XVIII

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—Finalmente el episodio en la playa en este anime trágico que es mi vida. —Exclamó la azabache mirando el mar desde la ventana del autobús.

—No se que tan sano sea que justifiques tu vida con que es un anime y que te refieras a las cosas malas que te pasan como parte de tú "desarrollo de personaje" —Dijo preocupado Yūta sacándola de su trance.

—Mientras pueda sobre llevar todo de manera más alegre está bien, no importa si es sano o no a estás alturas, no puedo echar nada para atrás así que hacía adelante que lo que viene es la muerte.

—Tienes veintisiete años, relájate un poco.

—¡Ah! Mi rodilla —Exclamó la mujer mientras con una mueca de dolor sostenía su rodilla.

Yūta le miró con una ceja levantada y esta no hizo más que echarse a reír.

Luego del lanzamiento del último gran producto de la empresa que acabó por ser un éxito, lo jefes habían tomado la amable decisión de sacar a sus trabajadores a relajarse un fin de semana a la playa, con hospedaje y transporte pagado por ellos como agradecimiento de su esfuerzo.

—¡LLEGAMOS! —gritó emocionada la gerente del departamento de marketing, tomando su equipaje y saliendo del autobús tan rápido como pudo.

Dejó sus cosas a un lado en la acera y corrió hasta al basto mar que se encontraba frente a ella.

Llegó muy cerca de la orilla pero sin que el agua la tocará, abrió sus brazos y dejó que el viento la azotara, moviendo su cabello y el vestido que traía puesto.

Inhalaba el olor salado y fresco que emitía todo el lugar, no pensó en nada, solo se dejaba llevar por el momento y las sensaciones.

—Este fin de semana será un éxito, lo sé.

—¿Como sabes?

—Lo manifesté, soy bruja ¿no sabías?

—¿También? —Respondió con sarcasmo su compañero pelinegro.— vaya currículum que te cargas.

—Idiota. —Repicó ella riendo y regresando por su equipaje que continuaba abandonado en la acera.

El autobús del equipo de finanzas llegaba y dichos integrantes empezaban a bajar.

El rubio se alejaba de la multitud para apreciar los alrededores pero la escena de la mujer corriendo por la playa robó su completa atención, dejándolo inmóvil un momento.

Al notar dicha situación Ino rió por dentro, era muy tierno.

Kento sonrió para si mismo y guardo aquella imagen mental para luego entrar a registrarse.

—Bien ¿Cuál es el plan? ¿Nos iremos de excursión? ¿Iremos a las islas? ¿Quizás pasear en bote? —Preguntaba Ino emocionado mientras caminaba junto al rubio.

—Yo voy a leer mientras veo el mar, quizás puedas conseguir amigos extremos que quieran acompañarte, lo siento muchacho.

—Al menos vayamos de paseo a los montañas de por aquí. —Pidió casi a modo de suplica el muchacho.

—Supongo que eso sí podemos hacerlo, pero por ahora con permiso iré a cambiarme porque estoy cansado del viaje.—Le respondió tomando su respectiva llave y yéndose.

En un total eran aproximadamente unos 30 trabajadores de la compañía los cuales se estaban quedando en el hotel,  así que se separaron en grupos instintivamente, pero por supuesto que más de una persona aprovecharía el momento de coquetear y Kento no saldría libre de esto.

Se encontraba en la piscina leyendo tranquilamente junto a una vaso de vino cuando un par de féminas se acercaron a sacarle conversación.

—¿Que Lee?

𝐿𝑖𝑓𝑒 𝑔𝑜𝑒𝑠 𝑜𝑛  ☕︎ 𝑵𝒂𝒏𝒂𝒎𝒊 𝑲𝒆𝒏𝒕𝒐 ☕︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora