐿𝑖𝑓𝑒 𝑔𝑜𝑒𝑠 𝑜𝑛  ☕︎ 𝑵𝒂𝒏𝒂𝒎𝒊 𝑲𝒆𝒏𝒕𝒐 ☕︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora