Bailando con una estrella (BL) | ✔

34 | ¡Viejo chismoso!

[semanas antes.]

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El pelirrojo desprendía furia por su cabeza, sus dientes se juntaban con fuerza, y su mano le dolía de tanto presionarse contra la pared.

Allí, acorralado, yacía un Jacobo asustado y sorprendido. No tenía idea de lo tenebroso que podía ser aquel chico.

──¿Qué rayos hiciste? ──empujó y tomó del cuello al más alto, ligeramente disfrutando la posición, el hecho de tener su rodilla entre las piernas de él dejaba muchas posibilidades abiertas.

«No es momento para esto, cerebro de adolescente hormonal», pensó y retó en su mente, para luego volver a la realidad y a su propósito principal ahí: golpear fuertemente aquella bonita cara.

──¿Hacer de qué? ¡Yo no hice nada! ──aseguró mirando a la derecha, evitando los negros y casi rojos ojos del menor, quien lo seguía presionando contra la pared.

──¡No soy tan imbécil! ¿Le dijiste a Sirius?

──¡Él merecía saber! ──exclamó con toda razón.

El pelirrojo tragó con fuerza, juntando y separando sus labios, dejando salir el aliento que por el frío de la noche hizo vaho, un vapor del calor de la boca. Se apartó y cerrando los ojos con inconsciencia se acomodó el cabello hacia atrás.

Jacobo era todo un caso a veces.

──Te dije que guardaras el secreto ──reprochó.

──Sirius debía saber que Marco le mentía.

──¡No debíamos meternos!

──¿Te gustaría que te mintiera quien amas? ──cuestionó con el mismo enojo──. James, hemos estado guardando ese secreto por meses. Sirius merecía saber, y Marco merecía un golpe de realidad ──se acercó comprensivo hacia él, quien con coraje evitaba sus ojos──. James. Tenía que hacerlo. ──excusó.

James negó. Era una complicada decisión.

Irritado, suspiró, y volvió a mirarlo.

──¿Estás bien? ──intentó preguntar con una apariencia despreocupada, pero se notaba con sencillez su intranquilidad.

Jacobo sonrió.

──¿Quieres cuidarme? ──rió, sacándole una sonrisa al menor.

──Claro que no, bruto. Simplemente... ──una pequeña pausa se dio──. Simplemente sé que ellos podrían haberse enojado contigo.

──Oh, lo hicieron. Marco está muy molesto, y Sirius me mira con odio cada vez que, bueno, que me mira ──afirmó, haciendo que el menor volviera a sonreír, esta vez con diversión──. Entiendo su enfado. Tuve que inventar que Marco me había lastimado o algo así para que no hiciera preguntas.

Aún siendo inventado, el castaño sí sentía aquel rencor hacia la llegada de Sirius, pero esa ya era otra historia.

──¿Por qué no sólo le dijiste que encontramos el cajón hace semanas?

──Habría preguntado cómo lo encontramos. Y créeme: no quiero tener que explicar qué hacíamos en su habitación. ──denegó al sentarse en el piso lleno de pasto del lugar, bajo la amarillenta luz de los faros.

──No creo que se enojen ──restó importancia, sentándose en el suelo de la plaza nocturna junto al castaño──... Además... ──tomó su mano── Más que enojo, sentirían sorpresa. ──aseguró.

──¿No es obvio? No sabemos actuar. ──rascó su nuca con duda.

──Nah, nuestra "rivalidad" es creíble ──hizo comillas con sus dedos, gracioso──. Me da risa pensar que sí hubo una rivalidad en el pasado. Ya habrá tiempo para contarles. ¿Crees que se arreglen?

Jacobo hizo una pausa. En serio las cosas se les habían salido de las manos. Sabía que no debió haberse metido en la relación de su hermano, pero en el fondo, sentía pena por ambos: él se sentiría fatal si James le ocultara una adicción y además una enfermedad así de grave.

Y el peso de ocultar algo así...

No se arrepentía. Ellos lo necesitaban. Necesitaban avanzar, y Jacobo estaba dispuesto a dar el primer paso, todavía si eso significaba ser odiado por su propio hermano menor.

──Espero que lo hagan ──sinceró algo turbado. Estaba temblando, tanto por la situación como por el frío. Pocas semanas después tendrían que irse a Amarillo en un viaje vacacional, y no tenía idea de cómo haría con tanto frío──. ¿Tú crees que ellos estén bien? ──consultó.

──Sirius no ──agitó la cabeza de lado a lado──. Lleva días llorando. Me contó de la enfermedad de Marco sin saber que yo ya sabía. Se veía muy... Afectado por eso. ──expresó── ¿Y tu hermano? ¿Cómo está él?

──No me habla. Pero me pidió que le comprara varias cosas. Entre ellas, seis rasuradoras, desodorante y mucho café. Creo que quiere distraerse ──explicó──. Me ha dejado notitas en mi cama con las cosas que debo comprar con la excusa de que le debo dinero por arruinarle las cosas ──carcajeó──. Y anda saliendo mucho.

──¿Sabes a qué?

──¡Viejo chismoso! ──señaló riendo, viendo a su novio sonreír── Por lo que he visto, anda limpio. Tiró todos sus cigarros.

──¿Todos? ──abrió los ojos con sorpresa.

──Todos ──asintió──. Creo que está yendo al Centro, quizás a...

──Fumadores Anónimos ──completó. Acto seguido, sonrió orgulloso──. Se está esforzando. ──reconoció. Jacobo asintió de igual forma.

──Y mucho. Quiere estar limpio para que Sirius lo perdone.

──Bien. Vigílalo, que no se salga del camino ──pidió, se levantaron ambos del suelo──. Yo intentaré hablar con Sirius o mínimo sacar el tema.

──Bien, si te dice algo sobre él, me cuentas ──solicitó, a lo que James se cruzó de brazos y lo miró con travesura.

──¿Ahora quién es el viejo chismoso? ──bromeó. Se acercó al rostro de Jacobo y le plantó un beso en la mejilla──. Cuídalo. Y cuídate. ──pidió.

──Igualmente. Y saluda bien. ──puso su mejilla nuevamente, a lo que James solo sonrió y palmó con su mano el cachete del mayor── ¡Oye!

──¡Adiós! ──James comenzó a alejarse, victorioso y contento.

Jacobo se tocó el rostro en el lugar golpeado con poca fuerza, acariciándolo, recordando lo que momentos antes podría haber sido una pelea. Al pensar en él mismo siendo acorralado por su pareja, solo pudo decir: «Ha estado haciendo ejercicio», al considerar que sus brazos se habían hecho más corpulentos, atléticos y fuertes.

Sonrió levemente ante esto.

Ahora solo debía ir a casa, y esperar. Y pensar exactamente en cómo acelerar la unión de su hermano y el pelirrosa.

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Me costó mucho saber cómo añadir que James y Jacobo salían jajsja <3